YESHUA
COMUNICÁNDOTE CON TU ALMA
Octubre de 2012
Queridos amigos, YO SOY Yeshua. Estoy con vosotros.
Mi energía se conecta con la
vuestra; sentidla alrededor y a través de vosotros. No soy extraño para
vosotros. Estamos familiarizados mutuamente; así que sentid esa familiaridad.
La Energía Crística no es extraña para vosotros. En vuestro corazón hay una
llama, una inspiración, un deseo; y también un conocimiento, de que ésta es la
vida y éstos son los tiempos en los cuales queréis incorporar vuestra Luz
Crística aquí en la Tierra.
Durante largo tiempo habéis
esperado esta oportunidad. Habéis llevado en vosotros esta minúscula chispa a
través de múltiples vidas; y ahora sentís que ha llegado una nueva oportunidad.
Una de las razones para que nacierais en la Tierra en este tiempo, fue la
promesa de que esa chispa ardería como una llama claramente visible para
vosotros y para otros.
El deseo que os trajo aquí es formar, de una manera o de
otra, un canal para que la Energía Álmica Divina se realice en vosotros en esta
vida en la Tierra. Queréis ser llevados por la canción de vuestra Alma. Queréis
recordar quiénes sois, más allá de lo que, desde el exterior, ha conformado vuestra
vida en la Tierra.
Durante vuestra crianza, cada uno
de vosotros adquiere opiniones y creencias sobre sí mismo. Absorbes ideas e
imágenes de tus padres, de tu familia, de tus pares, de la escuela, etc.
Comienzas a desempeñar ciertos roles sin cuestionarlos; y pronto desarrollas
algo llamado "personalidad": un conjunto de hábitos, comportamientos
y pensamientos. Pero en algún momento en el curso del crecimiento, algo más
despierta en ti.
Al comienzo, no es más que un
susurro; una memoria que no puedes ubicar; un conocimiento de que eres más que
lo meramente determinado por el mundo exterior a ti. Hay algo más profundo, una
capa que no puede ser contenida ni comprendida por el intelecto humano. Allí
dentro habita tu núcleo, aquél que precede y sobrevive a la esfera terrenal: tu
Alma.
Cuando tu Alma encarna en la
Tierra, ya ha adquirido una historia. El Alma lleva en sí misma todas clases de
impresiones de otras vidas y experiencias en el Cosmos. Cuando naces no eres
una página en blanco; ya has desarrollado sabiduría por medio de todas tus
experiencias previas. Llegas a esta vida con algo para dar; ya en el nacimiento
eres una flor única. Y realmente la vida está destinada a hacer viable y
visible esa flor, a llevarla a total florecimiento radiante.
Sin embargo, debido a las
influencias que adquiriste durante tu juventud, este desarrollo te puede ser
impedido durante largo tiempo. Tratas de conformarte según lo que se te exige;
y frecuentemente ese ajuste causa dolor, porque al hacerlo te estás despojando.
Las fuerzas exteriores pueden ser muy obligantes y decisivas para ti.
Todos los
que estáis presentes aquí o leéis esto ahora, queréis liberaros de estas
fuerzas. Las presiones de tu ambiente tratan de influír en ti y definirte; y
mantenerte vigilado, pero como una mariposa que surge de su capullo, buscas
liberarte de estas fuerzas exteriores. ¿Y qué es lo que te impulsa? Es una
remembranza, un apremio, un conocimiento que al principio es muy tenue; y no
puede encontrar su cumplimiento en el mundo visible, sino solamente en la profundidad
de tu ser interno.
Allí dentro, aún te atreves a
soñar; allí dentro, algunas veces sabes muy claramente quién eres. Algunas
veces, literalmente, viajas al Hogar en tus sueños durante la noche para beber
de una fuente muy vívida, muy familiar y muy pura. Cuando estás allí, no puedes
imaginar siquiera cómo pudiste olvidarlo; pero así es. Te has perdido en la
vida en la Tierra, principalmente por causa del temor y el juicio y la
negatividad que aún prevalecen en el mundo.
