GEMMA GALGANI
El Manto Azul de la Gracia
18 julio 2012
Soy GEMMA
GALGANI. Hermanas y Hermanos en humanidad, recibid Gracia y bendiciones. Me
presento a vosotros, como la que ha obrado, de manera más cercana, sobre el
Manto Azul de la gracia. Yo me instalo con vosotros aquí, para tratar de
comunicaros, por las palabras y mi Presencia, lo que se produce (o se
producirá) con el Manto de la Gracia. El Manto de la Gracia continúa la Liberación
de la Tierra, la Fusión de los Éteres y el nacimiento de la Onda de Vida,
así como el trabajo que mis Hermanas Estrellas y vosotros mismos, habéis
realizado durante estas semanas que han pasado.
La acción del Manto Azul de
la Gracia, desde ahora ha permitido a muchos de vosotros, vivir la realidad del
Canal Marial. El Manto Azul de la Gracia, como MARÍA os ha dicho, se apoya en
vuestros hombros. Más que su percepción, es importante sobre todo vivir los
efectos. Lo que se posa sobre vosotros, no es nada más que el Amor que Sois, no
es nada más que la Verdad que Sois. Del contacto y del reencuentro entre el
cuerpo que habitáis y la Verdad que Sois, se produce el sentimiento de algo que
realmente os envuelve, os toma y os devuelve a vosotros mismos. En este Amor y
este Éxtasis, donde nada más puede existir, donde nada más puede alterar
siquiera, este Reencuentro.
Os hemos hablado de muchas
cosas que vivir, desde los Dobles, pasando por las Comuniones, las Fusiones y
la Disolución. El Manto de la Gracia crea, de alguna forma, sobre el lugar en
el que estáis, en este mundo, en vosotros y en la Tierra, las condiciones más
perfectas para vivir vuestra Resurrección. El Manto de la Gracia es el atributo
de MARÍA, es el atributo en las representaciones, de aquél que se llamó BUDA.
Cubre a numerosos Ángeles y Arcángeles y viene hoy, a cubriros. Algunos de
vosotros vivís ya la Presencia de este Manto o de esta capa que os cubre desde
los hombros, y es efectivamente, un Velo de Luz.
Pero no un Velo que
enmascara, sino un Velo que desvela. Porque es sobre este Velo, este Manto
donde se juega la Resurrección que os lleva, como ha explicado el amadísimo
Juan o SRI AUROBINDO, a vuestra transubstanciación, que os permite pasar de un
estado a otro. Ese Manto os hace vivir la Gracia, os hace vivir la indecible
felicidad, el indecible Amor de vosotros, del mundo y del conjunto de
conciencias. Podría llamarse, aunque esto no sea totalmente exacto, el Manto de
la compasión, el Manto que hace desvelar la Gracia que somos. Ese Manto Azul se
posa sobre vuestros hombros y viene como a acariciaros, como chorreando sobre
vuestra cabeza, sobre el Canal Marial, haciendo como una caricia, que de hecho
es un abrasamiento de Amor.
Cuando estáis envuelto por
este Manto Azul es cuando no existe ninguna resistencia, ningún miedo y el Amor
se restituye en su totalidad, a vosotros. El Manto Azul de la Gracia crea
(en este Mundo, a aquellos de vosotros que lo viven o que lo vivirán) la
capacidad de no ser alterado por cualquier encierro que os aleja de todas las
reacciones humanas, para haceros vivir la Humanidad más pura, en el Corazón y
el Amor. El Manto Azul de la Gracia, cuando está instalado, refuerza si es
posible, la Morada de Paz Suprema, la Onda de Vida, todas las manifestaciones
Vibratorias y el Absoluto, al mismo tiempo, de lo que Sois. El Manto Azul de la
Gracia os reviste de la inmortalidad, de la Resurrección y os pone en un
indecible Amor, que ningún contratiempo o límite humano puede deformar. El
Manto Azul de la Gracia es una caricia. El Manto Azul de la Gracia es un Fuego
devorador: viene de alguna forma para vestiros de lo que Sois, en Luz y en
Eternidad. Viene también a aumentar la posibilidad de Comunión, de Fusión y de
Disolución, puesto que el Manto Azul de la Gracia es uno de los elementos de la
Disolución de los Éteres falsificados, devolviéndoos a vuestro Éter original,
ese del Amor, de la Unidad, de la Resurrección y de la Felicidad Eterna.
