El Ciclo de Vuestras Estaciones
Febrero 7 de 2014
YO SOY la voz de la Tierra que os habla desde
el suelo bajo vuestros pies. Yo os hablo desde el corazón del Invierno, que es
una estación del año que os trae mucho, aún cuando no siempre lo creáis. En el
Invierno la fuerza vital se repliega hacia el núcleo. La temporada de Invierno
gira en torno a ese núcleo: el núcleo de Luz en vuestro interior, el fuego que
arde en el profundo interior, el poder del Espíritu en vosotros. En el invierno
lo externo se cae, las ramas están desnudas. La vida se repliega hacia el
tronco y hacia las raíces; y hay silencio y tranquilidad en la naturaleza. Pero
este silencio, este vacío y esta esterilidad, no carecen de vida ni de Alma; siéntelo.
Cuando caminas por el bosque o en los campos, allí está la vida, invisible pero
tangible. La vida se repliega hacia el núcleo donde reúne fuerzas para brotar
otra vez en Primavera.
Esta acumulación de
fuerzas para volver a organizarlas, tiene lugar en un ciclo que se repite una y
otra vez: Invierno, Primavera, Verano, Otoño; y otra vez Invierno. Un ciclo así
también se presenta en vuestras vidas. Hay ocasiones en las cuales la energía
de tu Alma se manifiesta completamente en la Tierra; momentos en los cuales la Luz de tu corazón se conecta
con esta realidad; y expresas completamente quien eres. Piensa en un momento
así en el pasado. Pregúntate: "¿Cuál momento de mi pasado significó para
mí una completa realización de quien Yo era? ¿En qué, dónde y con quién, me
permití ser visto completamente? ¿Dónde fluyó mi energía bien y
plenamente?" Por un momento siente esto en ti mismo. Dentro de un ciclo
completo, éste es un tiempo de expandirte, de irradiar, de Verano. Luego, la
siguiente fase del ciclo es la energía del repliegue, para reflexionar en ti
mismo y volverte a organizar. Y luego el ciclo vuelve a girar hacia un
siguiente nivel de expansión aún mayor, para expresar aún más plenamente el
Alma en la Tierra. Así
que tú estás en un ritmo constante de expandirte hacia el exterior e ir al
interior; un retorno al núcleo con el objeto de volverte a expandir; y
gozosamente, ser tú mismo y darte al Mundo.
Ahora, siente en ti
ese núcleo hacia el cual te repliegas. Hay un lugar en tu vientre, precisamente
bajo tu ombligo, donde puedes sentir tu Humanidad, aquí y ahora, profundamente
dentro del núcleo de tu Ser encarnado. Yo te pido que te sumerjas en este
lugar; y que desde allí sientas la fortaleza primordial que vive dentro de ti.
Tu corazón pertenece a tu Ser Angélico, tu Yo Superior, mientras que tu vientre
es el lugar del "corazón pulsante" de tu Humanidad. Tu objetivo en
esta vida es conectarte con ese lugar de tu vientre. Solamente allí te encarnas
en la Tierra y
te haces completamente Humano, porque solamente desde allí tu Luz hace una
conexión verdaderamente profunda con la realidad terrenal. Haz contacto con el
flujo energético en tu vientre, permitiendo que tu respiración se sumerja en tu
vientre; y siente la vida dentro de él. Siente cómo este flujo energético está
conectado con tu poder creativo, con la vitalidad misma del cuerpo; y también
con tu sexualidad. Por un momento, sumérgete profundamente en el centro de tu
vientre y abandona el mundo externo. Siente que allí se están reuniendo fuerzas
que te capacitan para comenzar un nuevo capítulo de tu vida en la Tierra; y que te dan
precisamente los poderes y talentos que necesitas ahora para manifestarte más
completamente en la
Tierra. Háblale a ese poder. Déjate abrazar por ese inmenso
poder de tu vientre y de tu Humanidad. Siente que en ese lugar estás
profundamente conectado con mi núcleo: el centro de la Tierra. Siente cuán
conectados estamos.
Ahora, toma un temor
de tu vida diaria con el cual te encuentres frecuentemente. ¿Dónde y a qué le
tienes miedo? Dilo para ti mismo: ¿Es el miedo a ser rechazado, o a ser
juzgado, o a estar solo? Luego siente cuánto pesa ese temor sobre ti,
especialmente alrededor de los hombros y la cabeza, porque el temor se agarra
fuertemente al pensamiento. El pensamiento alimenta los temores y los hace
crecer. Frecuentemente tus pensamientos están llenos de pánico y desconfianza.
