Casi no hablábamos…
Los saludos y las despedidas fueron y vinieron a lo largo de meses
de visitas programadas…
Las miradas se cruzaron, una y otra vez, tratando de descubrir qué había detrás de
tanta magia y tanto misterio escondido detrás de cada encuentro.
No hablamos, más que lo esencial, y aún así, estábamos felices por
estar cerca, por saber que estábamos allí, el uno para el otro…
No entendíamos lo que estaba sucediendo… ¿Cómo era posible que
sintiéramos tanta atracción y tanta cercanía, por alguien que nunca antes
habíamos visto, y con quien sólo cruzábamos unas palabras?
Sentimos rabia, sentimos celos… sentíamos tantas cosas; como si
fueramos una pareja normal, en una relación normal, en un momento normal…
Deseamos vernos, deseamos encontrarnos, deseamos volver a
abrazarnos, deseamos sentirnos, deseamos tocarnos, deseamos volver a vernos a
los ojos; y averiguar si al fin logramos descubrir el misterio que encerró la
bendición de nuestro encuentro, en este tiempo.
Amado Ser de mi alma, sé que vives estos deseos y sentimientos,
igual que yo…
Amado Ser de mi alma, danos la oportunidad de volver a vernos, de
volver a sentirnos; y en el silencio de nuestras palabras, volver a amarnos.
Amado Ser de mi alma, estoy en tus manos; estamos los dos, en tus
manos. Por favor, elige que seamos felices!... porque también sé que después
que me encontraste, aún sin estar consciente, no has logrado sentirte
verdaderamente pleno y feliz.
Es imposible mi amado, porque la felicidad plena y verdadera solo
lograrás vivirla junto a tu Llama Gemela.
La misma felicidad y alegría que vivíamos cuando estábamos cerca,
aún en el silencio de las palabras.
Te amo, amado Ser de mi alma.
Por favor, no des más largas, a lo que tiene un solo destino
posible.
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