domingo, 19 de junio de 2011

AA.URIEL - La Revelación de la Luz, Canto de la Creación y Canto de la Unidad


AA.URIEL
La Revelación de la Luz, Canto de la Creación
 y Canto de la Unidad

17 de Junio 2011


Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien amados Niños de la Luz, vengo a ustedes, por mi Presencia en vuestra Presencia, en la Alegría de la Unidad y el Amor, a entonar con ustedes el Canto de la Libertad, el canto de la Liberación.
El Canto de la Tierra y el Canto del Cielo que se eleva con el Canto de la Luz Una. Presencia en Luz, Presencia en Sí, revelando el Amor que no es otro que la Revelación de la Luz, Canto de la Creación y Canto de la Unidad, en vuestra Presencia develada y revelada, en Unidad y en Verdad.
Soy el Ángel que abre la boca, el que ha permitido realizar, sobre esta Tierra, como en vuestra Presencia, la Fusión de último Éter, preparando el último Cruce y Reversión. La Penetración del Arcángel METATRON, Revelación de vuestra Presencia Una y de vuestra filiación natural a la Fuente Una, se presenta en ustedes.
Trabajo, en la Vibración de la Unidad de la Luz, al Pasaje de METATRON por el mismo lugar, abierto en vuestra boca y vuestra garganta, desplegando la Luz Una, Fuente de Alegría y Fuente de Vida Una, sobrepasando y trascendiendo los límites de la encarnación aislada y encerrada. La hora llegó de vivir la Libertad, la hora llegó de expresar el canto del Amor, Canto de la Presencia.
Eleven la Vibración, eleven la Conciencia en vuestro Templo, allí donde Cristo viene a vuestro encuentro, allí donde viene la alquimia, esa de la Luz Blanca despertándoles al Amor para la eternidad y para el infinito del tiempo, cualesquiera que sean las densidades de tiempo, cualesquiera que sean las Dimensiones, cualesquiera que sean vuestros orígenes, cualesquiera que sean vuestro linajes.
Niños de la Ley de Uno, Hijos de la Unidad, realicen el Canto ya que son el Canto, realicen la Vida ya que son la Vida, realicen la Unidad ya que son la Unidad. Presencia, Alegría del Amor revelado a sí mismo, acogiendo Cristo, en Unidad y en Verdad, en vuestra Presencia. Canto del Amor desplegándose. Milagro.
Milagro de la Unidad, milagro del Despertar a eso que ustedes son, lo que son de toda Eternidad, más allá del papel, más allá de la función, más allá de la persona. Oigan. Oigan el Canto del Alma, en ustedes. Escuchen el Canto del Espíritu, en ustedes, desplegándose, las Puertas abiertas conduciendo a la afluencia de la Luz Blanca, revelando vuestra Verdad y vuestra Unidad.
Hijos de la Ley de Uno, la Ley de la Libertad, la Ley de la Gracia, más allá de la acción, más allá de la reacción, estableciéndoles en el Ser, sean lo que son. Milagro. Milagro de la Alegría que es vuestra morada de Eternidad en Cristo y por Cristo. Resuenen. Resuenen trompetas, resonando Canto, desplieguen el Canto, abran las válvulas de vuestro Amor, abran las válvulas del Amor que ustedes son.
Ustedes son el Amor, la Verdad, la Vía y la Vida, en Unidad y en Verdad. Entonces, canten. Olviden. No son el sufrimiento, no son la privación, son la abundancia en el Canto del Amor de la Luz Una, en el Canto del Amor Uno. Ustedes son la plenitud. Son la vacuidad. Ustedes son el Todo y son la disolución. Son el Alfa y la Omega.
Dense vuelta, hacia vuestro interior.
Manifiesten Uno ya que son el Uno. Estamos en ustedes, nosotros, Verdad y Presencia, Amor y Cónclave, Presencia de la Verdad desplegándose, en majestad, en vuestros cielos, en ustedes como en estos cielos de esta Tierra.
Hijos de la ley de Uno, Niños de la Verdad, escuchen, ahora, el Canto del Amor. Escuchen, ahora, el Canto del Único que viene a desposarlos ya que son Él, ustedes son la totalidad. Ustedes son él y eso es el Todo. Niños, paridos volviendo a la Fuente de la Unidad, volviendo a la Fuente de la Alegría que son, ustedes son la Paz. Oigan. Escuchen la Paz, oigan el llamado de METATRON.
