HERMANO K.
El Pilar de la Humildad
15 de Septiembre del 2011
El Pilar de la Humildad
15 de Septiembre del 2011
Soy HERMANO K. Hermanos y Hermanas encarnados, tengan a bien recibir todos mis homenajes. Estoy a cargo hoy, de desarrollar uno de los 4 Pilares del Corazón, en resonancia con la Puerta Unidad. Este Pilar es el llamado Humildad y vengo a expresarme sobre lo que es, el concepto, de ser Humilde.
Conviene en primer lugar, saber que la palabra Humildad tiene la misma raíz en la palabra humano, cuya raíz es a su vez, la palabra humus. ¿Qué es el humus? El humus es la capa fértil de un suelo, donde se desarrolla la vida. El humano es pues, un principio que está en vida, en una carne. La Humildad se deriva pues de esta comprensión y esta aceptación de la vida.
Esta comprensión y aceptación de esta capa de vida, presente en la tierra y presente en el humano, tiene sus propias leyes. Estas leyes pertenecen a lo que se ha convenido en llamar: humano, esta humanidad, este humano se inscribe en un marco preciso de vida, entre un principio y un final. Marco de vida que puede definirse (como lo saben) en todos los sectores que experimentan en la encarnación.
Este principio de vida se inscribe, ustedes lo saben, mucho más allá de lo humano, en todo lo que constituye los Universos y las Dimensiones: tanto desde un átomo, que tiene su propia vida y su propia Conciencia, hasta el nivel de un Sol, que tiene también su propia vida y su propia Conciencia.
El humano es pues quien va a experimentar el humus, es decir, una forma de vida que es específica a una serie de normas, a una serie de límites y leyes, que son tributarias, diría, del medio en el cual esta vida se desarrolla y se manifiesta. Esto puede ser ilustrado por este principio fundamental descrito en la Biblia: “eres polvo y te volverás polvo”. El polvo forma indudablemente, parte de este concepto de humus. ¿Es qué ser Humilde, vivir su Humildad y vivir su humanidad, puede conducir a aceptar y a vivir la Unidad?
Eso también, así como voy a mostrárselos, acerca a la frase del CRISTO diciéndoles que “están sobre este mundo, pero que no son de este mundo”, que este cuerpo pertenece, de manera irrefutable y lógica, a la Tierra, pero lo que lo anima, que se llama la vida o principio de vida, no tiene nada que hacer de este origen Terrestre. Es como, si se sirvieran de un vehículo: la Conciencia pediría prestada una prenda de vestir que se llama el cuerpo físico, y los distintos cuerpos presentes en la superficie de la Tierra, constituidos ellos también, directamente en resonancia con las leyes de la Tierra.
Ser humano conduce a la Humildad y conduce a la Unidad. Para eso es necesario saber reconocer, de alguna manera, que la vida que viven sobre esta Tierra (y que todos vivimos) se inscribe entre un principio y un final. Por supuesto, la Conciencia no se inscribe en este principio y este fin, aunque participa y es parte involucrada, de este principio y ese final (el principio llamado el nacimiento o antes del nacimiento, y el final llamado la muerte). La Unidad no puede obtenerse y vivirse si no hay una aceptación total de la humanidad de lo humano.
Eso quiere decir que debe haber una aceptación de las limitaciones presentes en este cuerpo de carne. Lo que no quiere decir que es necesario contentarse. Lo que quiero decir con eso, es que es necesario aceptar todo lo que las condiciones de vida les dan a vivir, para poder precisamente trascenderlos. El Transcendencia de la humanidad y el humus no está en la negación del humus, sino en el Transcendencia misma de lo que es humano y la humanidad. No puede haber Transcendencia (o si prefieren Redención, Despertar, o Realización, cualesquiera que sean las palabras que se emplean) mientras no hay aceptación total, de las condiciones mismas de estos marcos de vida.
Estos marcos de vida no se hacen para permanecer tal cual son. Se han hecho, efectivamente para trascenderlos. Pero no se puede trascender algo que no se aceptó. Ya que algo que sería rechazado, en el principio de la vida del humus y del humano o de la humanidad, no podría trascenderse puesto que la Transcendencia (la Ascensión, así como la nombran hoy) se basa precisamente en la existencia de un cuerpo físico limitado: como se anunció y eso se les dijo, este cuerpo es el Templo donde se realiza la Ascensión.
Entonces, no puede haber acceso a la Unidad mientras no hay humanidad, es decir, mientras no haya aceptación de los principios limitantes y condicionantes de este mundo. Lo dije, aquí hace algún tiempo, que era necesario aprender a liberarse de lo Conocido para vivir la Autonomía y la Libertad, que pertenece a lo Desconocido (ver las canalizaciones de HERMANO K del 1 de Abril y el 3 de Julio de 2011). Pero este Desconocido debe basarse, para superarlo, en lo Conocido. Eso quiere decir que no pueden refutar o negar vuestra vida, en todos sus componentes, y acceder a la Transcendencia.
Esto se puede decir de otra manera: que debe haber una Plenitud y una Lucidez total de lo que es vuestra vida, en este espacio y este tiempo limitado, para poder vivir la Transcendencia. Por lo tanto, acceder a la Unidad no es una negación en absoluto de la vida, sino una transformación del marco de la vida en algo que tuvo final, permitiendo acceder a lo Infinito. El Infinito, en este mundo encarnado, no puede definirse sino a partir del momento en que hay una aceptación del final. Ya que sin final hay error, hay Ilusión, en el mismo concepto que lo que es propuesto por lo que se llaman las fuerzas astrales o propuesto por el tiempo del sueño, por ejemplo.
