MA ANANDA MOYI
LA MORADA DE LA PAZ SUPREMA
10 noviembre 2012
Soy
MA ANANDA MOYI. Hermanos y Hermanas, permitidme primero, bendecir vuestra
Presencia. El sentido de mi venida en este día, es una continuación lógica de
lo que os ha expresado UN AMIGO. Por mis palabras, por mi Presencia y vuestra
Presencia, vamos a instalarnos ahí donde no existe más separación, más
división, ahí donde está esa Paz, la que no comienza ni termina nunca.
Así
pues, el Fuego, ese del Amor viene a poner fin al fuego ilusorio, al fuego de
la materia, al fuego de la resistencia, al fuego de la oposición. El Fuego
original (el Fuego del Amor y del Espíritu que recorría mi carne, con mi pasaje
en la Tierra), os es hoy, totalmente accesible, totalmente posible. Lo que
ocurre en la Tierra, ya no es exclusividad de algunos santos o algunos seres
que han realizado el Sí, o vivido del Absoluto en encarnación. Es el retorno de
la normalidad que os debe mostrar que antes, es lo que era anormal: todo lo que
concierne a vuestra historia, todo lo que concierne a la impresión de mantener
algo en esta vida. La posibilidad (para muchos de vosotros) de Ser Absoluto
hoy, así como las manifestaciones de la Infinita Presencia, os va a hacer pasar
a esta Beatitud y este Éxtasis donde nada tiene sentido más que, precisamente,
Ser esta beatitud y este Éxtasis.
En el
Corazón del Corazón (ahí donde no hay más cuestiones, ni respuestas ni siquiera
sentido de una persona o de una personalidad) se encuentra el contento
permanente, como lo he expresado, manifestado en encarnación. Todo esto es
enteramente posible, para todos vosotros, a cada minuto, a cada aliento,
llevéis vuestra mirada al interior de vosotros o que vuestra mirada concierna a
lo que está más allá de la visión. La verdadera mirada no es la visión.
Simplemente es esa Paz inimaginable que se produce efectivamente, desde el
instante en que cesáis toda cuestión, en que realizáis (real y concretamente,
como os decía BIDI) que cualquier forma de conocimiento solo es un vagabundeo,
una satisfacción del ego y del orgullo, en sí que quiere dominar, apropiarse,
comprender. Depositando todos vuestros fardos, aceptando Ver realmente la Paz
Suprema os llenará, porque es lo que Sois. Más que nunca hoy, acompañados por
el Ángel URIEL, tenéis la posibilidad de desaparecer a vosotros mismos para
renacer a vuestra Verdad (ndr: ver las modalidades de acompañamiento de URIEL
en la rúbrica “protocolos para practicar/ protocolos prioritarios”). Ya no hay
necesidad de alcanzar, de estar al otro lado del Velo (que no existe más, por
otra parte). No hay ya necesidad de realizar los momentos privilegiados sin más
bien de ser más enteramente y íntegramente, instalado en el tiempo de vuestro
presente y de vuestra Presencia, en el silencio mismo de la conciencia.
Porque
efectivamente, en el hecho de abandonar toda veleidad o toda propensión a
expresar una conciencia, se encuentra la Verdad: esta Beatitud. Esta Paz que
está grabada (al rojo vivo, en el cuerpo y la conciencia) como una carencia y
que está en la base de cualquier dinámica de búsqueda de satisfacción, de
equilibrio, está ahí ya. Y yo diría, de alguna forma, cada vez más desde el
instante en que aceptáis salir de vuestras propias preguntas y de vuestros
propios cuestionamientos sobre vosotros mismos. Porque vosotros mismos, desde
el punto de vista en que estáis, no podréis jamás desembocar en eso que Sois,
verdaderamente: hay que renacer, hay que resucitar, hay simplemente en fin, que
Ser. Y Ser no depende de cualquier circunstancia, de cualquier conocimiento, de
cualquier avance. Por supuesto, algunas de mis Hermanas (y, en particular
occidentales, yo diría) os han explicado ampliamente la Humildad (ndr: ver en
particular, las diferentes intervenciones de TERESA DE LISIEUX). UN AMIGO os
decía que ese estado concreto debe hacer cesar las palabras de “comparación”,
de “división”, las palabras que decís unos y otros. Porque es en el Silencio
como os hacéis el Otro y, en ningún caso, criticándolo o alabándolo. Vivir el
Otro, vivir la Luz, es desaparecer a sí mismo y desaparecer al Sí: os lo hemos
dicho de diferentes formas y os lo hemos propuesto con diferentes herramientas.
