sábado, 9 de diciembre de 2023

HABITANTES de DOS MUNDOS - Estar en 2 DIMENSIONES - Mensaje de YESHUA por Pamela Kribbe


Escucha en YOUTUBE:
Magia de Llamas Gemelas
https://www.youtube.com/watch?v=oCdKTuBfFZU

HABITANTES de DOS MUNDOS
Mensaje de Yeshua


Amadas amigas y amigos:

¡Yo soy Jeshua!

Os amo a todos profundamente y os respeto por quienes sois, tanto en vuestra luz como en vuestra oscuridad.

Apelo a todos vosotros, portadores de la nueva consciencia de hoy. En mi vida, yo llevé una antorcha de luz y quise compartirla con la humanidad. Fui un ser humano en todos los aspectos, exactamente igual que vosotros. Sentí ira y desesperación, al igual que vosotros, pero también hubo momentos de profunda conexión con mi alma. Estaba evolucionando a nivel interno, justo lo mismo que estáis haciendo vosotros. Es importante que dejéis de considerarme como un ser perfecto, como un maestro que está por encima de vosotros. Soy vuestro hermano, vuestro amigo, y no estoy aquí para juzgar ni predicar. Lo que quiero es compartiros mis sentimientos de compañerismo, por tanto, sentid, por favor, mi respeto hacia vosotros.      

Me gustaría deciros «¡Hola!» a cada uno de vosotros individualmente. Por favor, sentid mi presencia en vuestro corazón. Estáis preparados para cambiar, preparados para admitir quiénes sois realmente. Sois seres eternos que habéis viajado a lo largo y ancho del universo durante muchas, muchas vidas. Sin embargo, os habéis acostumbrado a haceros pequeños y a mediros según los criterios de la sociedad. Pensáis en vosotros como hombre o mujer, rico o pobre, sano o enfermo, y os definís en esos términos. 

¡Pero sois mucho más que eso! ¡Sois tan libres…! Pero la mayor tragedia de convertirse en humano en la sociedad actual es que perdéis vuestro sentido de libertad. La Tierra ha estado envuelta en una atmósfera de miedo durante tantos siglos que la gente se ha ido desconectando de su poder y creatividad originales. Cuando os sentís separados de vuestra propia esencia, empezáis a comportaros según lo que se considera «aceptable» y perdéis vuestro equilibrio.

Cuando os desconectáis de vuestra alma, os sentís básica y permanentemente perdidos, por lo que empezáis a intentar llenar el vacío, el agujero que notáis en vuestro corazón, con cosas de fuera. Buscáis llenar ese vacío con posesiones o poder, o evadiéndoos con ensoñaciones de relaciones románticas perfectas, lo que puede llevaros a haceros adictos a determinadas cosas o pautas de comportamiento. No obstante, el problema raíz es que os sentís desconectados de vuestra propia esencia, de vuestra alma.

Un trabajador de la luz es una persona que ya no soporta vivir separada de su alma. Es alguien que siente una especie de anhelo, una especie de nostalgia en su corazón y que, a medida que evoluciona, empieza a darse cuenta de que nada de lo que le viene de fuera puede llenar ese vacío, razón por la cual los trabajadores de la luz se interesan tanto por la espiritualidad; se convierten en buscadores en la senda espiritual. Emprenden su búsqueda porque se sienten heridos interiormente, pero sus heridas no son solamente sus heridas. La herida de la separación es común a toda la humanidad, si bien una amplia mayoría de la gente sigue buscando soluciones fuera de sí misma.

Los trabajadores de la luz son conscientes de que la respuesta está en el interior y, debido a ese conocimiento, están hechos para ser maestros y sanadores. No obstante, muchos padecen una gran falta de autoestima. De niños y a medida que crecen, van asimilando muchos de los juicios que emiten su familia y la sociedad. Quizás sientan, por ejemplo, que no son tan ambiciosos como a sus padres les gustaría. Generalmente son muy sensibles y necesitan retirarse y pasar tiempo a solas y tranquilos para permanecer centrados. A menudo son idealistas y muchos poseen talento artístico.    

Como trabajadores de la luz, parte de vuestra misión consiste en introducir en la Tierra un nuevo tipo de consciencia, pero, para lograrlo, es imprescindible que creáis firmemente en vosotros mismos. Tenéis que confiar en la voz de vuestra propia intuición y en vuestros sentimientos. No de una manera egocéntrica —por ejemplo: «Estoy más evolucionado que los demás»—, sino desde el corazón: valorando y respetando quienes sois, pues así es como vuestro corazón puede hablaros. La trampa en la que caen muchos trabajadores de la luz es que se pierden en sentimientos de inferioridad y descartan sus auténticos deseos y necesidades. Es preciso que desarrolléis una personalidad fuerte para ser capaces de desconectaros de las ideas de la sociedad y ser vosotros mismos.

Y eso es lo que hoy quisiera enfatizar: la importancia de ser fuertes y autoconscientes, lo cual tiene que ver con vuestra energía masculina. Cuando yo vivía en la Tierra, hace unos 2000 años, necesitaba aislarme a menudo con el fin de recordar quién era. Había a mi alrededor un montón de energías confusas, en particular las de las expectativas de la gente que me era más cercana. Necesitaba protegerme de todo aquello y permanecer conectado con mi yo superior. Con frecuencia me iba solo al desierto para sentirme muy cerca de Dios, del Espíritu, y mantener mi confianza.  

Y lo mismo os ocurre a vosotros. Habitáis en dos mundos: tenéis un pie en la sociedad humana actual y otro en la dimensión de vuestra alma, en vuestro reino de origen. Es preciso que no perdáis pie en esa dimensión, de lo contrario la presión social puede llevaros a la parálisis y el miedo. Necesitáis que vuestra energía masculina diga «no» con decisión a aquellas exigencias y expectativas que notéis que no son apropiadas para vosotros. En este sentido, tenéis que ser como guerreros, aunque no de los que luchan y pelean contra otros. Ser un guerrero significa que permanecéis fieles a vosotros mismos, que os desconectáis con frecuencia del mundo que os rodea y que prestáis atención a lo que vosotros sentís, a lo que vosotros intuís. Significa que confiáis en vuestra guía interior.  

Voy a pediros ahora que imaginéis que viajáis al desierto conmigo y que llegamos allí de noche. La temperatura ha refrescado y podéis ver el cielo plagado de estrellas brillantes. Imaginad que estáis allí conmigo y sentid el misterio de la inmensidad que nos rodea —sentid el misterio de la vida. Buscad un sitio para sentaros. Relajaos y adentraos en vosotros mismos. El desierto es como un umbral que da paso a vuestro propio templo interior. Entrad en él. Dentro de ese templo os sentís conectados con la plenitud de la Tierra y con todas las estrellas del firmamento.