Así, vivir la Conciencia Unitaria, se basa en la Conciencia Dualista con el fin de trascenderla. No puede haber por lo tanto, una negación de la Dualidad. Si niegan la Dualidad y si están en la negación de vuestra propia vida (cualesquiera que sean los elementos que se les presentan), no pueden paradójicamente, desligarse, desapegarse y vivir el Abandono a la Luz o el acceso a la Unidad. La paradoja es que el humano, para vivir esta Unidad, debe redescubrir su humanidad, su Humildad, y volver (o ser) Humilde.
Entonces, queda por definir que es: ser Humilde. Ser Humilde, es aceptar, no en un sentido de esclavitud, sino en un sentido de Transcendencia y Lucidez, el marco que proporciona vuestro cuerpo y vuestra propia vida. Cualesquiera que sean las circunstancias de este cuerpo, la edad y las enfermedades de este cuerpo, no pueden encontrar la Transcendencia y la Unidad sino a través de él. Por lo tanto, la Unidad no es una negación de la vida en la Dualidad, sino su Transcendencia, y el punto de apoyo, que va a permitir desplegar la Multidimensionalidad y en consecuencia el acceso a la Luz.
La Unidad no puede vivirse hasta que hay plena Conciencia de la Dualidad, en todos sus componentes, en todos sus elementos, llevándoles a vivir lo que ya se explicó, es decir, la Transparencia (ver la canalización de un AMIGO del 13 de Septiembre), y también de poder pasar esta Puerta de la Infancia. No pueden pasar esta Puerta de la Transparencia y la Infancia si ustedes no se apoyan en este concepto de Humildad, es decir: reencontrar la humanidad, aceptar sus límites, no en vuestra Conciencia, sino en el marco de vida que viven y que vive vuestra Conciencia en el espacio de la encarnación.
Dicho de otro modo, no puede haber acceso a la Unidad por cualquier fuga de las circunstancias propias que es vuestra vida. Tampoco puede haber y allí está la paradoja, transformación de esta Dualidad en Unidad, aplicando las leyes de la Dualidad. Eso quiere decir también que la ley de acción-reacción ha sido hecha permanente, que ella se manifiesta en todos los hechos y gestos de la conciencia humana, encerrada en este cuerpo y en esta Dimensión. El encerramiento, requiere la toma de conciencia total y la total Lucidez de este contexto en el cual están presioneros.
Y sólo pueden reconocer la prisión si aceptan que están en prisión, y si conocen, los contornos, las leyes y las aperturas. Mientras no hay reconocimiento de vuestra condición humana, y en consecuencia de este principio de encerramiento, están condicionados por esta Dualidad y no pueden en ningún caso salir. La paradoja es pues, aceptar este principio de encierro, no rechazarlo o negarlo. Sólo explorando, en totalidad y viendo con Lucidez los límites de la vida en este mundo, pueden ustedes esperar, a través de la Humildad, vivir la Unidad.
La Unidad no es pues una denegación o una negación. La Unidad no es un escape de la Dualidad (como algunos pueden conciderarlo), sino una Transcendencia del estado Dual. Entonces, la acción-reacción debe ser sublimada, por la comprensión de su mecanismo último. Y no por la comprensión de la totalidad de los mecanismos de la acción-reacción. A partir del momento en que aceptan que están encerrados o atrapados, en una vida o una forma de vida, encerrados en una Dualidad inexorable inscrita entre el principio de vida (de nacimiento) y el principio de muerte (de otra vida). Es necesario aceptar y estar de acuerdo, con esta condición limitada para poder acceder a lo Ilimitado. No se accede a lo Ilimitado por la negación de lo limitado sino, realmente, por su Transcendencia.
Su Transcendencia que, no puede realizarse por el análisis de la acción-reacción infinita y existente en una vida. Por lo tanto se ven obligados a conocer y admitir que existe un principio que limita, encerrando (sin colocar nombres particulares, tal como fue comunicado por algunos Ancianos o Arcángeles referiéndose a las formas de Conciencia que atrapándose, los atrapó y nos atraparon en este principio de encierro). Sólo pueden escapar a un medio aceptando las leyes de ese medio, no sometiéndose sino observándolos con Lucidez, claramente y con determinación. La Humildad nunca es, una dimisión de los componentes limitada de la vida, no es en ningún caso una sumisión, sino una aceptación de estos principios que permiten precisamente, su Transcendencia.
Entonces, deben inicialmente, aceptar completamente el principio de encierro, con el fin de concientizarlo, con la esperanza de poder salir de este encerramiento. Mientras consideran que no están encerrados (que eso sea según vuestros modelos afectivos, que sea según vuestras adhesiones a algunos dogmas, a creencias, o a religiones), no pueden vivir y ser enfrentados al principio de encierro puesto que no lo ven, no lo aceptan y no lo viven. Hay pues una forma de concientización, necesaria, de vuestro marco de vida, a través del principio general de la encarnación, llamada acción-reacción o ley de karma.