De
ahora en adelante, a causa de la Presencia de URIEL, esto es mucho más
perceptible. Y si en definitiva, tenéis la impresión de empecinaros en algo,
recordad que solo vosotros mismos resistís (incluso proclamándolo exactamente a
la inversa), y las resistencias y miedos que están inscritos en esta historia efímera
que creéis ser, son los mejores frenos a lo que Sois, verdaderamente. En estos
tiempos tan particulares, os hemos dicho a menudo, que no sois vosotros los que
desaparecéis, ciertamente, sino todas las ilusiones. Entonces, si os mantenéis
del lado de las ilusiones, solo podréis constatar que no estáis. Y, no
estar es considerar ya, una distancia a recorrer, un camino que recorrer, una
ascesis que efectuar. Nada de esto os conducirá a lo que Sois. Entonces,
algunos Yoga, algunas enseñanzas, os han permitido vivir estados y experiencias
donde estaba presente la Paz. Pero si estáis en resistencia, ciertamente, no
habéis hecho de la experiencia de la Paz algo cotidiano. Y para hacerlo, hay
que desaparecer totalmente.
BIDI
os ha dado elementos importantes, así como los Arcángeles y nosotras mismas.
Quiero decir que hoy no tenéis otra cosa que hacer que plantearos Estar aquí.
Sea lo que hagáis de vuestra vida ordinaria, estad siempre aquí y Presente, más
allá de la acción que hagáis. Y la Paz nacerá, no simplemente como experiencia
sino como la manifestación (profunda, aquí mismo, en este mundo) de vuestra
naturaleza. Y estáis en Paz. Y cuando estáis en Paz ¿qué podéis desear?
¿Qué podéis buscar? ¿Qué podéis pedir o creer? la Paz es la respuesta: es todas
las respuestas. Porque en Shantinilaya, todos los juegos han cesado, todas las
interacciones han cesado y todas las proyecciones han cesado. Incluso cuando os
servís de este cuerpo (para hacer lo que tenéis que hacer), sea lo que hagáis,
permaneceréis en Paz. Estar en Paz es no proyectarse: no proyectarse más en un
porvenir, en cualquier relación, no imaginar o suponer lo que va a pensar el
otro (o decir el otro). Es continuar viviendo la vida ordinaria, siempre
estando uno mismo en lo extraordinario. Eso extraordinario por supuesto, está
ahí, desde toda la Eternidad, pero de alguna forma, es el refinamiento de
vuestra conciencia, que os ha aportado, preparado o hecho vivir.
El
sentido de mis palabras, sobre todo es deciros que, aun si hasta el presente,
no os ha parecido vivir experiencias o estados, que os es necesario superar lo
que no habéis vivido (estados o experiencias), no para esperar vivirlas, sino
para estableceros realmente, en vuestra no-permanencia, en vuestro Absoluto. No
veáis jamás esto (como se ha dicho) como un objetivo, como un camino que
recorrer sino simplemente, como una evidencia que siempre ha estado ahí y que
ha estado Velada, por el hábito, por la propia persona, por las obligaciones de
este mundo. Acordaros sobre todo, que cada vez más, todo está aquí,
omnipresente, golpeando a vuestra puerta. Y que si aun percibís una distancia o
un foso entre lo que os decimos y lo que Sois, es que no habéis pasado
simplemente, al lugar adecuado y que esperáis obtener, dentro de la
personalidad, un poder o una ventaja. Jamás la personalidad, obtendrá esto. Más
que nunca, necesitáis concienciar, comprender y entender y aceptar que solo si
morís a vosotros mismos, renaceréis. No hay otra posibilidad.
