Santa Teresa de Lisieux
NIÑO INTERIOR
1o. de Mayo del 2011
NIÑO INTERIOR
1o. de Mayo del 2011
Soy Teresa. Hermanos y Hermanas, todo mi Amor está con ustedes.
Vengo como Estrella PROFUNDIDAD, a completar lo que dijo a mi hermana Gema, sobre la Pequeña Vía, la vía de la infancia, contribuyendo a establecer la cruz de adosamiento posterior al Cristo. Esta Cruz es la del Niño Interior. Es la del impulso del alma, vuelto hacia el Espíritu y no hacia nadie. Mi corta vida ilustró eso. Esta presciencia que tuve, niña, ya de no ser nada del todo en este mundo, para poder pasar, como lo decía, hacer mi Cielo para hacer del bien en la Tierra. Esto era resultante directamente de mi Niño Interior, de esta capacidad a ir en profundidad de mí misma, para recoger lo que quería, no mi personalidad sino lo que quería profundamente mi alma que se volvía, entonces, hacia el Espíritu, que era vivir el Espíritu. Entonces, muy rápidamente, yo comprendí, siendo joven, que el Espíritu era representado y llevado por el Cristo y por Marie. Entonces no tuve interrupción en mi vida que de tender hacia esta pequeñez.
El Niño Interior es la manifestación del alma en la vida sobre la Tierra que, manteniendo al mismo tiempo la Alegría, manteniendo al mismo tiempo la visión clara (exterior o en el Corazón) de lo que es la familia, de lo que son las normas de la sociedad, quiso, desde muy pequeña, ir hacia otra cosa.
Esta “otra cosa”, era para mí el inefable. Cuando estuve viva, no afecté el inefable. Afecté exactamente este impulso de mi Niño Interior que me hizo, hasta cierto punto, entender esta Verdad ya de no ser nada, abandonarme completamente a Él, a Ella, aceptar, hasta cierto punto, perder mi vida, que perdí efectivamente, para ganar mi Cielo. Esto es realmente lo que viví, la vía de la infancia, la Pequeña Vía, la que consiste en buscar nada de este mundo pero en buscar todo del otro mundo, no como una investigación sino, más bien, como la última voluntad, la de ir hacia El. Mi corta vida representó, al extremo, esta tensión.
Tal vez muchos de mis Hermanos y mis Hermanas encarnados saben que me morí joven de una enfermedad que se llamaba, en la época, de languidecimiento, la tuberculosis. Yo languidecía, efectivamente, del Cielo. En la actualidad, tienen una oportunidad, es que, cualquiera que sea su edad, el Cielo viene a ustedes, estando vivos.
El Cristo viene a tocar a su puerta. Viene a preguntarles si quieren convertirse en él. Las condiciones de mi vida no son en absoluto las mismas que las que viven hoy y, sin embargo, si examinan la Pequeña Vía, sobre la vía de la infancia, entonces, de verdad, ustedes van a percibir, muy rápidamente, su Presencia, la Presencia de la Luz, del Espíritu. El sonido del alma y el Espíritu van a pedirles vivir cerca de Él y en Él, cosa que no era posible, hace un siglo.
En la actualidad, muchas cosas han cambiado en la superficie de la Tierra, en los Cielos, pero en la Conciencia humana, también.
El alma humana se insertó en una forma de materialidad muy particular, en una individualidad loca donde nada existe que la satisfacción del placer inmediato, que la satisfacción de los deseos de este mundo. En la actualidad, es hora de volver a entrar en ustedes. Si quieren encontrarlo, vayan en la Profundidad de su ser, a podar todo lo que no es El, podar todo lo que no es la Luz, no en cualquier voluntad sino, simplemente, volviéndose hacia su Niño Interior, donde dibujarán el impulso del alma que debe ir hacia la Cruz Anterior, ir hacia El, volverse El.
Para eso, es necesario de verdad, como algunas de mis hermanas se los dijeron, que el deseo no venga a perturbar la superficie de su Conciencia. Es necesario que estén a la escucha en la recepción de lo que, como se los dijo mi hermana Gema, llega hoy sobre la Tierra. Entonces en estas condiciones se facilitará todo. La Gracia y la acción de gracia trabajarán en su vida con el fin de permitir estar siempre más en esta Gracia. Se nivelarán todas las dificultades, todo lo que era obstáculo será barrido, no por cualquier voluntad, no por cualquier trabajo sino por esta vía del abandono o la pequeñez, la Pequeña Vía.