Cada uno de vosotros es un ser grandioso e inmenso. Afirmad: «Acepto mi grandeza. Soy diferente. Estoy aquí para traer una nueva consciencia». Recordad de dónde procedéis: un lugar de serena sabiduría del que fuisteis llamados para bajar a la Tierra en estos tiempos. Estáis aquí para sanar vuestras heridas internas y, también, para servir de ejemplo a los demás. Os estoy pidiendo que os toméis en serio.  

En el interior de vuestro templo aparece un guía que desea ofreceros ayuda o consejo. Recordad que vuestros guías son vuestros amigos —¡de verdad! Sois almas profundamente afines pero, como ellas están al otro lado, pueden ver las cosas con mayor claridad de lo que vosotros las veis con vuestros ojos humanos. Cuando dejéis que vuestros guías se aproximen, reconocedlos como amigos y percibid una sensación de familiaridad. Luego, preguntadles qué es lo que necesitáis saber en este mismo momento. Si os sentís preocupados o tristes por algo que esté ocurriendo en vuestra vida, se lo podéis contar. Sentid que tenéis mucha ayuda y orientación en ese lado, en esa dimensión. 

El aprecio por lo que hacéis es enorme y vuestros guías solo están ahí para recordaros cosas que en realidad ya sabéis. Antes de que bajarais a la Tierra y os encarnarais en vuestro cuerpo actual, erais seres profundamente conscientes. Vuestros guías son los representantes de la dimensión de vuestra alma, por tanto, sentid que estáis conectados con ellos. 

Imaginad ahora que abandonáis el templo y que os lleváis su energía de regreso a la Tierra. Permitid que la energía de vuestro yo superior, de vuestra alma, esté plenamente presente en vuestro cuerpo mientras escucháis o leéis estas palabras. Y sed conscientes de que el mundo os necesita; el mundo necesita esa energía particular de vuestra alma.  

Quisiera daros las gracias por vuestra valentía y perseverancia. Os respeto profundamente y, aunque os sintáis confusos o estéis sufriendo, yo puedo ver que vuestra luz sigue brillando intensamente. Estoy aquí para recordaros esa luz y convenceros de mi confianza en vosotros.

JESHUA

Canalizado por Pamela Kribbe

viernes, 8 de diciembre de 2023

ENCARNACIÓN - Mensaje de YESHUA por Pamela Kribbe



Escucha en YOUTUBE:
Magia de Llamas Gemelas

https://www.youtube.com/watch?v=Rewd-dwsTmc


ENCARNACIÓN
Mensaje de Yeshua


Queridos amigos,

Me siento muy feliz de estar aquí, con vosotros, y de mezclar mi energía con la vuestra.

Sois radiantes seres de luz y no tenéis ni idea de la fortaleza y belleza que diariamente demostráis en vuestra vida. Aunque el panorama es a veces sombrío y en ocasiones os sentís agotados de intentar avanzar en vuestra vida, siempre sois valientes. Es preciso que os deis cuenta del increíble valor y poder que desplegáis día tras día. Por el mero hecho de estar aquí, traéis cada vez más luz a la Tierra. Difundís vuestra luz cuando os ancláis en el cuerpo. Sois luz viviendo en la Tierra y vuestro cuerpo es parte de esa encarnación.

Encarnasteis aquí con un propósito, con una clara intención. Estáis aquí en beneficio vuestro, para florecer internamente y para experimentar y conocer a fondo cada parte de vuestro ser. Pero también estáis aquí en beneficio de la Tierra, de este planeta, con el fin de inspirarlo y nutrirlo con vuestra luz angelical. Vuestro cuerpo se compone de los mismos elementos que la Tierra y los reinos vegetal y animal. Eso es lo que tenéis en común; no estáis separados de la vida que os rodea.

El cuerpo es, en sí mismo, una maravilla. Considerad todas esas minúsculas células que lo componen. Cada una sabe cuál es su papel particular, pero, al mismo tiempo, todas saben trabajar juntas, como un conjunto unificado. Dan expresión a un poder superior, y ese poder superior es cada uno de vosotros, el alma que habita en vuestro cuerpo. El alma es la inspiradora y dadora de vuestra vida. Gracias a la elección de vuestra alma, el cuerpo que escogió para esta vida pudo materializarse: este cuerpo concreto, con todo aquello que os proporciona placer, así como aquello que os resulta doloroso y pesado.

Veamos más de cerca este cuerpo y apreciemos el prodigio de estar encarnado, aunque experimentar esa encarnación no siempre os resulte fácil. Uno de los motivos por los que os resulta difícil experimentar la maravilla y la belleza del cuerpo es que vuestra cultura es fruto de una tradición progresivamente alienada del mismo. En vuestra cultura, no es habitual considerar el cuerpo como una inteligencia viva, un campo de consciencia con el que el alma individualizada está íntimamente conectada. Son muchas las razones por las que no se os ha enseñado a considerar el cuerpo de tal manera, y una de ellas se remonta a tiempos anteriores a Cristo.

Todo empezó en tiempo de los griegos, al surgir un tipo de pensamiento que hoy denominaríais pensamiento racional. Se desarrolló una forma de contemplar el mundo en la que el ego se convirtió en el punto de referencia, un ego que se consideraba a sí mismo como algo separado de lo que percibía. La naturaleza y, con ella, el cuerpo fueron cosificándose paulatinamente hasta verse como algo que existe independientemente de vosotros. Lo que es externo a vosotros se convirtió, así, en objeto de estudio y este fue el inicio del desarrollo de la ciencia.

Posteriormente apareció, en la tradición occidental del siglo xvii, la ciencia moderna, con la que la dualidad entre la consciencia del ego y el mundo del cuerpo y de la naturaleza se intensificó aún más. Surgió entonces un dualismo en el que la materia fue considerándose cada vez más como algo sin vida y el cuerpo, como un pedazo de arcilla, por así decir, como algo carente de consciencia viva.

El surgimiento de la medicina solo fue posible a partir de ese estudio objetivo. El alma, la individualidad de la persona, se consideraba irrelevante. No se le daba ninguna importancia porque el cuerpo se veía como una entidad material que era igual en todas las personas. Esta visión objetiva de la vida permitió clasificar tipos de enfermedades e inventar fármacos. Cuando se parte de una visión dualística del mundo, es posible desarrollar toda una ciencia. No estoy diciendo que dicha visión sea incorrecta, pero sí que se convirtió en la visión tradicional de vuestra cultura y que aún persiste.

En tiempos más modernos, también puede observarse dicha tradición, aunque de muy distinta manera, en la industria de la cosmética. Fijaos en cómo se vive la belleza en vuestra cultura; se ha convertido en algo objetivo. Se da una cierta imagen de belleza que puede ser medida: tales y cuales dimensiones son las ideales para un cuerpo femenino o masculino. La apariencia y textura de la piel, o los rasgos faciales están sujetos, pese a que varían con el tiempo, a una evaluación objetiva, a algo externo a vosotros que tomáis como referencia para emitir juicios.