Así
que, las circunstancias de la Luz y de la vida hacen que muchos de vosotros
seáis llamados de diferentes formas (incluso por el sufrimiento del cuerpo), a
realizar lo que Sois. Realizarlo no es una realización inscrita en un tiempo o
un espacio dado, sino que es una realización instantánea e inmediata, desde que
aceptáis real y sinceramente, morir a vosotros mismos. Morir a vosotros mismos
no es un suicidio, aun menos una negación de la vida, sino que es vivir la
Verdadera Vida. Vivir la Verdadera Vida no puede venir acompañado de una
manifestación de la conciencia ordinaria. Ésta os sirve para vivir lo
ordinario. Es útil, mientras que estéis presentes aquí, para los actos
cotidianos y habituales de la vida. Pero ninguna costumbre, ningún acto de
vuestra vida, puede conduciros a lo que Sois, en Verdad, exceptuado morir a sí
mismo.
Ese
“morir a sí mismo” es mucho más intenso que lo que habíamos empleado como
expresión, hace algunos meses, concerniente al Abandono de Sí. Porque en el
Abandono de Sí, aun si hay tensión hacia el Abandono, hay aun la expresión, de
una forma de personalidad (como fue descrito perfectamente por mi Hermana
HILDEGARD) (ndr: ver su intervención del 25 octubre 2010). Pero hoy, las
circunstancias ambientales, las circunstancias de la conciencia y de la Tierra
misma, os sitúan frente a lo que podría pareceros (desde el punto de vista de
la personalidad) como un desafío o una urgencia. Pero ese desafío y esta
urgencia solo están ahí para contrariar otra cosa que la personalidad efímera.
Se puede decir que, en la medida que pasen los días (de vuestro tiempo
Terrestre), más facilidad vais a tener para ser lo que Sois. Pero para eso,
necesitáis salir de vosotros mismos: ya no hay que apegarse a cualquier miedo,
ya no hay que apegarse a cualquier ilusión, siempre aceptando el hecho de
vivirlo. La Morada de Paz Suprema, como os hemos dicho, es nuestra Esencia
Común, nuestra naturaleza profunda, mucho más allá de una simple experiencia,
de una simple meditación.
Frecuentemente
vais a constatar que la Morada de Paz Suprema está ahí. Y que está tanto más
ahí como la dejéis Estar, hasta el momento en que no haya más separación entre
vuestra conciencia y la Morada de Paz Suprema: no seréis ya una conciencia, os
haréis la Morada de Paz Suprema (cosa que he mostrado ampliamente con mi pasaje
en la Tierra). Entonces, la personalidad encontrará siempre algo que decir: que
es una pérdida de tiempo, que vosotros no sois, que no seréis jamás, que hay
obstáculos, coacciones, obligaciones. Pero nada de todo esto podrá mantenerse
mucho tiempo ante la Morada de Paz Suprema que Sois vosotros. Y ahí, vosotros
tendréis que elegir y decidir a qué alimentar, a qué nutrir. Aun si esto no os
aparece a primera vista, constataréis muy rápido que no podéis hacer otra cosa
que consentir o rehusar.
No
existe deseo en la personalidad, que pueda conduciros a la Morada de Paz
Suprema: nada de vuestra personalidad puede por otra parte, conduciros. Solo
desapareciendo de vosotros mismos nacerá, no ya simplemente un estado, una
experiencia (con su recuerdo), sino más bien, el estado (permanente, estable)
de lo que vosotros Sois. La intensidad de la manifestación de los Elementos (en
vosotros, como en la Tierra) no tiene sino un objetivo y es este: haceros
descubrir lo que Sois: la Morada de Paz Suprema. Solo la persona tiene miedo.
Solo la persona busca. Solo la persona se pregunta. Eso se hará vuestra
vivencia, no ya solamente un modelo o una creencia, o una experiencia sino una
vivencia permanente que solo espera por vuestra parte, vuestra propia
desaparición. Hacer desaparecer el sentido de la persona, hacer desaparecer la
percepción del cuerpo, hacer desaparecer toda proyección de la propia
conciencia, todo juicio (porque el juicio separa), toda adoración (porque la
adoración os separa, también). Aunque en la tradición de mi país de paso (ndr:
la India), esto fuera una constante, pero las circunstancias temporales no eran
las mismas.