Por un momento, siente que el miedo no está relacionado realmente con algo del
mundo exterior, sino que se deriva de tu propia mente y sale de tu propio Ser.
Ahora imagina ese temor como una nube de energía oscura; y con tus manos guías
a esa nube de energía hacia ese punto de tu vientre que es silencioso y
tranquilo; hacia la corriente de poder que fluye tranquila y confiadamente allí
dentro de ti. Mira cómo tu abdomen recibe y saluda a tu temor de una manera muy
neutral.
Siente en tu vientre
las fuerzas elementales de la naturaleza. Tú eres más grande que éste temor;
consuélalo. Permite que el miedo vea cuán fuerte eres realmente; y que tú eres parte
de la Vida Eterna.
Ahora tú estás incorporado aquí en la
Tierra, en carne y hueso. Tu cuerpo es un hogar sagrado que
animas con tu propia Luz; y tu esencia es eterna, sin importar la forma que
tome. Siente la serenidad de tu fortaleza sin paralelo; y luego mira y sabe que
el temor permanece en la periferia, no en tu núcleo. Deja que el miedo circule
alrededor de ti, mientras tú te repliegas a tu núcleo, al conocimiento interno
más profundo que te pertenece: "YO SOY bueno; YO SOY aceptado aquí; YO SOY
bello como Soy".
YO SOY la Tierra; y te reconozco y te
saludo como el Ángel que eres. Confía en mis poderes y confía en los instintos
de tu cuerpo. Ahora en esta estación invernal, dedica tiempo a retirarte y a
crear tanta vacuidad interna como puedas. Permanece en ese espacio silencioso y
siente qué es lo que deseas desde tu núcleo; qué quieres manifestar en la Tierra; y siente que tienes
la fortaleza para elevarte por encima de tus temores. Cuando te haces
consciente de tus temores, ése es un signo de que estás listo para
trascenderlos. Si tus temores se hacen perceptibles, la consciencia está lista
para recibirlos con compasión; ha llegado el momento.
No les tengas miedo a
tus "temores"; y cuando llegue el miedo, convoca a tu más profundo
poder, a tu Esencia. El temor hace posible que sientas tu Esencia, así que
tenle simpatía al miedo. Vives en un Mundo de dualidad; y cerca de la parte más
oscura, siempre está presente la más brillante Luz. Se llaman mutuamente y
forman una danza. En vuestra vida terrenal siempre están los ciclos de
inicialmente ir al interior y luego expandirse hacia afuera; y otra vez ir al
interior y luego al exterior. Cada vez que vas al interior, excavas un poquito
más profundamente en la oscuridad, así que cada vez puede fluír al exterior más
de tu Luz. Profundamente dentro de ti, la Luz y la oscuridad están actuando juntas en esta
danza. Honra esta danza, porque así es como funciona la energía vital en la Tierra. Es una
alternación entre entrar y salir, entre Luz y sombra; así que honra a la sombra
como parte de la vida. Así como un árbol pierde su espléndido follaje para
volverse completamente al interior, tú también haces algo similar en las
estaciones de tu vida. Volviéndote a tu interior, te conectas por un tiempo con
tu dolor, tu pérdida y tu duelo. Pero es también un bello movimiento, pues la
conexión te ayuda a acercarte más a ti mismo, a entrar más profundamente en la Esencia de quien eres.
Acepta este proceso,
porque la oscuridad es el camino por el cual vas hacia la Luz. Son los dos
elementos que están danzando juntos. No aborrezcas tus partes más oscuras,
porque te impulsan hacia adelante. Provocan que tu Luz se encarne aún más
profundamente. Da la bienvenida a las partes de ti que han llevado la oscuridad
dentro de ti y están sacándola a tu consciencia. Si les tienes compasión y las
aceptas como parte de tu senda, se convertirán en tus mejores amigas con una
profunda sensación de intimidad y conexión. Se te permite ser Humano. Tú eres un Ángel encarnado que
experimentas los extremos de Luz y oscuridad, para crear "oro" al
aceptarlas a ambas.
Al transformar tu
propia sombra, creas el "oro" de la comprensión y la compasión; y el
"oro" de la unidad de consciencia. Ésa es la razón por la cual estás
aquí en la Tierra;
y por eso Yo te amo intensamente y te acojo desde mi corazón. Cuandoquiera y
dondequiera que sea posible, te apoyaré con mi fortaleza. Siente esta fortaleza
en el suelo que está bajo tus pies, en el aire que te rodea; y en tu cuerpo. Yo
estoy aquí para ti, así que confía en nuestra unidad; y ten consciencia de que
Yo Te Amo.
Canalizada por Pamela Kribbe
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
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