Marthe Robin
"Ser pequeño en todo, grande solamente para el Amor”
14 enero 2014
"Ser pequeño en todo, grande solamente para el Amor”
14 enero 2014
Marthe
Robin
Mis
tiernos amigos, yo soy Marthe Robin. Me uno a ustedes en esta dulce velada con
el fin de celebrar a vuestros costados este tiempo de Fiesta pero también para
ofrecerles todo mi Amor y toda la Gracia, la Gracia Marial que llevo. De mi
corazón a vuestro corazón, reciban en este instante este Amor y esta Gracia con
el fin de que así en un solo corazón dancemos al corazón del Corazón, en ese
Fuego, ese Fuego Solar que es Cristo, que es lo que ustedes son, que es lo que
somos de toda Eternidad.
Reciban
hermanos y hermanas, si ustedes lo permiten durante algunos instantes de
silencio, mi Presencia que viene a rodearlos y a rendirles Gracia.
(Comunión silenciosa)
Al
lado de María y de mis hermanas las Estrellas y de Theresa que está ahí
igualmente presente, vengo también a hablarles del Abandono último, abandono
del ego/personalidad. Abandono que se les pide en este último pasaje, si
podemos decir así, aunque no haya ningún pasaje como ustedes lo saben. Mucho
más allá del Abandono a la Luz, se les pide el abandono último, el abandono de
todas vuestras creencias, el abandono de todas vuestras proyecciones, el
abandono de todos vuestros deseos y efectivamente se trata ahí de un duelo.
Entran para la mayoría en ese nuevo mundo, mundo que podría nombrar el reino
del Corazón, o incluso el reino de los cielos si ustedes prefieren. Es el reino
del que proceden, aunque ese término no sea totalmente apropiado. Para ser más
precisa, ese reino que nombro así es vuestra Cuna, vuestra Morada. Morada que
no han dejado nunca, que no hay que alcanzar ya que están ya ahí. Simplemente,
se les propone hoy y desde numerosos meses encontrar este espacio, encontrar
vuestra Morada, llamada de otro modo Morada de Paz Suprema.
Para
penetrar esta Morada y como ustedes ya lo saben ya que eso les ha sido
mencionado muchas veces, hay que olvidarse en totalidad, como yo me he olvidado
en la época donde he venido sobre este mundo a vivir ese tiempo de experiencia
en un cuerpo de carne. En ese tiempo, me he totalmente, ofrecido abiertamente,
ofrecido a Aquel que yo nombraba mi dulce Jesús, a Aquel que es Cristo.
Nómbrenlo como les guste, eso no tiene ninguna importancia. Sepan simplemente
que hoy Él está ahí y Él viene, portador del Fuego Solar, a devolverlos a
ustedes mismos.
Entonces
ábranse, ábranse en totalidad a eso, a ese Fuego Solar si es lo que desean. Si
es a lo que vuestro corazón aspira, abandónense a Él, Cristo de Amor que no es
otro que ustedes mismos, lo saben. Y vengo a invitarlos a soltar todo lo que ha
podido ser pesado en ustedes y alrededor de ustedes, sea a nivel de las
creencias, sea a nivel de los sufrimientos, todo eso solo son pesos, pesos que
ustedes no tienen más que llevar ya que lo saben bien, no hay nada, no hay ningún
peso, ningún sufrimiento, solo vuestras creencias y vuestra identificación a
los sufrimientos pasados o presentes pueden ser un peso. Esos pesos son una
mentira, no es la Verdad.
Entonces
dejen de identificarse a eso. Ustedes no son vuestro pasado, no son esta
historia, no son este cuerpo de carne, son la Gracia, son la Vida, son la
Morada de Paz.
Y
cuando digo que se trata de un duelo, se trata igualmente de una muerte, no una
muerte a nivel de vuestra tercera dimensión, sino una muerte de todas vuestras
creencias y de todas vuestras identificaciones. Entonces, si desean encontrar
lo que son de toda Eternidad, ¿se atreverán a soltar todo? ¿Están listos a
perder todo? Sí, TODO, en totalidad. Desde luego, no les digo abandonar a
vuestros allegados, la gente que aman, sino abandonar todo apego a toda
creencia, detener toda proyección y ofrecerse, ofrecerse en un Abandono Último
y en una Humildad tal que en este acto no son nada más, son, como mi muy
querida hermana Theresa ya les ha mencionado, pequeños, muy pequeños con el fin
de encontrar esta inmensidad de Amor que siempre ha estado en ustedes, que
siempre ha sido vuestra Naturaleza. Ese es el precio a pagar si puedo decir
aunque no haya nada que pagar ya que todo es Amor.
El
Amor viene a abrasarlos, el Amor viene a desplegar su Fuego en ustedes,
entonces déjen-Lo hacer, recíban-Lo. ¿Qué hay más maravilloso que Celebrar eso
y rendir Gracia?