La enfermedad y la salud también se abordan desde esta perspectiva. Si el cuerpo está enfermo es porque algo en él está mal y, por tanto, hay que ponerlo bien. Visto de esta manera, el cuerpo es como arcilla muerta, como un tipo de mecanismo. Así pues, vivís en una tradición dualista en la que aquello que os es más cercano, donde moráis día a día —el cuerpo—, ha dejado de ser algo con lo que os sentís natural e íntimamente conectados. Habéis quedado alienados de vuestro cuerpo.

En la Tierra hubo un tiempo, muy anterior, en el que se tenía una visión muy diferente. Desde un punto de vista moderno, se consideraría que la gente de entonces vivía en una especie de era mítica en la que se creía que todo estaba conectado con todo. Se podía hablar con los árboles, los animales y las plantas, y todas estas criaturas no humanas eran portadoras de algo que tenía sentido. La propia naturaleza estaba llena de significado. Existía un flujo vital que recorría los animales, los árboles y las plantas, y todo estaba interconectado.

No obstante, esta visión naturalista también tenía inconvenientes, ya que la gente que creía en ella podía, a veces, caer presa de lo que hoy llamamos superstición, así como del miedo: miedo a las fuerzas de la naturaleza y a los dioses que se escondían detrás y dentro de ella. La ciencia y el pensamiento racional en que se fundamenta pusieron fin a esa antigua tradición. Por desgracia, la visión científica y objetiva ha llevado a una escisión antinatural y esquizofrénica en vuestra cultura y en la percepción que tenéis de vosotros mismos.

Pensad en lo distinta que es la perspectiva de que podéis experimentar vuestro cuerpo continuamente desde dentro. ¿Cómo lo sentís por dentro? ¿Tiene hambre o sed? ¿Se encuentra tranquilo o tenso? ¿Siente placer o dolor? El cuerpo os da constantemente una sensación interna de cómo se siente. Cuando adoptáis la perspectiva contraria, miráis y juzgáis vuestro cuerpo desde fuera, desde una percepción externa de cómo debería ser. ¿Qué debería ser capaz de realizar el cuerpo? ¿En qué fase de su desarrollo debería estar ahora? ¿Qué aspecto debería tener? ¿Cumple con los requisitos externos que se os imponen?

Por lo general, cuando padecéis alguna enfermedad o malestar, acudís al médico, el cual representa la tradición científica y objetiva de la dualidad. Un médico que puede deciros lo que no va bien, qué remedios tenéis a vuestra disposición y qué pronóstico cabe esperar en función de vuestro tipo de dolencia. Ahora bien, todo esto ocurre sin que la persona se haya conectado, de alguna forma, con el campo energético en que consiste su cuerpo.

Por su parte, el médico tampoco le presta ninguna atención a ese campo energético ni conecta con él. Se limita a observar y a diagnosticar los síntomas, para luego clasificarlos y determinar dónde encajan en el marco más amplio de los conocimientos que tiene, con el fin de tomar las medidas necesarias en función de dicho conocimiento. Pero al mismo tiempo, vuestro cuerpo sigue emitiendo señales que son únicas para cada uno de vosotros y que, a veces, no encajan con las pautas ni ideas generales que os llegan desde fuera, incluyendo las de un médico.

Es extremadamente importante para vosotros que volváis a despertar vuestra percepción del cuerpo desde dentro y que le permitáis ser el parámetro desde el cual emprender las acciones que tengan que ver con él. Cuando estéis enfermos o tengáis algún tipo de malestar físico, es imprescindible que os adentréis en vuestro interior y que encontréis allí las bases de cómo gestionar vuestros síntomas y dolencias. Solo después, proceded a buscar en el mundo exterior algo que os resulte útil, ya sea un médico, una opinión o alguna lectura.

Esas contribuciones, con todo, solo vienen en segundo lugar. Lo primordial es la conexión interna con vuestro cuerpo y, para llevarla a cabo, primero tenéis que creer en algo distinto a lo que os dice vuestra cultura. Tenéis que soltar toda esa idea del cuerpo como mecanismo, como materia sin consciencia. Debéis llegar a creer de verdad que el cuerpo puede ser vuestro guía; que os puede dar respuestas; que tiene en sí mismo una inteligencia natural y que desea seros útil; que está divinamente inspirado.

Quiero pediros que os toméis un momento, ahora mismo, para conectar íntimamente con vuestro cuerpo. Podéis hacerlo prestando atención a la respiración, sintiendo cómo fluye a través del pecho y hacia el abdomen, y luego centrándoos en los pies. Llevad vuestra consciencia a la planta de los pies y sentid cómo tocan el suelo. Sentid no solo los huesos o la piel, sino también el campo de energía dentro y alrededor de vuestros pies. Dicho campo energético no se percibe enseguida, pero podéis llegar a notarlo. Quizás sintáis un pequeño hormigueo o quizás otra cosa. Sea lo que sea lo que notéis, es útil.

A continuación, observad vuestras manos con la misma atención. Imaginad que están llenas de consciencia, perceptible gracias a vuestra atención. Dejad que esa consciencia se extienda hasta las puntas de los dedos y sentid que en vuestras manos hay algo más que su mera forma material. Sentid una presencia vital y energética dentro y alrededor de vuestras manos. Quizás podáis también ver o intuir un suave resplandor.

Ahora voy a pediros que dejéis que vuestra atención y consciencia se extiendan por todo vuestro cuerpo. Pero sin convertir esto en un esfuerzo —no se trata de un ejercicio mental. Se trata de llevar vuestra atención a algo que ya está ahí. Un cuerpo vivo no es algo que tengáis que obtener y no es algo que tengáis que merecer. Limitaos a sentir, de los pies a la cabeza, el campo vivo que ya os envuelve. Intentad percibir y sentir la totalidad de vuestro cuerpo y campo energético como una entidad viva.

Imaginad que ese flujo silencioso de energía, que está siempre recorriendo vuestro cuerpo, quiere deciros algo. Lo primero que vuestro cuerpo quiere deciros es que es consciencia, es luz encarnada a vuestra disposición. Vuestro cuerpo está ahí para vosotros. Os permite expresaros y su deseo es estar a vuestro servicio. Y si acaso padecéis algún dolor o enfermedad, consideremos cómo se ha producido.

El cuerpo en sí se afana siempre hacia el equilibrio. Todas las células del cuerpo están orientadas a ese fin: trabajan y construyen en pos del equilibrio. Incluso a medida que envejecéis y que vuestro cuerpo pierde vitalidad, todas las células se centran en generar equilibrio. Es posible envejecer con gran elegancia, sin mucho dolor ni esfuerzo. Es posible desde el propio cuerpo, incluso aunque este tenga alguna carga genética. La energía presente en vuestro cuerpo es tan increíblemente poderosa y vital que le permite sanarse y recuperar su equilibrio, incluso cuando ese desequilibrio ha sido extremo.