El Manto de la Gracia os hace
vivir de manera más evidente, toda la Creación, aquí mismo en esta Tierra donde
estáis. Es mucho más que una simple protección, es mucho más que una simple
compasión: es yo diría, el Amor en el estado más auténtico y más bruto. El
Manto de la Gracia es en fin, una zona de Reencuentro entre la conciencia limitada
(que sois aun) y el Absoluto. Es una zona donde interfiere e interacciona,
donde se realiza la alquimia de dos mundos que a priori, opone todo y separa
todo. El uno englobando al otro, por una parte, la Unidad y después el
Absoluto, sin conocerle y sin reconocerle.
Vuestra conciencia, al
desplazarse en el Manto Azul de la Gracia, realiza la Comunión Mística, el
Matrimonio Místico último, ese que no sabe ni siquiera lo que es un Doble, ese
que no sabe incluso lo que se realiza, si no es el Amor donde todo sentido de
quién erais antes, desaparece. Solo permanece la Eternidad. Solo permanece el
Amor. Ser revestido del Manto Azul de la Gracia tiene una acción, final y
determinante, más allá de la Lemniscata Sagrada, sobre la Merkabah
Interdimensional personal y realiza entonces, el mecanismo de la Ascensión,
haciéndoos vivir en conciencia, en este cuerpo y más allá de este cuerpo y de
esta conciencia, un amor que ninguna palabra puede describir, una Fusión con la
Luz que ninguna palabra puede aproximar. Ese estado de Unidad que os he
descrito hace unos años, está ahora muy cerca de vosotros. Esto no es un sueño,
no es algo a lo que aspiráis, sino más bien algo que está aquí y que os va a
aspirar hacia la Verdad.
Cuando el Manto Azul de la
Gracia está ahí, paralelamente a la Onda de Vida, al Supramental y al conjunto
de manifestaciones que quizá habéis vivido, entonces para vosotros, la certeza
que teníais se hace mucho más que una certeza: esa forma de fuerza de la que os
hablaba el Melquizedec de la Tierra, Maestro PHILIPPE DE LYON, la plena
potencia de CRISTO y la Humildad total de CRISTO. El Manto Azul de la Gracia es
por tanto, esta fuerza infinita del Amor, concretada y realizada para vosotros
y en vosotros, por vosotros mismos. La Onda de Vida, el Canal Marial eran ya
los elementos que os daban la certeza de lo que Sois. El Manto de la Gracia ya
no es la certeza sino la vivencia real, total, completa del Amor. Es el
instante en que os fundís en CRISTO, en cualquier Doble y al mismo tiempo, el
sentido de Doble desaparece, como yo decía. Es el instante de completitud más
perfecto que pueda existir, que os hace vivir el Todo, la Nada al mismo tiempo,
el mismo espacio, más allá de este tiempo, de este espacio, restituyéndoos a lo
que Sois.
El Manto Azul de la Gracia es
también (como se ha representado por algunos artistas, en los tiempos de la
Edad Media y el Renacimiento) como el Manto de MARÍA, donde vienen a
acurrucarse las almas, los cuerpos, en el Juicio Final. Por supuesto estas
palabras deben ser ponderadas: el Juicio Final solo es la Revelación de
vosotros mismos y, según vuestra capacidad de ser vosotros mismos, nada puede
alterar lo que sea, ni a quién sea. Como decía el amadísimo JUAN (Nde: SAN JUAN
del Apocalipsis o SRI AUROBINDO, más tarde) lo que desaparece es lo Efímero, lo
ilusorio, lo que no tiene sustancia. El Manto de la Gracia, os devuelve a
vuestra Eternidad, participa también en la Liberación de la Tierra y por tanto
de vuestra acción como Liberador, que consiste simplemente en Ser ese Amor. Que
lo llaméis Alineamiento, plegaria, meditación (los momentos donde se hace la
calma, momentos en que estáis a la escucha de lo que se produce), entonces el
Manto Azul se percibe y os instala automáticamente en el Manto Azul de la
Gracia y en el efecto de ese Manto: Shantinilaya, Morada de Paz Suprema.