No
podéis haceros Luz (y os concienciaréis cada vez más), porque ya lo Sois. No
podéis buscar la Liberación, porque los Sois ya. Por supuesto, la personalidad
no puede creerlo (ni siquiera aceptarlo) sino que por el contrario, lo buscará
siempre alejándoos cada vez más de lo que Sois. Dejad obrar a la Luz, dejad
obrar lo que se juega en vuestro cuerpo. Lo llaméis Templo o saco, no cambia
nada. Lo que viene no es una experiencia, ni siquiera un aprendizaje (como lo
habéis hecho durante años, muchos de vosotros). Lo que viene es radicalmente
nuevo, radicalmente inédito. Esto ya está aquí porque vosotros lo Sois, desde
la Eternidad. Pero la presencia de una conciencia colectiva (o de una ilusión
colectiva) le impide aun revelarse, totalmente a vosotros. Os corresponde a
vosotros saber si queréis participar en la ilusión colectiva o no. Y una vez
más, no es denunciando esta ilusión colectiva como encontraréis la Verdad.
La
Verdad está en vosotros desde la Eternidad y no es de ninguna forma dependiente
de cualquier circunstancia posible. Simplemente, el trabajo que habéis
realizado (y que nosotros hemos realizado, con vosotros) ha cambiado las
condiciones de ilusión colectiva. Entonces, oiréis hablar de Despertar de la
conciencia, desde lo colectivo. Oiréis hablar cada vez más, de cambio de
conciencia, de una Edad de Oro. Pero todo esto solo son proyecciones de la
conciencia. La única Edad de Oro, sois vosotros mismos. Y esta Edad de Oro en
vosotros, es independiente de cualquier manifestación de interacción de
conciencias (en la Dimensión en que estáis, como en cualquier otra Dimensión).
Solo la personalidad cree y espera terminar bien las historias que no terminan,
con una ilusión de progreso, de mejora.
Lo
que es perfecto en el origen, no puede ser menos perfecto al final: lo que es
perfecto permanece y no puede ser alterado. Ahora, vosotros sois perfectos. La
gran revolución, está ahí. Y necesitáis superar y transcender, estados,
experiencias, historias, mundo (este, como todos los otros). Si queréis estar
lleno: haced el vacío, no rechazando cualquier elemento de este mundo (como de
cualquier mundo). Recordad que hay muchísimas verdades. Son verdades relativas
que están en función únicamente, del emplazamiento donde estéis. Pero solo hay
una Verdad Absoluta. Por eso, necesitáis no estar más inmersos en lo efímero,
en conciencia. Cambiar de mirada, de punto de vista, no por un acto de voluntad
sino viendo claramente y lúcidamente, las cosas. Esta refutación, ahora ya no
hay que hacerla (como decía BIDI), sino que es la luz misma la que refuta lo
ilusorio, no actuando en contra, sino instalándose.
Lo
que veis en vuestros Cielos, lo que veis en vosotros, lo que veis de los
Elementos, lo que veis de la Luz, Es la Verdad Absoluta. Es como si (tomando
esta analogía) captarais cierta banda de frecuencias y la única realidad
posible y conocida estuviera ligada a esta gama de frecuencias con sus límites.
Y después, encima se superpone una gama de frecuencias nuevas, que no tiene más
límites y que, sobre todo hace desaparecer los límites anteriores. Acordaros
que no podéis llevaros nada de vuestra historia, porque cada vez que renacéis,
la historia pasada no existe ya. Pero aquí, el renacimiento que está aquí, es
una verdadera Resurrección. No de vuestras memorias pasadas (aunque se
actualicen en vosotros), sino la memoria de lo que Sois real y verdaderamente,
más allá de cualquier encarnación, de cualquier ley, incluso de causalidad. Lo
que ocurre también en vuestra conciencia. Lo que ocurre en este mundo, ocurre
de igual forma en vosotros: el perder todas las ilusiones y todo lo efímero.
Mirad
bien lo que es efímero, no para engancharos sino para separaros, no como un
acto de voluntad que quisiera poner fin a tal relación, a tal persona o a tal
mundo, sino como aquél que vive realmente, el fin de la ilusión. Ahora, la
personalidad no querrá reconocer nunca su final, ni la ilusión de lo que vive.