Tened fe en la capacidad de vuestro cuerpo para equilibrarse y sanarse a sí mismo; las fuerzas de la naturaleza son muy poderosas. Basta con fijarse en el mar o en el sol. Sabed que vuestro cuerpo está hecho de la misma materia viva y la misma consciencia que esos elementos naturales. Pensad en los océanos, sentid el eterno vaivén de las olas y la renovación inagotable que hay en ese movimiento: ese poder de autolimpieza. O pensad en un viejo roble que lo ha aguantado todo: viento, lluvia, sol. Vuestro cuerpo también es muy fuerte, pues está constituido de los mismos elementos.

Ahora bien, es cierto que un humano es un ser muy complejo. Cada uno de vosotros ha acumulado, como alma, una enorme experiencia de la realidad terrenal, parte de la cual se ha traducido en emociones negativas. Sentimientos de ansiedad, tristeza, dolor, ira… —todos los que se os ocurran. Estas emociones ejercen un efecto en el cuerpo y, con el tiempo, este se desequilibra. Las emociones también son fuerzas muy poderosas. Su energía es muy fuerte y pueden influir en el cuerpo, creando posibles bloqueos a nivel energético. Ahí es, sin embargo, donde os resulta útil esa consciencia de vuestro cuerpo de la que antes os hablaba, pues, para la consciencia del cuerpo, quien manda es el alma.

Cuando el alma experimenta constante ira o alguna otra emoción depresiva, el cuerpo termina absorbiéndola en su consciencia y sucumbiendo a ella, por así decir. Las emociones se apoderan entonces del cuerpo en forma de dolencias o enfermedad. El cuerpo sigue haciendo todo lo que puede para restablecer su estado natural de equilibrio, pero si esas emociones persisten y la persona no tiene la capacidad de sentirlas y transformarlas, el resultado puede ser una enfermedad.

Es importante darse cuenta de que el origen de toda enfermedad es casi siempre emocional. Lo que mayor estrago causa en el cuerpo son las emociones que experimentáis en vuestra vida, el dolor espiritual que acumuláis. Y esto tiene su razón de ser. No se trata de que haya un juicio exterior acerca de la emoción y de vuestra reacción a la misma, sino más bien de que, para vosotros, es importante conocer vuestras emociones desde dentro, de manera que el cuerpo pueda ayudaros a gestionarlas. Al conectar nuevamente con la consciencia natural de vuestro cuerpo, que tiende siempre al equilibrio, podéis detectar qué emociones os están deprimiendo o bloqueando.

Quisiera pediros que hagáis justamente eso ahora mismo. Antes conectamos con el campo energético vivo del cuerpo físico —con esa corriente subyacente siempre presente— y con su inteligencia natural. Ahora, imaginad que también tenéis un cuerpo emocional. En la tradición esotérica, se ha llamado cuerpo etérico a la consciencia del cuerpo, mientras que el cuerpo emocional se denomina aura o cuerpo astral, y es algo que se extiende más allá del cuerpo físico.

Imaginemos, por un momento, que cada uno de vosotros está rodeado de un campo energético compuesto de las energías de vuestros estados de ánimo y emociones fluctuantes. Imaginad que ese campo de energía que os envuelve se extiende unos 90 cm desde vuestro cuerpo hacia fuera. Voy a haceros algunas preguntas sobre ese campo, así que intentad no pensar y quedaos con la primera impresión que os venga a la mente.

Os halláis en medio de vuestro campo energético. ¿Lo sentís relajado o hay tensión en él? En caso de que haya tensión, ¿dónde está localizada? ¿Delante o detrás de vosotros? Llevad vuestra atención a ese punto de vuestro cuerpo emocional que sentís tenso, debido a las presiones de las circunstancias externas de vuestra vida, y dejadlo estar sin más. No es necesario que intentéis modificarlo. Basta con que sepáis dónde está.

Luego, llevad vuestra atención a algún punto del cuerpo que notéis tranquilo y sereno. Encontrad ese lugar de vuestro campo energético en donde os sintáis en paz. Quizás os venga espontáneamente el recuerdo feliz de algún momento en el que os sentisteis relajados o de una situación en la que os sentisteis alegres. Sentid esa energía durante unos instantes.

Por último, imaginad, cada uno de vosotros, que sois un ángel magnífico. Un ángel que lleváis detrás y que os envuelve con su luz y sus alas en un abrazo que abarca tanto vuestro aura —vuestro cuerpo emocional— como vuestro cuerpo físico y su campo etérico. Un ángel que abraza todo vuestro ser con amoroso respeto. Y como ese ángel magnífico que cada uno de vosotros es rebosa sabiduría, compasión y fuerza, os sentís comprendidos, amados y amparados.

La encarnación de vuestra alma —vuestro cuerpo— quiere que las cosas os vayan bien. Se afana por manteneros en equilibrio y armonía, y también es, en cierto sentido, vuestro guía. Y en el lado de lo no físico está vuestro ángel, el cual os ama y está siempre disponible para vosotros, sin condiciones. Ese ser angélico es vuestro yo superior —es quienes sois. Y entre los dos, está vuestro cuerpo astral, que es donde las emociones pueden atascarse o bloquearse.

Intentad aceptar el ahora mismo tal y como es; dejad simplemente que el ahora sea lo que es. Y respetaos a vosotros mismos, porque sois los valientes entre los ángeles. Habéis emprendido este viaje por vosotros, aunque no solo por vosotros. Habéis venido aquí y os habéis adentrado en la más profunda oscuridad llevados de vuestra confianza en la luz que todo lo sostiene en el Cosmos, la luz que todo lo infunde. La rama y la hoja más pequeñas de un árbol, el escarabajo y la brizna de hierba más minúsculos… todo está imbuido de luz viva.

Sentid que tanto las fuerzas de la naturaleza como los poderes espirituales del Cielo están con vosotros para apoyaros en vuestro camino: el camino hacia la transformación de pesadas cargas emocionales en luz, conocimiento y comprensión. No estáis solos, estamos a vuestro lado. Y recordad que el cuerpo es vuestro amigo, vuestro aliado, y que, junto a vuestro yo-ángel, quiere ayudaros a florecer. Aceptad la verdad: sois valientes; sois maduros; sois seres hermosos. Creed en vuestra propia riqueza y en los tesoros a vuestra disposición, y notaréis que experimentáis mayor alegría y relajación en vuestro cuerpo. Hay sanación para vosotros, ¡creed en ello!

JESHUA

Canalizado por Pamela Kribbe

lunes, 4 de diciembre de 2023

TIEMPO DE CELEBRACIÓN - Mensaje de YESHUA por Pamela Kribbe


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Magia de Llamas Gemelas
https://www.youtube.com/watch?v=i-lhTUa8sEU

TIEMPO DE CELEBRACIÓN
MENSAJE DE YESHUA

 

Amados amigos:

Estoy en medio de vosotros; Yo Soy Jeshua y me encanta estar contigo; siente mi presencia. Soy un igual, tu amigo y hermano.