Aparte de lo que se presenta
en el Canal Marial, hay verdaderamente esta Disolución percibida, de vosotros
como el que viene a Desposaros. No existe más, en el Manto de la Gracia,
ninguna persona, ningún mundo, ningún individuo, ninguna Dimensión. Queda justo
ese Absoluto, ese indecible Amor que se basta a sí mismo y que llena todo. Vais
a constatar que, cuanto más aquellos de nosotros, que habéis llamado, nos
acerquemos a vosotros y más perceptibles nos hagamos, más será facilitada esa
Disolución. Os he descrito hace algún tiempo, mi Reencuentro Místico con el
CRISTO y la Unidad en la que ha derivado. El Manto Azul por su parte, realiza
la alquimia de esos Reencuentros con cualquier Doble, para haceros fundir,
literalmente en algo de lo que no puede decirse nada, si no es la manifestación
de un Amor indecible y abrasador. De igual forma que las Coronas Radiantes en
su tiempo, de igual forma que la Onda de Vida, más recientemente, el Manto de
la Gracia es el Testimonio de lo que Sois. Es la totalidad de los mundos. Es la
totalidad de lo Increado y de lo Creado. Es la totalidad, entera y cruda de la
Verdad. Es el momento en que estáis al desnudo. Es el momento donde CRISTO, así
como MARÍA y MIGUEL, vienen por la nueva Eucaristía, en la nueva Alianza, a
celebrar lo que Sois.
Os deseamos cada día, más y
más instalados en esto, porque no hay cosa más bella que esto. El reencuentro
con MARÍA, con el CRISTO, con un Arcángel, con una de nosotras (Nde: las
Estrellas), o uno de nosotros (Nde: los Ancianos), instala esto. Es una marca
al rojo vivo, del amor y para el Amor, por el Amor. El Manto de la Gracia os
instala en esta agudeza y en esta Verdad Absoluta del Amor. El Manto Azul de la
Gracia es por tanto una Gracia. Como la Onda de Vida, no hay, propiamente
hablando, medio de hacerlo aparecer. Aparece por sí mismo cuando llega el
momento. Ha llegado para la Tierra, lo sabéis, puesto que la Fusión de los
Éteres era, de alguna forma, el Manto Azul de la Gracia de la Tierra. Hoy,
viene para vosotros porque lo que Sois, lo que erais, o lo que creíais
ser, debe vivir. Y ese Manto de la Gracia es por tanto, también, un interfaz lo
más cerca de la separación entre este mundo donde estáis y el resto de los
mundos.
Muy a menudo, el Manto de la
Gracia se acompaña de la Morada de Paz Suprema, experimentada y vivida, de la
desaparición de cualquier imagen, de cualquier proyección de Conciencia, de
cualquier construcción. La Onda de Vida en estos momentos, parece perforar
vuestras manos y pies, el corazón parece pararse o embalarse, un
estremecimiento sin nada parecido se presenta y sobre todo, no hay ninguna
posibilidad de manifestar cualquier actividad mental o corporal. El Manto de la
Gracia os instala realmente, en la Eternidad, en la Unidad y en el Absoluto. De
igual forma que para la Onda de Vida, no hay nada más que hacer que Estar
totalmente presente a vosotros mismos, en esta carne, encarnando lo que Sois,
sin buscar ningún provecho de lo que sea o de quien sea, en la Transparencia y
la Infancia más totales, que vienen, cuando el Manto de la Gracia está ahí, con
una evidencia tal y una estabilidad tal, que nunca más podréis, aunque solo
sea, dudar o evocar una posibilidad de otra cosa que lo que hay que vivir.
Entonces sí, el Manto Azul de
la Gracia, algunos de vosotros lo percibís más o menos fuerte. Desde mañana,
desde la intervención de María y del Manto Azul de la Gracia, en su última
sesión, algunos de vosotros van a ser cubiertos por él. Recordad que lo que se
vivirá, en ese momento, si no se ha vivido ya, os hará experimentar algo que es
estrictamente desconocido, que está más allá del amor humano, mucho más allá de
cualquier amor, más allá incluso de lo que habéis podido imaginar, proyectar o
soñar para este mundo y para vosotros.