Con
numerosos hermanos y hermanas, durante los tiempos falsificados, hemos
preparado en la ofrenda de nosotros mismos, en nuestro Abandono al Cristo, lo
que ustedes viven hoy. Entonces vean, para ustedes esto es facilidad, esto es
tan simple, mucho más simple que a nuestra época. Entonces, ¿qué esperan bien
amados? ¿Qué esperan para abrasarse? ¿Qué esperan para Celebrar y para Danzar
al unísono con el Corazón, el Corazón UNO, ese corazón de Fuego que son, que
somos?
Somos
tan numerosos para cantar y danzar para ustedes, en ustedes, y a vuestros
costados. Entonces vayan, atrévanse, láncense, hagan la gran zambullida. Nosotros
los esperamos en ese Corazón, ese Corazón CRIST-alino que
canta y cuyo Canto se eleva sobre todo el planeta y cuyo Canto se elevará muy
pronto del núcleo cristalino de la Tierra al unísono con el núcleo cristalino
de Alcyone, de la Fuente- Madre.
Estén
listos para esta última Celebración que está AHÍ, que se vive a cada instante
en ustedes, en ese Corazón, en el Amor.
Queridos
amigos, hagamos silencio algunos instantes con el fin de hacer resonar en
ustedes ese Canto de Amor, con el fin de penetrar de nuevo esta Melodía
cristalina del Amor que es Gracia.
(Comunión silenciosa)
Bien
amados, tengan Fuerza, este Fervor y esta Rectitud en el Fuego Solar. Ya que en
estos tiempos tan importantes, se les pide ser tal como rocas, los Pilares del
Amor, pilares de Luz que, enraizados en la Madre Tierra, y unidos a la Fuente
que ustedes son, emanar y Ser muy simplemente Cristos.
Sean
ese Fuego, sean esta Agua, sean ese Cristo, Unión del Fuego Solar y del Agua
Marial, sean esta estabilidad que es el Amor sobre la Tierra. Entonces sean
Amor en cada una de vuestras miradas, en cada uno de vuestros actos, en cada
uno de vuestros pensamientos y de vuestras palabras con el fin de que al
presente no haya más que Cristo que esté ahí en ustedes que se exprese, que ame,
que distribuya el Amor y la Luz sin ninguna voluntad de vuestra parte sino más
bien dejando la Voluntad Solar, Voluntad del Padre-Madre, realizar en ustedes y
a través de ustedes. Es así y solamente así que ustedes desaparecen. Es por eso
que les pedimos y que se lo hemos precisado que había que ser humilde y
pequeño, muy pequeño. Con el fin de que el Verdadero Amor sea esparcido a
través de ustedes, por vuestro Corazón, en el Corazón Unificado de cada UNO.
Entonces
dejen hacer, dejen a Cristo tomar todo el lugar. Olvídense como yo me he
olvidado. Ofrézcanse como yo me he ofrecido y como tantos y tantos hermanos y
hermanas se han ofrecido a la Fuente, a Jesús, poco importa el nombre que Le
den. Es vuestra Verdadera Naturaleza, Gracia Divina, Onda de Amor, Ola de Luz.
Solo hay Eso.
Yo
les dirijo, mis queridos hermanos y hermanas, todo mi Amor de hermana y toda mi
ternura. Entonces, para las y los que cantan para mí, vengo a cantar para
ustedes… Y vengo a depositar ese manto Gracioso de nuestra Madre, en Su
compañía y en compañía de todas las Estrellas, sobre vuestro corazón y sobre
vuestros hombros. Reciban esta Gracia y desde hoy, sean ligeros como plumas,
sean dulces con ustedes mismos como con vuestros hermanos y hermanas. Y déjense
acunar por ese oleaje que los acaricia y los embriaga a cada instante. Él está
ahí, ábranse a eso, estén atentos a Su Presencia.
Sí,
bien amados, dejar su pasado, sus creencias y sus proyecciones, es un duelo
pero igualmente un Renacimiento y ahí, es tiempo. Es tiempo de Renacer a
ustedes mismos y podría decir que tienen todas las herramientas en las manos
para eso, les basta muy simplemente permanecer tranquilos y dejar hacer a la
Luz, dejar a la Gracia del Amor efectuar toda su magia si puedo decir así, nada
más. Y verán que la Fluidez se instalará por sí misma. No habrá así más lugar
para ninguna resistencia ya que todo habrá sido disipado. Y verán en ese
momento que no habrá más que Amor y que no ha habido nunca otra cosa que Eso.
Es la Verdad.
Sean
bendecidos, queridos amigos, queridos niños, les dirijo mis tiernos besos,
besos resplandecientes de mi corazón a vuestro corazón, en un solo Corazón
Vibrante de Amor.
Yo soy Marthe Robin y los saludo. Hasta
muy pronto.
Transmitido por Séverine
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