Me gustaría decirte que este es un tiempo de celebración. Ya sé que muchos de vosotros todavía tenéis dudas y temores sobre las decisiones que debéis tomar en vuestra vida. Pero la Conciencia Crística está despertando en el corazón de todos y cada uno como una llama. Todavía está muy tierna y aún no es estable, pero está ahí y está despertando. Estar juntos, como lo estamos ahora, y reconocernos desde el corazón y desde el alma, nos permite encender un fuego dentro de nosotros.

Por favor, siénteme en tu corazón. Yo era tan humano como tú, así que no me veas como un maestro elevado que está por encima de ti. Quiero compartir contigo tanto tu alegría y tu risa, como tu dolor y tu soledad. Quiero estar contigo a través de todo. Siente el abrazo de la Esperanza. Relájate y hazlo desde casa. Lo has hecho muy bien, has sido muy valiente.

Estás recorriendo un camino difícil en tu vida en la Tierra y voy a contarte algo más acerca de ese camino. Tú perteneces a una familia de almas a las que yo llamo «Trabajadores de la Luz» y has vivido en la Tierra en numerosas ocasiones. Tu alma ha evolucionado a lo largo de muchísimos siglos, pero en cierto momento, se produjo un cambio profundo en tu corazón y en tu alma. Es difícil resumir ese cambio en pocas palabras, pero lo intentaré de la siguiente manera:

Al comenzar el viaje como alma individual, comienzas a explorar el cosmos y a experimentar la vida, no solo en la Tierra, sino en varios lugares del Universo, que es infinito. Pero también te sientes separado del Hogar, de la Unidad Original de la que eras parte, por lo que nacer como un alma individual conlleva un dolor de parto.

En las etapas iniciales de tu viaje como alma, tratas de curar ese dolor de la separación buscando fuera de ti. Tu ego intenta ganar poder para sentirse bien y en casa; para acumular poder y gobernar a otros con el fin de tener una sensación de control, lo que te otorga una especie de paz temporal. Pero a medida que avanzas y evolucionas, descubres que no hay ninguna forma externa de aliviar el dolor de la separación. Cuando te das cuenta profunda y verdaderamente de eso, es cuando comienzas tu viaje espiritual.

Aunque todavía no tienes las respuestas, te das cuenta de que las respuestas están dentro de ti y no fuera, y es entonces cuando te conviertes en un «Trabajador de la Luz». Empiezas a soltar el ego y empiezas a abrirte a la conciencia del corazón, aunque durante mucho tiempo estás atrapado en el medio. Quieres deshacerte de la conciencia basada en el ego, pero todavía no puedes confiar verdaderamente en la conciencia basada en el corazón.

Lo que ahora les está sucediendo a muchos «Trabajadores de la Luz« en la Tierra es que han nacido con un deseo genuino y profundo de alcanzar la conciencia basada en el corazón en esta vida. Pero la sociedad, tal como se desarrolla actualmente en la Tierra, aún no ha dado el salto a la conciencia basada en el corazón.

Cuando eres niño, te bombardean con información sobre lo que se supone que es una “buena vida”. Se te enseña a encajar en la sociedad y a alcanzar los ideales que la sociedad te ofrece. Hay muchas imágenes de la sociedad que se te han grabado durante tu educación sobre lo que es ser un ser humano bueno y exitoso. Pero como Trabajador de la Luz, no encajas con esos ideales o requisitos; no resuenan con tu alma. De manera que te sientes diferente y notas que no puedes adaptarte a lo que te dice la sociedad.

Cuando no te reconoces en las personas que te rodean, empiezas a sentirte solo e incluso desesperado. Empiezas a dudar de ti mismo y a tener juicios negativos sobre quién eres, y hacer eso es perjudicial para ti. Lo trágico, y la paradoja a la vez, es que en la Tierra tienes que sentirte diferente, que no tienes por qué encajar. ¿No sientes que, siendo diferente, ya cumples la misión de tu alma, que traes una Nueva Conciencia a la Tierra?

Lo que está sucediendo ahora mismo en el planeta a escala global, es que el dominio de la conciencia basada en el ego está destruyendo la Naturaleza y a la Tierra. La conciencia basada en el ego está dirigida por una necesidad de control y, por lo tanto, no puede mantener una armonía completa con la Naturaleza y otros seres. El ego siempre anhela el control; es como un gran agujero que debe llenarse constantemente, por lo que anhela todo aquello que proviene del exterior, cosas como el reconocimiento y el éxito.

Yo no estoy aquí para juzgar ese tipo de conciencia, porque es parte de la evolución del alma, pero sí estoy aquí para deciros que vosotros vais más allá de eso, que no tenéis que escuchar las reglas y los estándares de la sociedad que todavía se basan en la conciencia del ego. Por eso os digo que tengáis autoestima y que os valoréis verdaderamente. Me gustaría que os incorporarais y que estuvieseis orgullosos de vosotros mismos. Los maestros sois vosotros, vosotros sois los portadores de Luz en este mundo.

Siente mi llamado. Lo que estoy pidiéndote que hagas es nada menos que ser tú mismo, que seas  diferente. Comparte con el mundo tus puntos de vista, tus ideas originales, tu intuición… No le tengas miedo al rechazo y no busques el reconocimiento fuera de ti. Siente tu fuerza interior; sé consciente de ello. ¡Eso es lo que se necesita ahora mismo en el mundo!

Aquí hay una paradoja. Cuando os pido que os sintáis orgullosos de vosotros mismos, no me refiero al orgullo del ego. Lo que os estoy pidiendo es que os abráis al verdadero poder y resplandor de vuestro corazón. El mayor escollo para los Trabajadores de la Luz en la Tierra es una profunda falta de autoestima. A menudo os sentís solos y abandonados por la sociedad, y vuestro niño interior necesita amor y protección. Por eso, muchas veces hago hincapié en lo importante que es abrazar a vuestro niño interior, porque esa es la parte más vulnerable y propensa a buscar soluciones externas.

Así que abraza a tu niño interior; sé consciente de tu belleza, de la vibración de amor y compasión que llevas en tu corazón. Siente por un momento la vibración que está presente ahí donde estás, la vibración de tu alma. Siente la Luz y la Sabiduría que has ido reuniendo a lo largo de tantas vidas. Esa Luz que ahora está presente es tuya, no mía. Yo solo estoy recordándotela. Y también te recuerdo que está muy bien ser diferente; en realidad, estás destinado a ser diferente; tú eres un mensajero de otra dimensión.

Tú estás destinado a ir más allá de la conciencia del ego. Naturalmente, todavía tienes que lidiar con el miedo y las dudas que hay dentro de ti, pero ya tienes la comprensión y la compasión en tu corazón para verte a ti mismo con ojos de aceptación. Sé amable y gentil contigo mismo, porque ya está bien de juzgarte y dañarte a ti mismo de la manera en la que te has acostumbrado a hacerlo.

