8:8 PUERTA ESTELAR DEL LEON SOLAR”
SEGUNDA PARTE
PIDAN
VER UNA VISIÓN MÁS GRANDIOSA
Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
Durante
muchos años hemos buscado fuera de nosotros mismos la verdad, la sabiduría, el
conocimiento, los milagros y una simple prueba. Hemos encendido velas, rezado
‘Ave Marías’ a estatuas, íconos, y literalmente nos hemos perdido en la
avalancha de todo lo que ‘supuestamente es’ más grande, más santo y más divino
que nosotros mismos.
Hemos
invocado a los Ángeles, a los Maestros, a los Santos, a espíritus guías y a
nuestros seres queridos que partieron, pidiendo ayuda, su intervención,
milagros, los números ganadores de la lotería, el número de teléfono de nuestra
alma gemela.
Al
abarcar más del 2012, las líneas de comunicación comenzaron a disminuir y
fragmentarse. Seguíamos saliendo de nosotros mismos hacia algo ‘mayor que’
nosotros, algo más grande, mejor, omnisciente. Las cartas, emails, llamadas
telefónicas, de estas energías ‘más grandes’ seguían disminuyendo. Nos mentimos
a nosotros mismos y nos convencimos de que nuestro tercer ojo estaba obstruido,
nuestro corazón estaba cerrado y nuestro chakra de la coronilla no funcionaba
bien.
Sabíamos
que éramos nosotros los que estábamos dañados, teníamos que ser nosotros
quienes no podíamos oír las palabras de Dios. Probamos elíxires, aceites,
cristales, meditación, lecturas, regresiones a vidas pasadas y cualquier otra
herramienta de la nueva era que estuviera disponible. Aun así no podíamos
escuchar la palabra del Señor. Gastamos miles de dólares y cientos de horas
probando cada truco que había, tratando de arreglar lo que pensábamos que
estaba dañado.
Veíamos
a otros, verdes de envidia, ya que ellos parecían profundos y parecían saberlo
todo. Tomamos esta hierba y esta vitamina, usamos este color en este día y aun
así no podíamos alcanzar el máximo rendimiento. Entonces un día simplemente nos
detuvimos. Dejamos de rezar porque nadie parecía responder.
Dejamos
de meditar porque las visiones no habían llegado en meses. Dejamos de tratar de
manipular nuestras vidas. Dejamos de tratar de manifestar los deseos de nuestro
corazón, porque nuestro corazón estaba muy triste. Cuando dejamos de
esforzarnos tanto, nuestras vidas empezaron a cambiar, poco a poco, día a día.
Empezamos
a sentirnos más cómodos en nuestra propia piel. Empezamos a gustarnos a
nosotros mismos de nuevo. Dios no parecía tan lejano. La vida no era tan
difícil. ¿Qué había cambiado? Por fin habíamos cerrado el círculo y nos
aceptamos a nosotros mismos, lo bueno, lo malo, y lo que no se podía ver.
Finalmente habíamos aceptado el pasado, el presente y lo que pueda venir. Por
fin habíamos aprendido a amar interna y completamente, tal como éramos en ese
minuto. Pero todavía sentíamos que algo había cambiado.
Se
había levantado un velo; nos habían liberado, pero ¿de qué? Lo que nos había
hecho tropezar todo el tiempo eran nuestras expectativas de lo que se suponía
que debía ser. Vimos la imagen completa. Pidan que se les muestre una Visión
Más Grandiosa.
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