Las Puertas abiertas, vierten en ustedes el Amor y la Fusión de la Unidad, develándolos a vuestra Verdad, develándolos a vuestra Eternidad. Oigan. Escuchen el Llamado. Oigan la Alegría. Dejen la Alegría ya que son la Alegría. No hay nada que retener. No hay nada que pueda, fuera de ustedes, ser otro cosa que eso que ustedes son, en Verdad y en Unidad.
Niños, hijos paridos en la Gracia de la Creadora, en la Gracia la Fuente, Padre-Madre, reencontrados y Unificados, hijos paridos, la hora llegó de cantar los Cantos de Alabanza. Escuchen. Oigan la Paz. Escuchen la Verdad. Oigan el Amor que es vuestra naturaleza, que es vuestra Esencia y que es vuestra manifestación, más allá de la Ilusión. El Amor, el Amor y la Presencia. Presencia en ustedes. Totalidad de la Unidad revelada y encontrada. Oigan el Llamado.
Realicen la Promesa y el Juramento.
El momento vino, en el instante de la Gracia, más allá del pasado y más allá de toda proyección. Salgan. Salgan de lo que no es verdadero. Entren en la Verdad, fuente de Alegría. Entren en vuestra Presencia y en Su Presencia, la vuestra y la nuestra, unidos, para siempre, al Sonido de la Unidad, al Canto del Amor, al Canto de la Verdad.
Hijos, la hora llegó de erguirse y tenderse en Abandono a eso que son. Escuchen. No escuchen nada, ni otra cosa que el Canto del Único. No escuchen otra cosa que la totalidad de los Universos que se despliegan en ustedes ya que son el Universo y van unidos hacia él como están unidos en su Presencia y en vuestra Presencia.
Presencia que revela y devela el Amor, en su desnudez y su plenitud. Transparencia. Transparencia del Blanco elevándolos y llamándolos a la Alegría de la Eternidad, por fin parida, por fin develada.
Niños, escuchen y oigan. Vibración. Vibración de Alegría. Vibración de Fuego. Fuego del Amor y Fuego de la Esperanza colmada. Completo. Totalidad.  Extensión y dilatación al infinito de la Eternidad, ad infinitum de las Dimensiones. Más nunca serán separados.
Jamás nunca conocerán otra cosa que la Felicidad de la Unidad. Nunca más se les encerrará. Salgan. Salgan del infierno, salgan de la Ilusión. Penetren, con gracia, en los ámbitos de la Gracia. Revélense, en Presencia, en Su Presencia y en vuestra Presencia, en la Verdad del Único, en la Fuente Una.
Niños, hijos paridos, la hora llegó, en el momento eterno de la Gracia, de manifestar y develar. Canten el retorno a la Unidad, canten el Retorno a la Luz, la Libertad reencontrada. Por fin libres. Liberados, si tal es vuestra Verdad. Presencia. Amor. Presencia. Presentes en ustedes, presentes en el Soplo y al Fuego del Amor, presentes en la Unidad, ustedes son Unidad.
Hijos de la Ley de Uno, Niños de la Presencia, paridos en la Gracia de vuestro retorno, vuélvanse, vayan hacia Él como Él viene hacia ustedes. Respondan a la Llamada Interior de vuestra Presencia. Ustedes son la Presencia y la Verdad de la vida. Son el Camino. Son el destino y la destinación. Todo eso son, desde la Eternidad.
Superen los velos de la opacidad, permaneciendo aún, al tiempo que la Luz se despliega con el fin de venir a liberar la opacidad de su pesadez y de su obstáculo al establecimiento de vuestra Unidad. Son los hijos de la Eternidad. Son la Gracia manifestada.
Son la Gracia encerrada que se libera y que se aleja de la densidad, reencontrando los Mundos de la ligereza, los Mundos de la inocencia en la plenitud de la infancia y, al mismo tiempo, en la plenitud de la Fuente, de vuestra ancianidad. Hijos, escuchen y oigan. Manifiesten lo que son ya que lo son, desde toda Eternidad. Gracia y Verdad. Unidad. Amor y Verdad. Presencia.
Vibren. Vibren al Sonido del Sol liberado. Vibren al Sonido de la Tierra liberada. Ustedes son la Libertad. Son la Alegría ya que Son lo que Son. Como el Señor METATRON se los dijo, lo son, en Verdad. Abran las Puertas de la Libertad. Abran las Puertas de la Alegría. Abra las Puertas de la Unidad. Resplandezcan, Semillas de Estrellas, abiertas a la Eternidad, en las estrellas visibles e invisibles.