Aceptar el principio no quiere decir estudiarlo, sino colocar como Verdad esencial, en todos los sectores de vuestra vida, en que estén sometidos a este principio de acción-reacción. Es así que si realizan una acción de tipo reprensible por las leyes sociales, es probable que éstas, los pongan en un espacio encerrado, llamada prisión. De la misma forma, si violan un principio existente en este mundo, obviamente, van a vivir lo que se llama la retribución. ¿Pero es por lo tanto necesario detenerse, y considerar que el conjunto de los Universos, de las Dimensiones y de la Vida corresponde solo a eso?
Ese es el gran principio de encerramiento en el cual se basaron, yo diría, las fuerzas opuestas a la Luz y a la Libertad, esperando hacerles encontrar una libertad dentro de la prisión. Una vez que aceptaron y comprendieron que viven en una prisión (no rechazándola, sino observándola comprendiendo y viendo que es una prisión), sólo entonces pueden Trascender realmente la prisión. Y no pueden conocer la totalidad de la prisión, sin aceptar enteramente a la humanidad, es decir, las reglas del juego. Aceptar (una vez más) las reglas del juego significan: reconocerlas por lo que son, pero sin someterse. No negarlos tampoco ya que la negación no permite suprimir la prisión. Hay mecanismos exactos, en la Conciencia, que permiten a Ésta expurgarse, aceptando la humanidad.
En resumen, no pueden volverse Unitarios si rechazan una parte de la humanidad: vuestra humanidad como el conjunto de la humanidad. Por supuesto, es más seductor llamar a eso: amar a su prójimo como sí mismo. Pero a menudo, la palabra amor (así como lo saben) está connotada por la experiencia que vivieron, los distintos amores que enfrentaron, que asumieron o que negaron, o que se los rechazaron. Entonces, es preferible hablar de Conciencia de amor más bien que del amor, lo que permitirá evitar el mal uso de esta palabra, que tendrá la huella de vuestra vivencia.
La única cosa de la cual están seguros, en este mundo, es que vuestra vida, en esta Conciencia de este cuerpo, se limita entre un momento que se llama el nacimiento y otro que se llama la muerte. Y que en esta prisión, la ley que domina (visible en las leyes físicas, como en las leyes de familia y de la sociedad) es efectivamente, la ley de acción-reacción. Pero nunca se dijo que las leyes de acción-reacción se aplicaban a otra cosa que la conciencia encerrada. Entonces, tomar conciencia del encerramiento logra la Lucidez, y sobre todo les hace vivir la Humildad, que es aceptar el encierro, para poder conocer los mecanismos, no para escaparse sino para trascenderlos.
Así actúa la conciencia. Y no puede ser de otra manera. Eso quiere decir que no pueden escapar a la condición humana escapando a la humanidad y a todas sus leyes. Y no pueden trascender la ley de acción-reacción, para vivir lo que ustedes llaman la Acción de Gracia, sino aceptando enteramente las leyes de la acción-reacción. ¿Qué quiere decir eso? Aceptar las leyes de la acción-reacción, es precisamente ser Humilde. Saber que no tienen los medios por la conciencia ordinaria, encerrada y encerrante, de conocer el contenido y los resultados del conjunto de las acciones y reacciones, que les son sometidas o a las cuales se someten (desde hace mucho tiempo, algunos de entre ustedes).
Pero reconocer el principio de acción-reacción, ésta debe necesariamente hacerles plantear la pregunta, aceptando que existen quizá aspectos de la vida que no están limitados por esta acción-reacción. Los testimonios han sido muy numerosos, por seres que precisamente escaparon a esta prisión, estando plenamente presentes y en la Humildad más total, en su humanidad. Y que consiguieron, a través de esta humanidad, precisamente, vivir este Transcendencia.
El atajo que lo conduce a vivir la Unidad es, obviamente, la Humildad. Y por otra parte, el Pilar de la Humildad del Corazón, está en resonancia directa con lo chakra de Arraigo del Espíritu, llamado punto UNIDAD o Puerta UNIDAD. En consecuencia, vivir la Humildad, es vivir la Unidad. Porque vivir la Humildad (es decir, aceptar las leyes limitantes de este mundo, reconocerlas por lo que son) permite precisamente, como Pilar, abrir las Puertas del Corazón. Así, tanto en Occidente, como en Extremo Oriente, numerosos seres (a través de sus vivencias, de escritos, a través de su experiencia de vida) unos y otros comunicaron, elementos permitiendo comprender, lo que era esta posibilidad de acceder a algo que no era ya lo ordinario.
Pero si observan la vida de estos seres, conocieron necesariamente a la humanidad en todas sus limitaciones, inicialmente. Y es precisamente el hecho de reconocer estas limitaciones y de aceptarlas, lo que permitió precisamente su Transcendencia. Aunque algunos quisieron encontrar la Unidad alejándose de la humanidad, encerrándose en grutas, les recuerdo que antes de encerrarse encontraron su humanidad, a través de una serie de experiencias limitantes, a veces muy traumatizantes, como angustias de muerte (de sí o de la familia) o un acontecimiento especialmente destacado que permitió, de alguna manera, de vivir a continuación, esta Unidad. Pero, en ningún caso puede existir un principio de fuga de un encierro, que les evitará o que les evitaría vivir esta Dualidad.
