Amada Llama Gemela, te siento tan cerca… te siento en mi alma.
Llegas como una suave brisa que acaricia mi corazón y hace que se
emocione ante tu presencia.
Mi corazón late diferente cuando te siente, y se alegra tanto de
que estés aquí, aunque no sea con tu cuerpo de carne.
Un tiempo atrás, vi que Dios-Padre-Madre nos separaba en la Tierra,
sólo por un tiempo. Esa idea no me agradó y proteste ante la decisión, sin
embargo al final, yo siempre acepto la Voluntad de mi Padre-Creador, aunque no
la entienda.
Después que proteste, Padre me dijo con todo su Amor y toda su
ternura:
“Nosotros estamos trabajando contigo, para que te unas a tu
Llama Gemela, pero queremos que sea una unión que perdure en el tiempo, y no
que sea momentánea.”
En el instante no comprendí bien.
Ahora entiendo que si hubiera viajado contigo, por ejemplo, a la
Isla Dorada, hubiéramos estado juntos sólo esa semana.
Hemos necesitado estar separados para poder darnos cuenta, poco a
poco, de la Verdad de lo que Somos, de la Verdad de lo que Fuimos a lo largo de
nuestras Vidas Pasadas juntos, la Verdad de lo que seremos siempre!
Hoy escribo… y escribo recordando a Isabel, escribo recordándote en
esa Vida, y cómo a través de las palabras, todo el Amor y todo el sentimiento
que nos ha unido siempre, era compartido.
Quisiera que las cosas fueran diferentes, y que en lugar de
escribir, estuviera hablando contigo… Pero debemos respetar al tiempo, debemos
seguir avanzando en soledad, hasta que sea el momento perfecto, en donde
podamos mirarnos a los ojos, y sin miedos e inseguridades, decirnos:
TE AMO! has estado siempre en mi corazón.
De aquí hasta que ese instante llegue, siénteme en tu pecho. Yo
también llego hasta ti como una suave brisa que acaricia tu alma y todo tu Ser.
Me sentirás en tu corazón, porque allí vivo desde que te vi por primera vez…
Vives en mi alma, vives en mi Ser… estás y estarás por siempre, en
mi corazón!
Te Amo y siempre te amaré, aunque el mundo no lo comprenda.
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