Es por tanto un cambio de emplazamiento, un cambio de mirada. Es por tanto un
cambio de punto de vista, que no es el punto de vista de un pensamiento sino el
punto de vista de la propia conciencia. La particularidad de ese nuevo punto de
vista, es que puede acompañarse también de la desaparición de cualquier punto
de vista, mucho más sencillamente, más fácilmente. La desaparición de todo
punto de vista permite vivir la deslocalización definitiva de una forma, de una
conciencia o de un estado, y os instala en ese Absoluto, cuyo testigo es
Shantinilaya. Shantinilaya no será nunca una proyección o una expresión de la
conciencia, porque es un estado que es localizable a voluntad. Puede incluso
ser permanente. Es eso lo que está detrás de la conciencia que lo decide: no
sois vosotros, ni la Luz los que decidís. Así pues, el juego de las
interacciones, de las resonancias, de las oposiciones y yuxtaposiciones, el
juego de todas las conciencias, os aparece. Y es viendo el juego de todas las
conciencias como perdéis el sentido de identidad y vivís la Resurrección.
Las
circunstancias del mundo ilusorio se vuelven, por la acción de los Jinetes,
cada vez más perturbadas. Pero esto no debe (como sabéis), de ninguna manera,
enloqueceros, o haceros buscar cualquier fecha posterior, sino que es un
aliciente para ser lo que vosotros Sois, Ser, más allá de cualquier apariencia,
de toda ilusión y de todo Efímero. La Luz que se ha visto, la Luz que se ha
vivido, debe dejar lugar totalmente, a lo que vosotros Sois, es decir, la Luz
en sí misma, no ya una conciencia que está localizada, no ya una conciencia que
es tributaria de una forma o de una multitud de formas, sino que es totalmente
abierta. Guardad presente también, que incluso si esto os parece muy alejado de
lo que vosotros Sois (en esta persona), no concibáis ninguna aflicción, ni
ningún sufrimiento, porque hay, en el desenvolvimiento de la ilusión del mundo,
un mecanismo final que está encadenado. Ese mecanismo final no concierne más
que a la ilusión pero no concierne a la Verdad, al contrario. No es la
desaparición de la Vida sino su aparición, al contrario, lo que está aquí.
No
hay mejor actitud, como os decía y repetía UN AMIGO, que “permanecer
Tranquilo”, que sumergiros en la Paz (ndr: ver en particular, su intervención
del 2 julio 2012). Porque la Paz es el recurso: no hay otro. En el fin final de
la ilusión de este mundo efímero, solo la Paz es Eterna. Esta Paz Suprema (que
no depende, os lo recuerdo, de ninguna circunstancia y, aun menos, de las
circunstancias temporales de la ilusión, aun menos, de vuestra persona) es el
único Último, el único Absoluto y la única Verdad que pertenece a todos, porque
es Absoluto, ella también. Cuanto más pase el tiempo de este mundo, más os
acerca al no-tiempo, del no-espacio, de la no-proyección y de la no-conciencia
(o a-conciencia). En definitiva, la Morada de Paz Suprema siempre ha estado
ahí, pero ella se hará más y más sensible, desde el instante en que todo lo
demás (absolutamente todo lo demás) es dejado por lo que es, es decir efímero e
ilusorio, aun si hay que vivirlo, aun si hay que cumplir ciertas tareas,
ciertas acciones, ciertas interacciones.
Cada
vez más, os vais a dar cuenta de que no hay distancia, que no hay separación.
Pero vais a comprobar también que esto será, cada vez más, lo uno o lo otro:
sea que desaparece la personalidad y la Paz crece, sea que la Paz se aleja y la
personalidad se refuerza, revelando con esto, la necesidad de existir, es decir
de mantenerse fuera de la Verdad, de mantenerse fuera de la Paz Suprema. Esto
os hará ver, con cada vez más claridad, de realidad, ahí donde Estáis y ahí
donde no estáis. No concibáis ni inquietud ni satisfacción, porque ahí donde
Estáis es muy exactamente el lugar adecuado. Y que si la Morada de Paz Suprema
no os aparece, por el momento, no olvidéis que querer luchar para adquirir
esto, es imposible porque ya está ahí. Entonces, seguid vuestro camino y dejad
obrar a vuestra forma, en este momento, la Luz. Pero no alimentéis vuestra
personalidad con el sentido de una pregunta o de una búsqueda, no alimentéis lo
Efímero apoyándose y apoyándoos en lo Efímero. La Morada de Paz Suprema no es
una adquisición: es innata. Son simplemente las circunstancias de los elementos
de este mundo (y de todas las capas ilusorias) que cambian, a causa de la Liberación
de la Tierra.