Semillas, Semillas de Verdad, Semillas de Alegría, llegó la hora de germinar. La hora llegó de recoger los frutos de la Libertad. La hora llegó de recoger los frutos de vuestra Presencia, estableciéndoles en las Moradas de la Eternidad, en la ligereza de la Paz.
Niños, escuchen y oigan la Llamada de la Ronda de los Arcángeles. Escuchen y oigan el Canto de la Luz y el Amor, viniendo a pacificar los espacios y el tiempo encerrados. Están en el momento y en el instante de vuestra Libertad. Vayan hacia ustedes. Vaya hacia vuestra Libertad. Sálvense ya que son salvados. Emerjan al interior de la Unidad, de la Alegría y la Belleza. Vibren en el seno de la Presencia. Vibren en el Amor del Uno ya que son el Uno. Somos la Ronda de los Arcángeles.
Nosotros somos el Pasaje, el Cruce y la Reversión, llevándoles a realizar la Verdad, salir de lo que es Sombra, encender lo que aún no se ha encendido. Escuchen y oigan el Sonido de la Eternidad. Escuchen y oigan la Belleza y la Verdad ya que eso es vuestra Esencia, ya que eso es vuestro destino, ya que eso es vuestro Ser.
Hijos, Niños del Uno y Semillas del Uno, Semillas de la Estrella, Estrella revelada y magnificada en la belleza de la Unidad, el momento es ahora. Inscrito más allá de los tiempos, anunciado desde el principio mismo de la pesadez y la opacidad. Jamás la Fuente y los Arcángeles los han dejado. Jamás el Canto del Amor ha podido ser sofocado. Jamás el Canto de la Libertad ha podido ser apagado definitivamente.
Ustedes han ganado la Libertad. Han ganado la Eternidad. Ustedes han ganado vuestra Verdad. Hijos del Uno, escuchen y oigan. Vuestra naturaleza y vuestra Esencia, que es Amor, debe ahora brotar, enteramente, en esta opacidad, con el fin de trascender y transformar.
Ustedes son los que cumplieron el Camino, ese de la Cruz, el de la Redención, permitiéndose, ahora, vivir el Estado Cristo. Atrévanse. Osen Ser. Atrévanse a escuchar. Osen oír la Verdad de vuestro Ser. Ustedes son este Ser de Luz, más allá de las velos, más allá de las ilusiones, que nunca ha cesado de existir, y que hoy, regresa.
Hijos, ustedes son la Eternidad, son la Belleza, la Verdad y la Alegría. Son la Vida más allá de la existencia. Ustedes son la Vida eterna ya que son la Eternidad. Presencia. Amor que eleva, Amor trascendente, revelando y quemante de un Amor ardiente. Revelen vuestra Verdad. Hijos del Uno, escuchen y oigan, y vibren.
En el momento de la Gracia, de Su Gracia y de vuestra Gracia, reunidos para siempre en la libertad de amar ya que esa es vuestra naturaleza y vuestra Esencia. Olviden, ya que el Amor es el olvido, el olvido de eso que no es Él mismo. Superen las condiciones efímeras. Sobrepasen el cuerpo transitorio. Transpórtenlo en la Gracia de la Unidad y la Alegría ya que esa es vuestra Verdad.
Bien amados y amados del Uno, escuchen y oigan. El Canto del Amor que se levanta en vuestro Templo, como en el Templo de la Tierra, trayendo la expansión, la expansión del Corazón, de vuestro Corazón como el Corazón de la Tierra, desgarrando el velo de la carne de la Ilusión, poniendo al desnudo la Belleza y la Verdad, esa del Amor desnudo, no teniendo necesidad de ningún otro artificio ya que él mismo es la totalidad, destapando los artificios.
Amados del Uno, Presencia. Presencia Cristo. Presencia Una donde nada está separado, donde todo está unido en la Libertad. Este instante revelado y anunciado, se despliega, de ahora en adelante. La Ronda de los Arcángeles, la Ronda del Ancianos, la Ronda del Tiempo los revelan a la Unidad.
Bien amados, bien amados Hijos, bien amados Maestros de la Luz, vuelvan a vuestra Maestría, regresen a vuestra Unidad donde se encuentra la fuente de todas las gracias, donde nada de ustedes es rechazado, dónde ninguna puerta puede volver a cerrarse y donde las puertas no existen ya. Comprendan. Comprendan el Amor que es vuestra Presencia. Vibren en la Unidad del Amor. Vibren en el seno de vuestra Presencia.