Por causa de su propia impotencia,
frecuentemente padres y profesores no dan a sus niños fe en sí mismos ni en sus
recursos internos; perdónalos por eso. Ellos también han sido presa de estas
influencias mundanas; en parte han sucumbido a las ilusiones prevalecientes en
la Tierra.
Pero tú has llegado aquí para desbaratar esas ilusiones, lo cual hace de ti un Trabajador de Luz. Alguien que quiere ayudar a cambiar la consciencia en la Tierra, para que las personas comiencen de nuevo a creer en su propia fortaleza única: el Alma que trasciende su personalidad terrenal; y la pongan a cantar.
Pero tú has llegado aquí para desbaratar esas ilusiones, lo cual hace de ti un Trabajador de Luz. Alguien que quiere ayudar a cambiar la consciencia en la Tierra, para que las personas comiencen de nuevo a creer en su propia fortaleza única: el Alma que trasciende su personalidad terrenal; y la pongan a cantar.
Eres valiente. Por una parte, has
sido herido al perder tu camino en esta realidad; y esta dolorosa experiencia
se convierte en una parte de tu senda en la vida. Pero por otra parte, también
has encontrado la senda hacia el interior oyendo los susurros de tu Alma.
Algunas veces es difícil confiar realmente, porque sientes la influencia de los
viejos pensamientos que te mantienen pequeño; los sentimientos de incertidumbre
y duda. Y de hecho, de niño, aprendiste que esos sentimientos eran correctos y
verdaderos: mantenerte pequeño; no sobresalir; no actuar raro, no pensar por
fuera de la norma; ajustarte; ser un buen ciudadano; ser una querida pareja y
un buen padre; ser responsable.
Todos estos valores supuestamente
altos, demasiado a menudo te mantienen pequeño; y exigen que ocultes tu
originalidad. Pero una vez que comienzas a ir al interior, ya no puedes
regresar. Ya no puedes ignorar lo único que eres, tu fortaleza y tu ser
diferente; y esto te inspira temor: "Si sigo la voz de mi corazón, el
grito de mi Alma: ¿Me convertiré en extraño y seré esquivado? ¿Quién me amará,
quién querrá aceptarme entonces? ¿Aún así seré bienvenido?" Yo veo esa
duda en vuestros corazones; y te pido que primero reflexiones en quién eres:
esa otra parte de ti que se quiere salir de la senda trillada; que sigue
queriendo ir al interior; y que recuerda algo: una nostalgia del Hogar, un
anhelo. S
iente la energía de ese
"Yo", esa otra parte de ti. Dale la bienvenida a la Tierra; y siente
el poder y la sabiduría de esta parte de ti. Es tu Alma que te habla y que te
ha tocado el hombro a lo largo de toda tu vida y suplica tu atención. El Alma
nunca habla con coerción ni con juicio, con severidad ni con amenazas, como lo
hacen las voces de la autoridad.
El Alma susurra, invita, habla con alegría: "¿No sería agradable, no sería maravilloso e inspirador hacer esto?" Frecuentemente temes escuchar esa voz. "¿Esto realmente puede ser? ¿Podría yo hacer y disfrutar precisamente lo que realmente me gusta?" El Alma habla con un lenguaje completamente diferente del que estás acostumbrado.
El Alma susurra, invita, habla con alegría: "¿No sería agradable, no sería maravilloso e inspirador hacer esto?" Frecuentemente temes escuchar esa voz. "¿Esto realmente puede ser? ¿Podría yo hacer y disfrutar precisamente lo que realmente me gusta?" El Alma habla con un lenguaje completamente diferente del que estás acostumbrado.