En resumen, sólo pueden vivir la Unidad aceptando y trascendiendo la Dualidad, completamente. Eso requiere, efectivamente, vivir lo que se llamó de distintas maneras: la Crucifixión. Vivir la Infancia, la Transparencia, la Humildad, y en definitiva, la Simplicidad. Porque la ley de acción-reacción, así como lo observen, que concierne a todos los sectores de la vida (desde los hechos científicos como los hechos del alma), es muy compleja. Se les pide, no soltar todos los mecanismos, sino incluir el mecanismo último. Habiendo comprendido el mecanismo último, a través del simple nombre de la acción-reacción, eso les permite, si aceptan (es decir: la Humildad y el hecho de convertirse en Humildes), de poder realmente, vivir la Unidad.
Les hablé de circunstancias particulares que en el pasado, algunos seres que vivieron eso. Y la mayoría de estos seres se encontraron enfrentados, en un momento particular de su vida, a lo que se llamó la Noche negra del alma, o esta angustia metafísica extrema de la muerte, de la Disolución, o el final de la vida en la prisión. Es precisamente este elemento que permitió, en la mayoría de los casos, acceder a la Transcendencia y a la Unidad. Esto se inscribe totalmente en lo que ha llamado, el amado Juan (ndr: SRI AUROBINDO): el Choque de la Humanidad.
Vivir este Choque es la comprensión de la prisión, no en una comprensión intelectual, sino en una experiencia Vibratoria de la Conciencia, que atónita en esta Dualidad ella encuentra por si misma, debido a este impacto (llamado el Choque o la Noche negra), el principio que le permite pasar la Puerta Estrecha, y de vivir la Resurrección después de su propia Crucifixión. Las cosas están bien hechas, y la Inteligencia de la Luz, siendo una Gracia total, la Gracia que se presenta es precisamente, hacer vivir, al conjunto de la humanidad, este proceso.
No hay pues lugar a donde huir. No hay lugar donde ocultarse. Solamente hay que aceptar plenamente, el principio de la confrontación de la Dualidad a la Unidad. La Unidad no viene a enfrentar la Dualidad, la Unidad viene a trascender la Dualidad. Este proceso, que es común a toda la humanidad, atraviesa un proceso que llamaría planetario y cósmico, se produce también al Interior de cada ser humano.
No tienen, entonces por que huir de vuestra propia vida. La Humildad no se encontrará jamás en la fuga. La Humildad, al contrario, da la fuerza más absoluta: la de vivir el encerramiento, para trascenderlo. Entonces, si existen componentes en vuestra vida de los que quieren huir o que no quieren verlos (lo que viene a ser lo mismo), no vivirán la Unidad. Eso se llamó el Frente a Frente y la Transparencia. Hacemos hincapié en eso porque efectivamente, como se lo señaló nuestro Comendador (ndr: O.M. AÏVANHOV), como se lo indicaron los Arcángeles, están en el último período de posibilidad de transformación y Transcendencia de la Dualidad en Unidad.
En resumen, se puede decir que no es porque van a practicar la Dualidad al extremo, o extraerse de la Dualidad (por una negación o una fuga), que van a vivir la Unidad. Por el contrario, siendo perfectamente consciente de la Dualidad, perfectamente consciente de vuestros límites, es que van a poder descubrir lo que es Ilimitado y lo que les es Desconocido. No pueden conocer lo Desconocido, en lo Conocido. No pueden encontrar la Unidad, en la prisión. Y con todo, es estando en medio de esta prisión, es decir el Corazón, que van a poder vivir vuestra Unidad. Y eso pasa por la humanidad. Y eso pasa por la Humildad. Es decir, reconocer precisamente los límites de esta conciencia que es la vuestra, mientras estén sometidos a las leyes del encierro.
Eso significa, que en la Humildad, pueda existir una serie de desviaciones. Por ejemplo, el hecho de conocer el contenido y los resultados de vuestra propia vida (que eso sea en el conocimiento de vuestras últimas vidas, o el conocimiento de por que tienen tal desorden, por que encuentran tal o cual alma), no les son estrictamente de ninguna utilidad para superar la Dualidad, y lo que hace es reforzar e implicarlos más en dicha Dualidad.
El principio Luciferino por otra parte, del eje ATRACCIÓN - VISIÓN ha sido precisamente (como ya lo dije) darles las leyes del alma para encerrarlos aún más, en el alma prisionera de las leyes de la acción-reacción. No salen de la acción-reacción, realizando acciones que son contrarias a las reacciones o que van en el sentido de la reacción. Salen de la acción-reacción reconociendo los límites de ésta, y colocándose en la no acción y la no reacción. Lo que no tiene nada que ver con la pasividad. Lo que no tiene que ver con la sumisión, o a otra cosa que las Leyes del Espíritu.
Hay de alguna manera, una revolución que hacer. Esta revolución va a facilitarse, para los que aún no la vivieron, por el Choque de la Humanidad. Hay pues, a través de este Pilar que se instala, desde ahora, en la apertura de la Puerta Posterior del Corazón, la Puerta de la Humildad, uno de los ejes de equilibrado, yo diría, del ALFA y la OMEGA. El acceso a la Unidad ha de hacerse solamente por la Humildad más total.
La Humildad es pues aceptar que aquí mismo son polvo, que aquí mismo, no tienen ninguna posibilidad de vivir el acceso a otra cosa, que lo que les proporciona a vivir vuestros sentidos y vuestra conciencia limitada. Es sólo a partir de ahí (y eso requiere una gran dosis de Humildad) que pueda vivirse la Unidad. Es ahí que la Unidad puede desplegarse. Entonces, el Pilar de la Humildad prueba toda su virtud y toda su eficacia en el acceso a la Unidad.