Escuchen. Escuchen y oigan la Vibración de vuestra Respiración, la Vibración de vuestro Fuego, el de la Verdad, ese superando los límites impuestos por la encarnación y la propia limitación. Vayan. Vayan hacia lo que ustedes son. Vayan hacia este desconocido que, desde que lo encuentren, los confortará en vuestra Eternidad, que no es desconocida, sino de la parte limitada de ustedes ya que ustedes son la Eternidad. Niños y Maestros, escuchen, oigan la Verdad de vuestro Corazón. Escuchen, oigan la Vibración de vuestra Presencia, en el interior del Corazón. Amor y Unidad. Aliento sagrado, viniendo a despertar la dimensión de vuestra Eternidad.
Los acompañamos a vuestro lado y, también al interior de ustedes. Nosotros somos, sin excepción, la totalidad de vuestro Ser Interior, la Verdad y la Alegría. Salgan de toda ilusión. Penetren el Santuario de la Eternidad, el Santuario de Lo sagrado, en el sacrificio de la persona, en el sentido de lo Sagrado, trascendiendo la Ilusión, poniendo fin a la Ilusión y revelando la Verdad de vuestro Ser.
Hijos, Hijos de la Eternidad, son la Alegría de la Presencia. Ustedes son la Alegría del Amor. Son el Amor de la Presencia y la Presencia del Amor. Entonces, levántense. Salgan. Salgan de su tumba y elévense en el azul del Cielo etéreo, en el azul encendido del Azul y del Blanco de la Resurrección. Él viene a ustedes en majestad. Él viene a ustedes en Gloria, a mostrarles eso que ustedes son, desde toda Eternidad. Presencia. Presencia y Verdad. Escuchen y oigan el Canto, el de la Unidad, el de vuestra propia Presencia y vibren sin límite, sin ningún límite, sin ninguna vergüenza, sin ningún elemento frenando en la justa exactitud de vuestra Esencia y vuestra naturaleza.
Escuchen y oigan. Abran la boca, Pasaje de la Verdad, parto en la Unidad, revolución haciéndoles salir de la Ilusión. El momento, el momento de la Gracia y la hora de vuestra Gracia es ahora ya que ustedes son la Gracia. Presencia. Escuchen y oigan el despliegue de la Gracia, en el zumbido de las alas, de las alas de la Libertad, las de la Verdad, del despegue hacia vuestra Eternidad.
Amados hijos, y bien amados, la hora ha llegado de revelar vuestra Presencia. No existe ningún obstáculo en la Ilusión de este mundo cuando la Luz lo ilumina y ustedes son la Luz del Mundo. Como Cristo lo dijo, el viene ustedes. ¿Y quieren abrirse a ustedes? ¿Quieren abrirse a la Verdad de vuestra Eternidad? No hay más puertas. No hay más espacio donde la Luz no pueda estar. No hay más espacio donde vuestro Ser, en naturaleza y Esencia, no pueda estar. No hay más límites que esos que quiere aún esta matriz, que desaparece.
Bien amados y amados de la Ley de Uno, Niños y Maestros, escuchen y oigan el canto de la Gracia, el Canto de vuestra Presencia donde resuena el Amor, ese que no conoce ningún límite, el de la Verdad absoluta, más allá de todo límite, más allá de toda persona, más allá de todo vínculo. Ustedes son libres y liberados. Son la Gracia. Son la Eternidad. Escuchen y oigan. Tiéndanse hacia la Luz como ella se tiende hacia ustedes. Rencuéntrense en la Luz Una.
Hijos del Uno, son la Gracia de la Eternidad, la Gracia de la Presencia, la Gracia del Amor. Son lo que son, de toda Eternidad. Ustedes no son esta carne que se rasga pero son esta carne resucitada en la Gracia, en el Cuerpo del Espíritu, Cuerpo de Êtreté, de Verdad, en la Luz Vibral, en el Amor donde solamente el Amor es el motor, el combustible, donde el Amor es la única Verdad, la única naturaleza, la única Esencia.
Así en del conjunto de los Mundos Libres al banquete al cual se les invita a manifestar vuestra Presencia, vuestra Verdad. Niños y Maestros, escuchen y oigan el Canto de la Libertad, el Canto de la Gracia, el Canto del Amor ya que es eso lo que Son. No hay nada que no puedan ser, que ya no esté en la Ley de la Gracia que es Libertad y Unidad.