El Alma no es un poder externo que
te haga exigencias; el Alma te sirve. Eso suena extraño a tus oídos, porque
estás acostumbrado a pensar: "Debo servir a mi Alma, la parte más alta de
mí". Pero igualmente el Alma te sirve; desea brillar a través de ti,
elevarte, llevarte al Hogar, inspirarte a hacer lo que realmente quieres y a
ser feliz en la Tierra como Ser Humano.
Invita hacia ti la gozosa energía de tu
Alma; y hazlo ahora. Permítele que te rodee, siente su gentileza; sin
compulsión, sin requerimientos; sólo el sentimiento de ser bienvenido de una
manera muy profunda. Permítete ser recibido por tu Alma; y siente su presencia
en torno a tu cuerpo como un radiante manto de Luz.
Luego pregunta a tu Alma:
"¿Qué es importante que yo sepa ahora? ¿Qué necesito saber de ti en este
momento?" Y siente su respuesta; ni siquiera necesitas oírla en muchas
palabras. ¿Qué clase de sentimiento, qué tipo de humor quiere transmitirte el
Alma? Abandona todos los pensamientos respecto a cómo debería hablar un Alma; y
tus ideas sobre superior e inferior. ¡Tu Alma es la vida misma! Es la fuerza
vital natural, viviente; y sabe dónde se requiere equilibrio, o un ritmo
diferente; y quiere darte eso con muy buena voluntad.
Si sientes que la energía álmica
fluye en torno y a través de tu cuerpo, observa también qué puede estar
bloqueándola en algunos lugares. ¿Hay algún lugar en tu aura o en tu cuerpo,
donde la Luz no pueda fluír libre y completamente? Luego ve hasta el lugar que
sobresalga por estar más bloqueado.
No tengas juicios respecto a eso; sé como
el Alma, solamente obsérvalo, tranquilamente; y con gentileza y apertura. Mira
la necesidad que hay en ese lugar de tu campo energético o de tu cuerpo; y sabe
que no tienes que hablar de la necesidad, ni explicarla en palabras;
simplemente permite que lo que sea necesario fluya hacia allá.
Todos vosotros estáis aquí hoy
porque queréis conectaros con un ser canalizado, por una razón u otra. Pero Yo
te digo: más allá de ese deseo está el deseo más grande del Hogar; la morada
donde puedes sentir la realidad de quien eres; y traer ese Hogar a la Tierra.
¡Por eso estás aquí! Siente cuán buena y verdadera es esa intención. Cómo lo
vas a hacer y qué forma tendrá exactamente, es de importancia secundaria. Este
deseo es la voz de tu Alma. Tu Alma quiere manifestarse más claramente y
totalmente en tu vida.
Siente cuán familiar es tu Alma
para ti; su luminosidad y ligereza. Ésa es la voz del Amor. Los
"deberías", la pesadez, la presión, el deber, son las voces del
temor, las voces que vienen de fuera de ti. La voz de tu Alma viene del
interior; y algunas veces habla tan suave y levemente, que no la oyes. O la voz
susurra gentil y tranquilamente: "Es muy simple. ¿Verdad?" ¡Y es así
de simple! La esencia de la vida es descomplicada y ligera.
Finalmente, te pido que sientas
nuestra energía común; esa energía de todos nosotros juntos. Aquí y ahora,
también, creamos un canal para todos nosotros. Y eso significa nada más que
somos nosotros mismos, completamente y sin coerción; es permitido que todo sea
como es, incluyendo los lugares oscuros o tenebrosos. Y al mismo tiempo brilla
allí una Luz en esos lugares, la Luz de vuestras Almas.
Quisiera concluir diciendo: ten
respeto por ti mismo, por tu fortaleza, por el valor que has mostrado hasta
ahora. No te conviene juzgarte, hacerte pequeño, criticarte, aún cuando hayas
aprendido que hacer eso es bueno o sensible. Trata de aprender a tener
verdadero respeto por ti mismo; y a valorar tu propio coraje y fortaleza. Eso
te conviene; eso abre tu canal hacia quien realmente eres.
Canalizado por Pamela Kribbe
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/
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