Me gustaría finalizar con este  ejercicio: Imagina que estás sosteniendo una antorcha en tu mano derecha y que ya no la escondes. Mírate a ti mismo en tu entorno cotidiano sosteniendo esa antorcha visiblemente frente a ti. Ahora observa si hay algo en tu vida que quiera cambiar, algo que cambiaría si sostuvieras tu Luz de esa manera. ¿Es algo que existe en tu relación o en tu entorno laboral? Deja que la antorcha de luz, que es tu Luz, te guíe.

Nunca te avergüences de esa Luz y mírala por lo que realmente es. Esa es tu Luz, ¿qué te dice? Siente su pureza. Es una Luz eterna; es la Luz de tu alma. Tu alma quiere volver a Casa, quiere dejar atrás la separación. Después de muchos, de muchísimos viajes por el universo, quiere regresar al centro de la Unidad. Quiere experimentar la alegría y la inspiración que pertenecen a ese estado de Unidad.

He comenzado este mensaje diciendo que éste es un momento de celebración. Y el motivo de ello es porque ahora hay tantas personas en la Tierra, tantos Trabajadores de la Luz que tienen ese mismo anhelo por la Unidad, por el Hogar, que las cosas están comenzando a cambiar realmente. El propósito de tu vida es traer el Hogar a la Tierra. Cuando alcanzas el estado de Unidad, de entrega a la conciencia del corazón en tu vida en la Tierra, entonces has alcanzado tu meta. Y cuando eres capaz de mantener esa conciencia en un entorno que todavía está en transición del ego al corazón, entonces eres el maestro que debes ser, de manera que sé el maestro que eres.

Te amo profundamente y siempre estoy contigo como hermano y amigo.

Gracias.

JESHUA

sábado, 2 de diciembre de 2023

El CUERPO y El ESPÍRITU - LA PIEDRA - Mensaje de YESHUA por Pamela Kribbe


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Magia de Llamas Gemelas
https://www.youtube.com/watch?v=tqipHDvGNJ0


LA PIEDRA
ABRAZANDO LA DANZA ENTRE EL CUERPO y EL ESPIRITU
Mensaje de Yeshua

 

Mis queridos amigos,

Yo Soy Jeshua. Los saludos a todos ustedes. Todos ustedes son seres de luz. Han venido a la Tierra a esparcir vuestra luz. Al hacer esto encuentran resistencia. Son confrontados con la oscuridad. ¿De qué se trata realmente este juego entre la luz y la oscuridad? ¿Cuál es el propósito de la resistencia y de la oscuridad que han estado experimentando?

Estar en la luz significa estar en un estado de conciencia en el cual ustedes se dan cuenta de vuestra unidad con todo lo que es.  Si están en la Luz, si son la Luz, se sienten completamente libres e infinitos. Saben que son parte de una totalidad mayor y sienten que son profundamente abrigados dentro de esta red infinita de conciencia viva. La Luz es vuestra conexión al Uno.

La Luz por naturaleza no tiene forma. No es dependiente de ninguna forma material. Es libre de las restricciones del tiempo y del espacio. Ustedes no son la forma material  que vuestra conciencia habita en este momento. Ustedes no son vuestro cuerpo, no son la carne y los huesos de los cuales está hecho vuestro cuerpo, no son el género ni las características que pertenecen a vuestra personalidad actual. Ellos son parte de ustedes, pero ustedes son mucho más. Son su origen, el creador divino.

Vuestra alma infinita ha habitado en muchas formas de vida diferentes y ha experimentado un gran número de vidas a través del universo. Estas experiencias los han enriquecido de maneras que ustedes aún no reconocen. Vuestro a veces arduo viaje a través de la encarnación es nada menos que el modo en que Dios se expande a sí mismo. Vuestro viaje a través de la forma es significativo porque permite que toda la creación se expanda y prolifere de maneras nuevas y enriquecedoras.

Yo sé que a veces ustedes no lo sienten así. Ustedes pueden llegar a abrumarse por la falta de luz y conexión en la Tierra. Yo lo sé. Estoy aquí para encender una chispa de remembranza en vuestra alma. Si ustedes recuerdan quiénes son realmente, se dan cuenta de que vuestro centro divino aún está entero e intacto a pesar de todo por lo que han pasado. Sentir vuestra totalidad puede darles una sensación de alivio o incluso un sentimiento de éxtasis.  Aquí es cuando ustedes saben que están dando con la verdad. Ustedes recuerdan la verdad de quiénes son: un alma divina con infinitas posibilidades. Estoy aquí para recordarles quiénes son y para inspirarlos a traer esa conciencia a vuestra vida diaria.

No hay una verdadera brecha entre el ustedes humano y el ustedes divino. Vuestro ser divino no está en algún otro lugar. Para empezar no está ubicado en el tiempo y en el espacio. Si ustedes quieren conectarse a él ahora mismo, pueden hacerlo dando un paso atrás por un momento en asuntos que abruman vuestra mente y emociones. Imaginen que vuestra conciencia se vuelve más grande, apartándose de estos asuntos y entrando a un espacio de conciencia abierta. Dentro de este espacio no hay necesitar o querer, sólo hay ser. Puede parecer como si esto no fuera a ayudarlos a resolver ningún problema en vuestra vida, pero yo los estoy invitando a simplemente intentarlo. ¿Pueden cambiar vuestra conciencia y tan solo observarse de un modo tranquilo y despreocupado? ¿Pueden estar con ustedes mismos sin juzgarse o interferir? Ustedes encontrarán que al hacer esto se vuelven calmos y más relajados. Si vuestras emociones, pensamientos o sensaciones físicas los arrastran afuera de este espacio calmo, no se preocupen. Déjenlo ser. Observen qué sucede. En algún momento descubrirán que entrar en este espacio de conciencia silenciosa es una herramienta poderosa para recordar quiénes son.

Esta herramienta siempre está disponible para ustedes. Ustedes pueden permanecer en contacto con vuestra totalidad, con el espacio de libertad interior, por medio de mantener siempre cierta distancia de las cosas que los perturban, o aún de aquellas que los excitan de un modo positivo. Manteniendo cierta distancia ustedes conservan la conciencia viva de que estas cosas nunca los definen totalmente, aunque en verdad son importantes en vuestra vida. Ustedes son más que las emociones y los sucesos que transpiran en vuestra vida. Dentro de ustedes hay una presencia que silenciosamente pero aún así intensamente observa ir y venir todos estos sucesos y experiencias. Esta presencia es indestructible. Es la fuente de la vida misma.

