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Magia de Llamas Gemelas
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ENERGÍA DE AMOR INCONDICIONAL
Mensaje de Madre María
Amadas y amados amigos:
Yo Soy la Madre María.
Estoy aquí para tranquilizarte y dejar que te bañes en una energía de Dulzura y Bondad.
Aquí hay mucho amor para ti, pero te cuesta aceptarlo porque dentro de ti hay una resistencia a recibir amor. Eres demasiado duro contigo mismo porque tienes miedo de recibir. Has aprendido a dar lo mejor de ti, a presionarte, a ser crítico contigo mismo y a pensar que solo eres bueno si eres alguien que trabaja duramente y produce mucho. Y haces lo mismo en lo que se refiere a tu vida interior y a tus procesos de crecimiento interior, por lo que te comportas como un maestro de obras severo.
Yo te ofrezco la Energía del Amor Incondicional para que puedas relajarte y ser quien eres. Todo en ti es bueno; todo dentro de ti puede vivir y mostrar sus verdaderos colores. Para ello, siente la energía del Amor envolviéndote como una suave Luz Azul. Relájate de todo esfuerzo y deber. Relájate en la Luz de quién eres realmente, de tu ser más íntimo. Tú ya eres bueno como eres. Eres como un ángel cuyas alas están rotas o parcialmente paralizadas; tropezaste y casi te caíste al suelo, y, cuando permaneces mucho tiempo en esa postura, te olvidas de que eres un ángel y que puedes volar, que eres libre, que te hayas al margen de las leyes de la Tierra, las leyes de la materia, del espacio y del tiempo.
Ahora te pido que vuelvas a conectarte con el ángel que eres. Entra en tu corazón y ábrete y enternécete por dentro. Presta atención al centro de tu corazón, donde vive una energía celestial que te conecta directamente con ese ángel. Deja que un rayo de Luz lleno de Esperanza y Amor entre en tu corazón. ¡Te lo mereces tanto…! ¡Es tanto lo que te has esforzado…! Deja que esa Luz fluya a través de tu corazón, abdomen, pelvis y piernas. Conéctate a través de tu corazón y de tu Yo angelical con las esferas celestiales que, por cierto, no están tan lejos. Tú conoces esas esferas, ya que son el Hogar al que perteneces. De allí saliste para traer su Luz a la Tierra; y no solo para ti, si no también para los demás.
Ahora, imagina que un ángel se pone detrás de ti y te envuelve con su Luz. Observa si hay algún lugar en tu campo de energía en el que esa Luz sea particularmente necesaria y préstale atención a ese lugar. Deja que la Luz fluya a través de él y confía en que hará su labor.
Conéctate contigo mismo un instante. Siente tus pies firmemente plantados en el suelo para que lo que experimentas como Luz, la energía sutil y esencial de tu Yo angelical, esté firmemente anclado dentro de ti. Siente la firmeza de tu cuerpo y el de la Tierra. La Tierra es totalmente capaz de recibir y conducir energía angelical, porque la Tierra misma también es un ángel.
A veces, percibes un contraste entre la energía sensible de tu corazón y la dura realidad del mundo. En cierto sentido es así, pero la Tierra en sí no es dura. La Tierra misma es natural y muy sutil, igual que tú. De manera que confía en la Tierra, en sus ritmos y patrones, y también en tu cuerpo, tus emociones y en la forma en que Ella guía las energías. Siéntete como en casa ahí. Siente cómo las más altas energías que hay dentro de ti, pueden habitar por completo cada célula de tu cuerpo en una alegre danza con la Tierra.
Tú podrás pensar que eres demasiado delicado, demasiado frágil, demasiado sensible, aunque pensar eso es un error. El poder de tu verdadero Yo es inmensamente grande y fuerte. El Amor es la fuerza más poderosa que existe y, al final, hace que todas las sombras se desvanezcan y derrumba todo abuso de poder. Todo se empapa de Amor, porque el Amor siempre triunfa.
Por lo tanto, no tengas miedo de ser tu verdadero Yo en este mundo. Es muy necesario para la Tierra que haya personas que se atrevan a hacer eso. No tienes que hacerlo por los demás, solo hazlo por ti mismo, aunque, ciertamente, hacerlo marcará la diferencia entre los demás.
¡Gracias por estar ahí!
Muy amorosamente,
MARÍA
Canalizado por Pamela Kribbe
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