He aquí unas pocas palabras. Fueron muy cortas, pero resituan, de algún modo esta Humildad. Entonces, concluyen bien que mientras exista, en el marco de la Dualidad, una pretensión de la Unidad (que sea intelectual o que ella esté vinculada a una voluntad de Bien), no puede nunca realizarse. Porque aceptar incluso el principio de la voluntad de Bien, traduce la falta de Humildad: de querer dominar y tener el control sobre algo, completamente incontrolable, porque no pertenece a este mundo y a esta realidad. Deben pues pasar por la Puerta Estrecha de la Renuncia. Necesitan pasar por la Puerta Estrecha del Abandono a la Luz que corresponde enteramente, a una forma de Humildad mayor.
El Abandono a la Luz, y el acceso a la Unidad, no puede realizarse mientras la Puerta Estrecha no se cruce y mientras la Humildad no esté presente. La Humildad es uno de los medios (como nuestro Comendador les dijo) mayores que permite precisamente, cruzar la Puerta Estrecha y vivir la Unidad. Tener la Humildad de reconocer que no son nada, aquí sobre este mundo, para convertirse en Todo.
Pero no pretender ser Todo por los elementos que están a vuestra disposición, ya que pertenecen, necesariamente, a este mundo. Vuestro Reino no es de este mundo, y con todo están sobre este mundo (y nosotros también estuvimos). Sólo en la comprensión de la humanidad y su limitación, en la Humildad más total, es que se realiza la alquimia del acceso a la Unidad.
No puede haber acceso a la Unidad, incluso por adhesión al principio de la Unidad. No puede haber acceso a la Unidad, mientras hay una veleidad de voluntad personal. No hay acceso a la Unidad, mientras la búsqueda llamada espiritual, se inscriba en algo que es exterior al Ser y a sí mismo. Lo que quiero decir con eso es también que todo sistema de conocimiento llamado oculto (sea el más seductor, o el más apasionante para el ego) no les permitirá nunca vivir el Conocimiento Interior, así como el Arcángel JOFIEL lo desarrolló aquí hace varios años (ndr: ver también sobre este tema la canalización del Arcángel JOFIEL del 7 de Julio último).
El conocimiento exterior es una trampa, ya que les lleva a rechazar los muros de la prisión, que en realidad, no se desplazan nunca y los encierran aún más, en los restos de la Ilusión y el encierro. Sólo hay a partir del momento en que aceptan ser Humildes con relación a todas formas de conocimientos exteriores, que el Conocimiento Interior del Espíritu puede llegar, no antes. El principio Luciferino precisamente consistió en seducirles, a través de conocimientos exteriores.
Estos conocimientos exteriores, estuvieron vinculados a las leyes del alma, a las leyes que regulan las influencias planetarias (sean conocimientos ocultos, no importa su nombre, existen innumerables), no les harán nunca vivir la Unidad, aunque les den la impresión de hacerles conocer un máximo de elementos relativos a las leyes y las normas de este mundo.
La Ley del Espíritu no es la ley de acción-reacción. La Ley del Espíritu es la Acción de Gracia. Y la Acción de Gracia sólo puede desarrollarse si aceptan enteramente vuestra humanidad y vuestra Humildad. Sólo de esta forma la Unidad puede desplegarse. Esto se encuentra, en lo que fue llamado (en la cabeza) HIC y NUNC, o si prefieren, AQUÍ y AHORA. AQUÍ y AHORA se encuentran, en los Pilares del Corazón, en la Humildad y la Simplicidad. Humildad es por otra parte sinónimo, hasta cierto punto, de AQUÍ.
HIC corresponde a la Humildad, la Humildad de inscribirse de manera intemporal en el Momento Eterno del Presente. Y no hace referencia a este presente con relación a una acción-reacción, así se trate de la más gloriosa a nivel espiritual, de una vida pasada. AQUÍ se deshace de toda proyección en cualquier futuro: es Estar, completa y plenamente, en el centro de la prisión, es decir, en el Corazón, para trascender esta prisión.
Así pues, el mecanismo de la Ascensión no puede vivirse sino en la carne, cualquiera que sea la finalidad de esta carne, cualquiera que sea la finalidad de la Conciencia. Todo se desarrolla en HIC y NUNC, es decir, AQUÍ y AHORA, en este Eterno Presente. Es necesario para eso, efectivamente, volverse Humilde y Simple, es decir, volver a ser completamente HIC y NUNC. Es entonces que el Eje ALFA y OMEGA, ilustrado en vuestra cabeza por el Circuito que va de AL a OD (que se encuentra en vuestro Corazón a nivel de los dos Pilares del Fuego y de la Tierra, llamados OD y KI-RIS-TI), pueden permitir realizar la Cruz de la Redención en el Corazón. Q
uién permitirá por la acción de la Tri-Unidad, llamada así según vuestra lengua (se podría poner por supuesto, otros nombres de origen más oriental), CRISTO, MARIE y MIGUEL. La Nueva Alianza, que les hace pasar de la Tri-Unidad al Cuaternario, les permite realizar la Unidad enteramente. Pero para eso, deben estar inscritos, de manera total en vuestra propia vida, en el Momento Presente en este cuerpo, en esta especie de despojo de todo lo que no es AQUÍ y AHORA. Y eso requiere efectivamente, lo que se llama Humildad y Simplicidad.