En vuestra vida en la Tierra ustedes eligieron conectar temporalmente vuestra conciencia con el cuerpo, una forma. Hay una razón para esta elección. El cuerpo es muy precioso. Es una admirable proeza el hecho de que ustedes puedan enfocar vuestra conciencia de tal manera que los identifica parcialmente con un cuerpo, con la persona que son ahora, hombre o mujer, con todos los talentos y características que les pertenecen. Sin embargo, por favor no cometan el error de creer que son este paquete de características. Ustedes son la conciencia que los experimenta. Este conocimiento puede ponerlos en libertad.

El ustedes divino, vuestro ser despojado hasta el núcleo, es como un amplio espacio abierto, vacío y aún así lleno de vitalidad y potencial. Ésta es la parte de ustedes que es Dios. Éste es el Hogar. Si ustedes se conectan a esta parte vuestra sienten alivio, alegría y libertad. Se sienten a salvo. Estar en la oscuridad significa que se sienten separados de su centro, de su conexión con la totalidad. Se sienten disipados del amplio espacio interior que por sí sólo puede traerles la paz y la alegría que están buscando. Todo el sufrimiento se origina desde esta sensación de desconexión. Es el dolor más severo que vuestra alma puede experimentar.
 

Comprender el propósito de la oscuridad

¿Por qué las almas siempre eligen experimentar la separación? En el momento en que ustedes eligen encarnar y vivir dentro de una forma material vuestra luz queda limitada y restringida. Vuestra conciencia se reduce y ustedes pierden vuestro sentido de infinitud. Ustedes tienden a perder la conexión con el ustedes real, el que es amorfo, libre e ilimitado. Especialmente para las almas jóvenes, quienes están en la etapa inicial de su viaje de encarnación, es fácil olvidar e identificarse con la forma que ellos habitan. Es un signo de madurez cuando un alma es capaz de habitar totalmente un cuerpo humano y al mismo tiempo comprende que no es el cuerpo sino aquél que lo experimenta y le da vida. A medida que el alma evoluciona nace la conciencia de que hay algo trascendiendo el cuerpo, la forma material enfocada en el tiempo y en el espacio. El alma madura se abre a la dimensión de lo amorfo y comienza a reconocer que su propia esencia reside ahí. Al hacer esto el alma evolucionada será capaz de traer la conciencia de unidad dentro del reino de la forma material.

¿Por qué un alma elegiría aventurarse en el viaje de la encarnación? ¿Por qué ustedes eligieron estar confinados por la forma material, por el ciclo del nacimiento y de la muerte y todo lo que viene con eso? ¿No habría sido mucho más feliz haberse quedado todo el tiempo en un estado de unidad infinita? Háganse esta pregunta. Algunos de ustedes podrían decir ahora mismo que si fuera posible no volverían a encarnar otra vez. Ustedes me dirían que la vida en la Tierra es demasiado dura, demasiado oscura y que añoran terriblemente ir al Hogar y quedarse ahí por siempre. Sin embargo, yo les estoy diciendo que vuestra alma eligió experimentar esta vida que están viviendo en la Tierra al igual que eligieron experimentar todas las vidas que vivieron en la Tierra. Hay una parte de vuestra alma que ama danzar con la materia, y yo les estoy diciendo que ésta es la parte más divina, sagrada y creativa de ustedes.

Dios desea traer luz dentro de la forma material. El Espíritu (a quien uso como sinónimo de Dios) creó la materia para que la Luz tome forma y sea experimentada por ella misma. La creación de la materia puso en juego la danza de la conciencia y de la materia: la danza del cuerpo y del espíritu. La interacción entre el cuerpo y el espíritu es la manera de Dios de crear. Ustedes – como un espíritu habitando un cuerpo – son el despliegue de la creación de Dios. A medida que vuestra alma va evolucionando y madurando, va adquiriendo la capacidad de sostener la luz del Espíritu y de expresarla a través de un cuerpo. El arte de vivir en un cuerpo es manifestar la libertad del Espíritu dentro de la dimensión material. Cualquier cosa en la dimensión material que es iluminada desde adentro por la conciencia del Espíritu irradia belleza y vitalidad y agrega algo importante a la vida. La luz encarnada es la luz más preciosa que existe. Al encarnar vuestra luz del alma en la Tierra, en la forma material, ustedes están expandiendo la creación de Dios. Ustedes están creando algo nuevo y contribuyendo en algo a la totalidad que no habría existido sin su presencia única.

La abundancia de formas de vida que existen en la Tierra, en los reinos animal, vegetal y mineral, reflejan el deseo del Espíritu de manifestarse de diversas maneras. La belleza y variedad de la vida en la Tierra ha evolucionado a partir de la danza entre la materia y el espíritu, entre la conciencia y la forma. Dios anhela expresarse en diferentes formas, porque enriquece la creación y porque permite a todos los seres experimentar la belleza, la alegría y la aventura en sus ciclos de vida. Todos los seres son chispas del Espíritu. Viajar a través de diferentes formas y conocer la vida desde muchas perspectivas diferentes trae profundidad y sabiduría a vuestra alma. Incluso la experiencia de la separación, de la oscuridad, puede ayudar a enriquecer la creación.

Ustedes son Dios. Ustedes alguna vez hicieron la elección de descender dentro de la materia y hacer brillar vuestra luz mientras habitaban una forma limitada. Esto no es algún castigo que tengan que soportar. Es el resultado de una elección sagrada que hicieron como parte de Dios. Ustedes realmente son un Creador. Más allá de la resistencia que puedan sentir ahora mismo hacia su vida en la Tierra, hay un profundo y constante deseo en vuestra alma de traer luz a la realidad densa de la Tierra. Hacer brillar vuestra luz sobre las partes oscuras de la realidad terrestre, adentro y afuera, es verdaderamente vuestro llamado del alma. Si ustedes hacen esto experimentan una especie de satisfacción que toca vuestro corazón más profundamente que cualquier otra cosa. Incluso la visión de estar ahí arriba en el cielo en eterna dicha y paz palidece en comparación. Esto es porque está en vuestra naturaleza como un ser divino danzar entre el cuerpo y el espíritu. Es esta danza que constituye la esencia de la creatividad. Ustedes, quienes por momentos se sienten desanimados por vivir en un cuerpo humano en la Tierra, sentirán alegría otra vez no por abandonar la danza por completo, sino por saber cómo traer vuestra luz a la oscuridad.

La oscuridad y la densidad son parte de la vida en la Tierra. Cuando ustedes experimentan la oscuridad o la densidad en vuestra vida sienten que la energía es pesada, lenta y atascada. Ustedes sienten una falta de movimiento, de libertad y de fluidez. Siempre que haya este tipo de densidad, habrá pensamientos o emociones negativos, lo cual revela un sentido de desconexión y de separación. Ya dije antes que sentirse desconectado del Espíritu, lo cual significa sentirse separado de vuestra propia esencia, es el dolor más severo que un alma puede experimentar. ¿Cómo remedian ustedes esta sensación de separación, lo cual los hace sentirse emocionalmente heridos y dudosos del significado de la vida?
 