Solo
tenéis que seguir las líneas de menor resistencia. Y las líneas de menor
resistencia son esas en que la personalidad no puede estar presente. Olvidaos
de vosotros mismos. Desapareced a vosotros mismos, y veréis por vosotros mismos
lo que es. Pero no hagáis un objetivo porque es instantáneo. No hagáis tampoco
un fin, ni siquiera una finalidad, porque eso ocurre AQUÍ y AHORA. La acción de
la Radiación del Ángel URIEL es preponderante (como sabéis) para vivir esto.
Dejad simplemente crecer la Paz en vosotros: dejadla tomar todo el sitio. No
hay otro medio más que borrarse uno mismo. Estas son algunas reflexiones que
siguen a las propuestas de UN AMIGO.
Y
pienso que un tenemos tiempo de abrir un espacio de cuestiones, relativas
exclusivamente a lo que acabo de enunciar y vivir en los espacios de vuestras
cuestiones, ese estado de Paz Suprema, más allá de cualquier estado.
Pregunta:
¿Qué diferencia existe entre instalarse en la Paz y Shantinilaya?
¿Qué diferencia existe entre instalarse en la Paz y Shantinilaya?
Es
muy sencillo: cuando Shantinilaya es lo que Eres, no existe más cuestión, más
pregunta, más sentido de lo que sea, porque te conviertes tú misma en el
sentido: el mundo no existe ya y sin embargo está ahí. En la Morada de Paz
Suprema, no hay ninguna conciencia separada, no existe pues ningún sentido de
identidad (aunque ésta pueda estar presente, para ciertas acciones). Pero no es
ya la personalidad la que decide, la que dirige, sino es la Morada de Paz
Suprema. La experiencia de la Paz no es la Morada de Paz Suprema. La
experiencia de la Luz no basta pare Ser Luz. Hay que salir de la experiencia
(que está inscrita en un marco temporal, en un momento dado de la vida) para
entrar en la Eternidad del Presente: es salir de esta creencia, grabada en
todos, que una sucesión de experiencias y de estados os va a llevar a vivir lo
que Sois. Por supuesto, estos son los acicates y las guías. Pero Shantinilaya
es este Éxtasis permanente, que no tiene nada que ver con las circunstancias
del mundo e incluso, de tu propia vida (que ya no existe). La Paz es un estado
que puede llegar cuando las circunstancias se prestan (Interiores como
exteriores). Shantinilaya no tiene que ver con las circunstancias Interiores,
como exteriores). Esta Beatitud es el estado normal del Ser, más allá de la
encarnación y de toda forma.
No
tenemos más preguntas, os damos las gracias.
A
través de lo que tiene que Ser, terminaré con estas palabras: yo Soy el que
Soy, pero yo Soy también cada uno de vosotros, en la misma Unidad, en la misma
conciencia, cuyo soporte es Shantinilaya.
Hermanos
y Hermanas en humanidad, el Amor – Luz Es, desde toda la Eternidad. Entonces,
que mi bendición y la vuestra se unan, en el mismo impulso, en la misma Paz. Yo
soy MA ANANDA MOYI, yo soy vosotros en cada uno. Os digo hasta la próxima vez.
Original en francés.
Canalizado por Jean luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
Canalizado por Jean luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
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AUDIO
MA ANANDA MOYI
LA MORADA DE LA PAZ SUPREMA
10 de noviembre 2012
Realizado por Domingos y Ana (Mikaël y SaräAmma)
http://www.isismikael.blogspot.com
MA ANANDA MOYI
LA MORADA DE LA PAZ SUPREMA
10 de noviembre 2012
Realizado por Domingos y Ana (Mikaël y SaräAmma)
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