Sin Humildad y sin Simplicidad es imposible reconocer que no conocen nada de las Leyes del Espíritu, y no pueden conocer las Leyes del Espíritu sino penetrando en el Espíritu, y en absoluto deduciéndolas de las leyes de la acción-reacción, y no es así como van a vivir el acceso a la Unidad. Eso necesita reconsiderar, votre propre Conciencia, en la Humildad de vuestra humanité y de vuestro humus: es decir que la vida que llevan en este mundo no corresponde absolutamente a la totalidad de la vida. El acceso a la Multidimensionalidad no es posible, sino a partir del momento en que hay, realmente, une aceptación, une Transcendance.
Mientras no quieran otra cosa que el momento presente, en tanto proyecten vuestra Conciencia en una problemática (no importa cual), mientras se proyecten en un mañana, tanto como en un sufriniento que viven (digamos en el momento presente, pero que no puede venir sino de un pasado porque el momento Presente no conoce el sufrimiento), ustedes se alejan de vuestra propia Transcendencia, y en concecuencia de vuestra Humildad y vuestra Simplicidad. Recuerden: HIC et NUNC, Humildad, Simplicidad.
Los elementos que les damos ahora son los más adaptados, para permitirles vivir lo que se llamó la Noche negra del alma o el Choque de la Humanidad. No podíamos comunicar eso, obviamente, antes de que la Corona Radiante de la cabeza estuviera perfectamente activa, no solamente para cada uno de los humanos (lo que no es aún el caso), sino sobre todo mientras el proceso de la Fusión de los Éteres no se realizara, en la Tierra. Ésto se realizó alrededor de 6 meses después de la Liberación de la Tierra y el Sol, en el mes de Marzo y Abril, correspondiendo al período en el cual nuestro Comendador les anunció que habían llegado al período de la Ascensión.
Esta Ascensión no corresponde a un único punto. Existe, efectivamente (diría), un haz convergente, un nudo particular que corresponde, como ya lo saben, al Alumbramiento final de la Tierra, y también de ustedes mismos. Pero la Ascensión es un proceso que se desarrolla (diría) a múltiples velocidades según, precisamente vuestra capacidad para vivir y concienciar lo que ya hemos expresado desde hace varias semanas, correspondiendo al despliegue de la Luz y a la apertura de la Puerta Metatrónica. Permitiendo cruzar la Puesta Estrecha y vivir la Conciencia realmente de la Unidad, y superar pues los límites del encerramiento en la personalidad.
La Humildad y la Simplicidad son los dos elementos (si se acuerdan lo que dije aquí hace un mes) que van a permitirles superar, completamente, las fuerzas Ahrimianas y las Luciferinas inscritas en cada ser humano ( ver las canalización de HERMANO K del 6 de Julio). UNIDAD es de algún modo, el Pilar de la Humildad, que mida de frente la zona de resonancia llamada Ahriman o la Puerta de la ATRACCIÓN. De la misma forma, la Simplicidad (que está del otro lado del Punto UNIDAD): Pilar de la Simplicidad está vinculado al punto AL del pecho, él mismo que está mirando hacia la Puerta VISIÓN, es decir; Puerta de Lucifer.
Así la Humildad es vuestro más grande amparo. La Humildad y la Simplicidad son las armas más potentes, que van a impedir a Ahriman y Lucifer ejercer la menor presión en vuestra prisión y vuestro encierro. Entonces, no pueden combatir a Ahriman y a Lucifer. Solo pueden proponerles la Unidad. No pueden sino proponerles HIC y NUNC, sobre los cuales Ahriman y Lucifer no tienen ninguna acción, puesto que Ahriman está vinculado al pasado y Lucifer al futuro, en el sentido lineal del tiempo. En el Momento Presente, Ahriman y Lucifer no tienen ningún peso, ni ninguna densidad, y no pueden mantener los muros de la prisión. Así pues, la Humildad y la Simplicidad son las armas más absolutas que les permiten, trascender a Ahriman y a Lucifer. Pudiendo entonces, pasar la Puerta Estrecha llamada la Nueva Fundación, o si prefieren, la Puerta de la Infancia.
He aquí lo que tenía que decir para resituar, en el marco de vuestro propio cuerpo de carne, allí donde se sitúa lo que está en juego actualmente. Si existen (y tenemos tiempo) preguntas con relación a lo que acabo de expresar, les escucho con mucho gusto. Mientras reflexionan; no olviden nunca que para vivir la Unidad, deben aceptar vuestra humanidad. Y esta humanidad corresponde exactamente (eso se les dijo) allí donde están hoy, cualesquiera que sean los sufrimientos pudiendo presentarse en entre los muros de la prisión. Observar este sufrimiento, observar lo que ustedes son, no quiere decir desviarse, no quiere decir luchar contra, sino simplemente, volverse Transparente con relación a eso. Y en ese momento, en la Humildad y en la Simplicidad, la Unidad se establecerá.
Pregunta:
¿La Humildad y la Simplicidad, deben trabajarse en conciencia antes del Pasaje?
La Humildad y la Simplicidad no deben trabajarse ya que el ego, también ahí, va a ampararse. Si quieren trabajar la Humildad, eso quiere decir que quieren ejercer una voluntad. Hablé bien de Transcendencia y concientización de lo que era la Humildad, de lo que era la humanidad. Sólo es a través de la aceptación total de lo que son en el Momento Presente, que vivirán el acceso a la Humildad y en consecuencia a la Unidad. El ego no aceptará nunca su disolución, de la misma forma que el ego no acepta jamás su muerte (hablo, de la muerte física, tal como todos la vivieron múltiples veces).