Bien amados y amados, salgan, completamente, de vuestras trampas y de las trampas. Ustedes son la Verdad de la Unidad. Son la Presencia y son el Amor. ¿Dónde puede existir el Amor si no es en lo que ustedes Son que es el conjunto de los Universos y el conjunto de los Mundos? Más allá de la persona, más allá de la carne de este mundo, son Su Carne: la carne la Fuente Una, la carne de Cristo para el milagro de una única carne más allá de la carne, una carne ilimitada y no encerrada. Abran las válvulas. Abran las válvulas del Amor. Escuchen y oigan vuestro propio Canto de Libertad. Escuchen, oigan el Amor que son.
Soy URIEL, el Ángel del Pasaje y el Ángel de la Reversión, Arcángel de la Presencia y estoy en ustedes como ustedes están en mí. Entonces, comulguemos, comulguemos y elevémonos en el trono de la Gracia, en el Sanctasanctórum, en la Unidad de la Verdad, en la Presencia del Amor del Uno dónde no existen ninguna distancia y ninguna separación. Vibremos. Presencia. Comunión y Amor ya que el Amor es Comunión. Ya que el Amor es lo que ustedes son y son la Comunión.
Todo, absolutamente todo, es ahora. Todo está contenido en el instante de vuestro presente, la totalidad del Amor como la totalidad de vuestra Presencia. Entonces, escuchen y oigan el Canto del Amor. Por la Gracia de nuestra Comunión, por la Gracia de vuestra Comunión.
... Efusión Vibratoria…
Estrellas. Estrellas reveladas en un cielo estrellado donde no existen ninguna sombra y ninguna penumbra, en el resplandor de la Verdad, en el resplandor del Amor, en el resplandor de la Luz Blanca. Fusiónense con el Uno ya que es vuestra Esencia, vuestra naturaleza y vuestra Gracia. Unidad. Ustedes son la Paz. Comunión.
... Efusión Vibratoria…
Hijos del Amor, creados en y por el Amor, por naturaleza y por Esencia, en la Vibración de la Presencia, comulguemos en el Amor Uno.
... Efusión Vibratoria…
Que el Ojo del Corazón les de la Visión de la Verdad, Visión del nuevo Éter. Comunión. Escuchen y oigan nuestro Canto de Comunión en la Gracia del Amor. Liberados  para siempre; comulguemos. De la Presencia del Arcángel a vuestra Presencia, de vuestra Presencia a la Presencia del Arcángel, juntos, reunidos en la Gracia y en la Unidad, comulgamos en la fuente del Amor, al Amor de la Fuente.
... Efusión Vibratoria…
Hijos de la Ley de Uno, escuchen y oigan el Canto de la Alegría que es vuestra naturaleza y vuestra Esencia, por la Gracia del Amor que es también vuestra Gracia. Vibración. Vibración y sonido del Silencio. Silencio del Todo. Sonido de nuestra Comunión. Comunión. Escuchen y oigan la Llamada de vuestro Corazón a vivir la Libertad, vivir la Verdad, vivir el Amor ilimitado.
... Efusión Vibratoria…
Irradiemos. Irradiemos en el Uno, la Alegría de nuestro encuentro, de nuestro encuentro en el Amor. Presencia y Verdad. Naturaleza y Gracia. Esencia y Paz. Unidad y Comunión. Amor del Amor para el Amor. Escuchen, oigan al Ángel URIEL en su llamada a desplegarse en el seno de Uno y de la Alegría, en el movimiento del Amor. ¡Presencia!
Soy el Arcángel URIEL. Soy lo que ustedes son, el Amor y la Gracia. Acoger. Recogerse en la Paz. Vivir la Esencia de la Paz y del Amor. Presencia. Comunión.
Es el tiempo, ahora, que el Ángel URIEL, en ustedes, haga Silencio con el fin de desplegar la Luz Blanca y Azul en el Éter de la Tierra y en el cielo de la Tierra. Juntos, unidos y unificados, en la Libertad y la Alegría, abramos los cielos, abramos las carnes a la Libertad del Amor.
Soy el Ángel URIEL. Presencia y nuevo anuncio del último Pasaje del Señor METATRON en vuestro Templo, encendiendo las 12 Lámparas. Elevemos, juntos, el Fuego del Amor. Comunión.
El Ángel URIEL va a permanecer, en ustedes, en Comunión, para el conjunto de la Tierra, del Espíritu de vuestros Hermanos y Hermanas aún encerrados. Viviremos, entonces, la Comunión en el Santo de los Santos de vuestra Presencia, de vuestro Amor, y sus Prado


Original en francés.
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Hedyn Núñez
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