Cuando el Manto Azul de la
Gracia está aquí, nada que concierna a este cuerpo puede afectaros. Nada que
concierna a problemas que ordenar, de vuestra vida, puede afectaros. Sea lo que
hagáis, lo que digáis, lo que experimentéis, el Manto de la Gracia os instala
en la perennidad de su propia Presencia. Vuestra Conciencia ya no podrá estar
totalmente presente en una actividad, sea la que sea, porque el recuerdo mismo
será, a cada minuto, actualizado. El manto Azul estará ahí, todo el tiempo y
vuestra Conciencia estará todo el tiempo, haciéndoos vivir Shantinilaya,
haciéndoos vivir la Eternidad, en este efímero.
Desde el instante en que un
número suficiente de Hermanos y Hermanas esté cubierto por el Manto Azul,
entonces el encadenamiento de lo que se ha enunciado se realizará totalmente.
No podéis por tanto, ser afectados por el mínimo miedo, por la mínima duda, por
la mínima cuestión, por la vivencia misma de lo que cubre vuestros hombros y os
envuelve. El Manto de la Gracia pone fin a la soledad, a la duda. Pone fin,
como la Onda de Vida y el Canal Marial, a través de la efusión, a las
ilusiones. No busquéis cómo. Abandonaros también a la acción del Manto de la
Gracia, porque os aportará todo lo que es necesario, más allá del éxtasis de la
Onda de Vida para, de alguna forma, terminar con las últimas heridas, las
últimas resistencias de este mundo.
Así, por el Canal Marial y
por el Manto de la Gracia, todo está realizado a nivel individual y colectivo.
Cuanto más se perciba el Manto de la Gracia, más fácil os será permanecer en
Shantinilaya, permanecer en el Samadhi, sea lo que las obligaciones de este
mundo os hagan hacer, porque todo Hacer ser realizará en el Ser que ha
retornado a su origen, a su Casa.
Aquellos que vosotros que
tenéis tendencia a ver muchas cosas, verán que incluso lo que se ve, se para.
No habrá más que la Luz que, ella misma, no se ve, sino que llena todo el
espacio de la Conciencia y que desencadena Shantinilaya. Vuestra Conciencia
pasara cada vez más fácilmente (como la Onda de Vida), al Manto Azul de la
Gracia. Así, no habrá barrera, no habrá más separación, no habrá más ilusión.
El Amor será lo que Sois vosotros, vuestra suerte eterna.
Así esperamos que seáis lo
más numerosos posible mañana, en Alineamiento con MARÍA, a las 17 h, en
Alineamiento a 19 h (Nde: ver la rúbrica “protocolos prioritarios para
practicar/ Comunión Colectiva al Manto Azul de la Gracia y a la Onda de Vida”),
y en el Manto de la Gracia a 22 h (Nde: ver la rúbrica “protocolos o
acompañamientos / Recepción del Manto Azul de la Gracia). Así, juntos,
estableceremos, de manera más potente, el Manto Azul de la Gracia en vosotros,
pero también para toda la Tierra, para todos nuestros Hermanos y Hermanas que
por el momento, han dado la espalda a la Luz. El efecto sobre lo que sois será
cada vez más tangible y palpable, mucho más allá, simplemente, si puedo
decirlo, de la Onda de Vida, pero haciéndoos vivir la Eternidad, real y
concretamente.
Cuando el Manto de la Gracia
está aquí, el despliegue de la vida, aquí como en otra parte, solo es evidencia
y facilidad. Nada más de este mundo podrá violar o penetrar ese Manto Azul de
la Gracia, dándoos esta certeza que la naturaleza misma de lo que Sois es Amor,
y solamente eso. He aquí lo que tenía que transmitir, como representante del
Manto Azul de la Gracia. Ser envuelto por él, es indecible. Es el instante en
que todas las memorias se disuelven, porque ningún pasado puede interferir o
inmiscuirse en lo que vivís y que ningún futuro os concierne. Si algunos de
vosotros tenéis preguntas sobre este Manto de la Gracia y si puedo responderos,
lo haré con Amor.
Así se desenvuelve lo que debe ser. Así es la Verdad. Así es el
Amor.
Por mi Presencia y vuestra
Presencia, en este espacio de Gracia de nuestro reencuentro y de nuestra
Comunión, os propongo vivir esto.
…Compartiendo el Don
de la Gracia…
Hermanas y Hermanos en Amor,
así, en este estado, en este Amor, si tenéis algunas cuestiones, os escucho.
No tenemos cuestiones,
os damos las gracias.
Que la Gracia os llene. Que
Cristo toque el Amor que Sois. Os amo. Hasta pronto.
Canalización: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Susana Milan.
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