Tanto es así que, hasta un tiempo bastante reciente, incluso los seres que se habían muerto y que pasaban en la matriz del lado astral, era necesario un determinado tiempo para hacerles aceptar que no tenían más cuerpo. La conciencia del ego se cree y se vive como eterna. Es así que un ser, antes de la disolución del astral, cuando pasaba del otro lado del velo, por las puertas de la muerte, se encontraba viviendo lo mismo exactamente, como si tuviera aún un cuerpo. Era necesario purificar, de algún modo, los niveles Vibratorios extremadamente densos. Los que habían trabajado sobre la humildad, a través de conceptos religiosos, o filosóficos, a través de la práctica de las buenas acciones, esperarando encontrar el Cielo, en realidad sólo encontraron la misma densidad del otro lado, porque estaban atados a las manifestaciones de su humildad: eso se llama del ego espiritual.
Pregunta:
¿Si uno desarrolla esta Humildad y esta Simplicidad, en el momento de la Disolución, el único acto de Humildad a hacer será aceptar esta Disolución final?
¿Si viven la Humildad y la Simplicidad, si conciencian esta Humildad y esta Simplicidad, entonces que pasará? La Puerta Estrecha se cruza, el Impulso del CRISTO se concreta en vuestro pecho. Convirtiéndose entonces en lo que se llama la Vibración del Fuego del Corazón, o de la Corona Radiante del Corazón, o también los Puntos de la Tri-Unidad. Los marcadores de vuestra Conciencia son los Puntos de Vibración. Y no un concepto intelectual o un trabajo intelectual. Sin eso, volvemos a caer exactamente sobre lo que acabo de explicar, con relación a alguien que pasaría del otro lado. La diferencia hoy, es que no habrá más trampa en el astral y en consecuencia la Liberación, como ustedes lo saben, concierne a la totalidad de la Humanidad.
Pero no es un trabajo el de realizar la Humildad. Los inconvenientes se vuelven entonces muy perversos, en la medida en que se actúe, en lo que se llama una falsa Humildad, donde la persona va a pensar en su Devenir, más bien que a su Momento Presente. Pensar en su Devenir aleja del Momento Presente y en consecuencia de la Humildad. El único marcador (así como lo he dicho) es la Vibración que se establece en la zona del pecho, que eso sea sobre el Punto llamado Pilar Transparencia (KI-RIS-TI), que eso sea sobre la Puerta de la Infancia (o Punto OD), o sobre los Puntos Unidad y Simplicidad: es decir, los Puntos UNIDAD (o Humildad) y el Punto Simplicidad (o el Punto de Vibración, de lo que se llama el chakra del alma). El alma y el Espíritu se despliegan en Conciencia por su propia Vibración.
Pregunta:
¿Qué diferencia hace usted entre aceptar las leyes de la Dualidad y someterse?
Aceptar las leyes de la Dualidad hace parte de la Humildad. No es necesario analizarlos, sino concientizarlos, no es el análisis de los hechos de la vida personal (cualesquiera que sean los sufrimientos inherentes a toda vida humana y cualesquiera que sean las circunstancias en que ésta se inscribe con relación a una historia), sino estar plenamente Presente, consciente y Lúcido de sí mismo. No para juzgarse, no para escapar a un sufrimiento cualquiera que sea, sino para observar eso tal cual es: sin pretexto y sin voluntad de huir de lo que sea. Es entonces, aceptando ver las cosas tal como son en vuestra vida, es que la Transcendencia puede aparecer. Eso requiere también de la Humildad de aceptar lo que propone esta vida, en el humus, en el seno de la humanidad. Los acontecimientos que se producen, en una vida, así sean los más dolorosos, están allí no para castigar, no están allí para hacerles pagar algo, sobre todo en este período, sino solamente para desencadenar esta Transcendencia. Cualesquiera que sean, sin ninguna excepción.
Mientras se detengan en el hecho de vivir tal cosa, tal sufrimiento, en la soledad, en tal enfermedad, ustedes no están en la Unidad. Observar vuestro sufrimiento, observar vuestra enfermedad, no quiere decir someterse, quiere decir simplemente aceptar de no luchar contra, sino verlo. Habiéndolo Visto, aceptándolo, entonces la Humildad hace que el acceso a la Unidad se produzca. La Unidad no es nunca una acción-reacción. Eso no quiere decir que la Unidad es una inacción, pero es una acción que se inscribe más allá de las leyes de la Dualidad. El principio de la personalidad es crear siempre acciones que se inscriben en la personalidad. Si tengo una enfermedad, busco cómo luchar contra esta enfermedad. Entonces, según las creencias que tengo, voy a dirigirme hacia una medicina de tipo científica o una medicina tradicional, pero la finalidad es exactamente la misma. De la misma forma, si vivo la soledad, voy a rogar o pedir para entrevistar a alguien, sea de manera científica (y en vuestros medios modernos que no faltan), o entonces voy a pedir a la Luz de hacer que me encuentre a alguien.