Llevar vuestra luz dentro de la oscuridad

Hoy los invito a encontrarse con la parte más densa dentro de ustedes y a darle la bienvenida con un corazón abierto. En la vida cotidiana ustedes experimentan vuestras partes más densas en áreas de la vida en las cuales vuestra energía difícilmente fluye. Esto puede ser en el trabajo, en las relaciones, en la salud o en cualquier otro aspecto de vuestra vida. En esta área es más difícil para ustedes aceptarse a ustedes mismos o lo que la vida tenga para ofrecerles. Experimentan ese aspecto de la vida como una carga, como algo que no debería haber existido. Ustedes se sienten bloqueados, estancados y yo los invito a visualizar esta densidad como una piedra que ustedes acarrean, así como el proverbial “peso agobiador alrededor del cuello”.

Ustedes pueden sentir que la densidad que experimentan es debido a circunstancias externas. Pueden sentir que ha sido causada por el rechazo, la traición o la violencia de otras personas. O podrían decir: yo no concuerdo con la vida en un lugar que es tan oscuro y denso como lo es la Tierra. Es comprensible que esa parte de ustedes reaccione de esa manera. Es la parte de ustedes perpleja y sobresaltada que se ha olvidado del verdadero poder dentro de su ser. Es un niño interior traumatizado hablándoles a través de estos pensamientos negativos. Este niño se siente una víctima, se siente abandonado y desconectado. Yo los invito a reconocer la parte más sabia y luminosa de ustedes, cuyo único propósito es traer a aquél niño al hogar. Tienen que hacer una elección. ¿Se identifican con el niño interior traumatizado, o con la parte brillante y entera de ustedes que es capaz de sanar al niño?

El origen de vuestro sufrimiento no yace en la densidad u oscuridad de la realidad externa. Está en vuestra sentida incapacidad de elevarse sobre las partes más densas dentro de ustedes y de abrazarlas con vuestra luz y verdadero resplandor. Sintiéndose victimizados por la parte densa, ustedes se resisten a ella y quieren librarse de ella. Echar afuera una parte de ustedes los hace sentirse desgarrados por dentro. Vuestra alma no estará en paz hasta que el niño perdido haya vuelto al hogar.

Imaginen que ustedes están acarreando una piedra alrededor del cuello. Echen una mirada y vean cuán pesada o grande es la piedra. Dejen libre vuestra imaginación. La piedra contiene todas las emociones con las que tienen dificultades y todos sus pensamientos negativos acerca de vivir en la Tierra, tales como “Yo no soy bienvenido”, “la gente no me comprende”, y así. La piedra acarrea vuestro miedo así también como vuestra resistencia a la vida. Simboliza lo que se ha quedado atascado y bloqueado dentro de ustedes. Por lo tanto, la piedra también señala vuestra misión en la vida. Es vuestra misión del alma traer luz a las partes más densas de vuestro ser.

Es vuestro propósito de vida hacer brillar luz sobre las partes endurecidas y petrificadas de ustedes. Esparcir luz en la Tierra es primero y principal llegar a la oscuridad interior. Tan pronto como ustedes abracen este viaje interior, vuestra luz automáticamente irradiará afuera hacia los demás y los inspirará a hacer lo mismo. Ustedes no tienen que enfocarse en lo que necesita ser remediado en el mundo. Enfóquense en vuestra propia piedra. ¿Ven una imagen de ella? ¿Qué colores tiene? ¿Cómo se siente cuando la levantan? Díganle hola a la piedra y sosténganla con cariño. Permitan que vuestra conciencia fluya dentro de la piedra y sientan la energía dentro de ella. ¿Sienten ira, angustia, o miedo? Dejen que la piedra les cuente su historia.

Recuérden que ustedes, quienes están sosteniendo la piedra, son un ser de luz viva. Son totales y enteros, sostenidos con seguridad por los brazos de Dios. Ahora observen qué le sucede a la piedra tan sólo al sostenerla y poner vuestra atención en ella de un modo abierto y acogedor. Se transformará. Mientras se conecten a ella desde su centro divino, rodeándola con aceptación y serena comprensión, ustedes la riegan con chispas de luz. La piedra es encendida por dentro. Vuestra conciencia lleva vida y movimiento dentro de la piedra. Ya no es más fría y pesada. Gradualmente se transforma en una piedra preciosa. La estructura de la piedra ha cambiado debido a vuestra atención amorosa. Echen una buena mirada y vean qué color y forma toma.

Ahora pregúntenle a la piedra: “¿Cuál es tu regalo para mí?” ¿Qué clase de cualidad sienten que está presenta en la piedra? Siéntanla desde adentro. ¿Es compasión, es paciencia, es la habilidad de rendirse y confiar? ¿Es tranquilidad, es coraje o es alegría? Reciban el regalo. Al principio esta piedra contenía una energía oscura y estancada. Luego de que la abrazaron con el calmo poder de vuestra verdadera naturaleza se transformó en un tesoro. No será simplemente neutralizada; será transformada en una piedra preciosa, reflejando vuestra belleza interior y sabiduría. Lo que en un comienzo era un peso agobiante alrededor del cuello se ha vuelto una joya preciosa. Levanten la piedra y vean cómo resplandece y brilla en una forma y color que refleja vuestra energía única. Dejen que la piedra preciosa entre a vuestro cuerpo y vean a dónde va naturalmente. ¿A qué parte de vuestro cuerpo la piedra va espontáneamente? ¿Qué efecto tiene en ustedes? Tendrá un efecto sanador en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu.

La vida continuamente los invita a volcarse hacia vuestras partes densas, oscuras y estancadas. La danza entre el cuerpo y el espíritu es como una danza entre la luz y la oscuridad. Tan pronto como ustedes reconocen vuestra verdadera naturaleza, la danza va dejando de ser una lucha. Se vuelve una dicha. En cuanto se vuelven conscientes del poder transformador del ustedes divino e invitan a la oscuridad a salir a la superficie, la danza de la luz y de la oscuridad da origen a joyas preciosas que muestran cómo la luz puede viajar dentro de las partes más densas de la realidad. La joya es el resultado de la integración de la conciencia en la materia, el fruto de la danza entre el cuerpo y el espíritu. La vida los invita a ejecutar esta danza una y otra vez. Siempre que sientan negatividad u oscuridad en vuestra vida, por favor no juzguen. Lleven la piedra a vuestra imaginación. Acójanla y conéctenla a la parte de ustedes que aún no está iluminada por vuestra conciencia divina. Cuiden la piedra. Vuestra atención amorosa es la clave para encender la piedra desde adentro. Al hacer brillar vuestra luz sobre las partes densas y oscuras en vuestro interior, ustedes abrazan la danza de la creación y Dios nace en la Tierra a través de ustedes.

JESHUA

Canalizado por Pamela Kribbe