Me sitúo pues de este modo, de manera irremediable, en la ley de Dualidad. Eso corresponde, punto por punto, a lo dicho de otra maenra, por Jesús: ¿es que el pájaro se preocupa de lo que va a comer mañana? Todo eso los aleja de la Humildad, y aleja a ustedes de la Unidad y de HIC (AQUÍ) y su pareja (su complemento) que es AHORA: HIC et NUNC. Varias Estrellas, como Entidades femeninas expresaron, de manera mucho más completa diría, su experiencia en esta Humildad. Hacerse muy pequeño no quiere decir negar su vida, sino aceptar simplemente, que esta vida se inscribe entre límites. Al aceptar los límites, así como lo he dicho, ustedes ven los límites. Viendo los límites y aceptándolos sin someterse, es entonces, que la Unidad puede aparecer, que se traducirá siempre por una Conciencia clara. Porque acceder a la Unidad no puede ser en ningún caso una cuestionamiento y no puede ser sino una respuesta. Convirtiéndose en lo que se llamó la percepción, real y completa de la Conciencia Unitaria, traduciéndose, hoy más fácilmente que antes, en las Vibraciones presentes en algunos Puntos del pecho.
Pregunta:
¿Eso significa que conviene no hacer nada?
Mientras ustedes hagan, no están en el Ser. Por supuesto, podrán responderme que las circunstancias de vuestra vida les obligan a hacer. ¿Pero quién decide las circunstancias de su vida? Es para eso que existe un acontecimiento particular, llamado Choque de la Humanidad, que les privará de esta obligación de hacer. ¿Mientras el humano vive su vida obedece a las leyes, y se somete a estas leyes, de qué va a hablar él ? De responsabilidad, del sentido del deber, de vínculos familiares, de los vínculos sociales. No pueden vivir el acceso a la Unidad si están permanentemente obrando recíprocamente en el sentido de las leyes. Lo que no quiere decir, una vez más, subtraerse a las leyes, sino cambiar (si prefieren) el punto de vista. Ustedes no pueden cambiar de punto de vista que colocándose en HIC y NUNC.
Este HIC y NUNC no debe colocarse para el resto de vuestros días, sino debe realizarse, en un momento dado. Lo que después no les impedirá, bien al contrario, de realizar y hacer lo que tienen que hacer. Pero para para Ser, es necesario parar de hacer. Este parar de hacer no se inscribe en una duración, puesto que eso se sitúa fuera del tiempo. Saben pertinentemente que el conjunto de los Seres sobre este planeta que viven el Despertar Total, han vivido eso como una experiencia que sobrevino en un momento dado. Si se excluyen los casos particulares (y pienso en particular a MA ANANDA, o en otras Hermanas), para la mayoría de los seres habiendo vivido esta Realización, eso no les impidió, hasta prueba de lo contrario, dejar rastros de su vida a través de sus escritos. Pero no pueden encontrar al Ser en el hacer.
Es necesario, en un momento dado, detenerse de hacer. Pero no dije detener el hacer hasta el final de los tiempos. Este detener el hacer, se refiere al conjunto de las actividades de la personalidad (mentales, emocionales, acciones, reacciones, vínculos, redes sociales), al conjunto de los componentes que hacen vuestra vida, aceptando esta vida, pero en esta aceptación, parar el hacer. Este parar de hacer no se inscribe en el resto de vuestra vida: eso es lo que la personalidad quiere hacerles creer.
Pregunta:
Podría explicar lo que usted entiende por: ¿este “parar de hacer” no se inscribe en el resto de vuestra vida?
Eso quiere decir simplemente que es excepcional, incluso hoy, encontrar un ser como MI ANANDA MOYI pasando años sin hacer nada hacer, simplemente en el Ser. La mayoría de ustedes, incluso Despiertos, siguen algunas actividades, consistente en hacer, me parece. ¿Una vez que vivieron la Unidad y la estabilización en el Corazón, a través de los 4 Pilares, quién dijo que no era necesario hacer nada? Pero por el contrario, para vivir la Unidad, es necesario parar de hacer. Eso también se llamó: es necesario parar de tener o saber, para Ser. Es la inscripción de la Conciencia en el tiempo presente, HIC y NUNC, Humildad, Simplicidad.
Mientras vuestra conciencia está ocupada en los muros de la prisión, no pueden salir de la prisión. Es necesario simplemente que la conciencia reconozca la prisión como principio general, y entonces, colocarse en el centro de la prisión para trascender la prisión. Lo que cambia, repito, no es la prisión, sino la conciencia. Pero los efectos de la prisión son innegables. Es decir que el conjunto de las limitaciones de la vida, el conjunto de los sufrimientos, el conjunto de lo que podía llamarse perturbaciones de vuestra vida, desaparecen como por encanto. Este encanto no es más que la acción de la Luz Vibral en ustedes. De lo que hablo es una secuencia de tiempo.
Y cuando dije: parar de hacer, no dije nunca que era necesario parar de hacer hasta el límite. Hablé bien de parar de hacer, un poco como la meditación que va a permitirles encontrar un determinado estado. Cuando han encontrado y han vivido la Unidad, el proceso de la Conciencia hace que en ese momento, vuestro estado de consciencia y vuestro estado Vibratorio, encerrado en este cuerpo y en estas leyes sociales (o estas leyes emocionales), no estén encerrados ya en la acción-reacción y ustedes viven realmente, la Libertad. No antes.
No tenemos más preguntas, le damos las gracias.
Queridos Hermanos y queridas Hermanas, entonces HERMANO K va a comulgar con ustedes. Les digo a uno de estos días. Con todo mi Amor.
... Efusión Vibratoria…
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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez.
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