Por supuesto, la Humildad, la Simplicidad son las claves, se les dijo eso.
Aceptar no ser nada es a veces muy difícil, para el alma humana en encarnación. Tiene dificultades a incluir que el Espíritu es todo y que el cuerpo o la personalidad no son nada estrictamente. Tiene dificultades a comprender, aunque acepta, en principio, que todo lo de este mundo sólo es una ilusión, solo un conjunto de proyecciones construidas sobre el miedo y sobre la experiencia de la separación y el alejamiento de Él.
Entonces por supuesto, todo lo que constituye la personalidad e incluso el alma se vuelve hacia esta manifestación ya que está persuadida de que no existe nada más. Incluso la Luz no está hoy, está por el otro lado. La entrega se vive con una angustia, la angustia de la muerte, la angustia de perder esto o eso, un niño, un padre, la angustia de desaparecer. En la infancia, se encuentra una forma de seguridad.
Gema les habló de la inocencia. En la Pequeña Vía, hay también esta profundidad donde, al aceptar ya no observar exteriormente (lo que no quiere decir aislarse y renunciar a cualquier cosa sino ir hacia Sí), habrá el impulso del alma que los conducirá al Espíritu. Este impulso del alma que muchos entre ustedes vivieron, por el encendido de la Corona Radiante de la cabeza y por el sonido del alma oído en la oreja.
En la actualidad, es necesario hacer más. Es necesario tender los brazos, es necesario vivir este Abandono último. ¿Qué es esto que el Cristo viene a pedirles? Les dirá: ¿“Quieres dejar los muertos enterrar los muertos y quiere seguirme? ». Para eso, por supuesto, hay una serie de compromisos, cualquiera que sean, en cada ser humano en encarnación presente.
Compromisos hacia el ser amado, compromisos hacia los niños, compromisos en pro de una posición en la sociedad, compromisos en pro de la propia vida, porque a pesar de todo, la vida es algo espléndido. Ella simplemente ha amputado de su parte lo más divino, en ustedes. Pero exteriormente, se despliega en su Majestad, en su creación. Qué más bonito que un pájaro, que más bonito que un árbol, que más bonito que lo que expresa el ser humano cuando está en la belleza, y con todo. Sin embargo, todo sólo es un reflejo de lo que es la verdadera Verdad.
Entonces efectivamente, existe tanto de factores de compromisos, tanto de factores de seducciones en la vida que se lleva aquí abajo. La vía de la infancia, la Pequeña Vía, es la mejor manera ciertamente, actualmente, de facilitar la llegada de la Gracia, de su Gracia, permitiendo su Resurrección. Para eso, es necesario ir en profundidad de sí mismos. Es necesario superar los miedos. Es necesario superar los compromisos, no suprimirlos sino superarlos. Pueden estar en una gruta completamente solos, tener todo cortado y estar en el mismo miedo y en el mismo compromiso.
Volver a ser un niño, es volver a ser realmente un niño, cualesquiera que sean las circunstancias de su vida, cualquiera que sea su edad. Es como eso que construirán la Cruz del Cristo en la cual van a basarse.
La Humildad, la Simplicidad son las primeras marchas y, a continuación, la Unidad y la Profundidad, permitiéndoles vivir este Niño Interior que va a llevarles, ahora extremadamente rápido, a encontrar el Cristo, a encontrar su Corazón y su Esencia. Pero para eso, es necesario ya concebir que todo lo que es exteriormente visible, todo lo que construyeron, que quienes hayan construido, son un obstáculo a este acceso. Entonces, por supuesto, no hay que hacerlo desaparecer todo de un revés de mano sino simplemente estar conscientes, simplemente aceptarlo y sobre todo vivirlo, volverse hacia esta Profundidad, hacia este Niño Interior. El Niño Interior les guiará, la Pequeña Vía les guiará allí donde deben ir hacia El para vivir la Gracia.
Les recuerdo que es el adosamiento de la Cruz Crística que les permite encontrar el punto ER, es decir, el Centro. Mucho entre ustedes perciben ahora la imagen de la Corona del Corazón en la Corona de la cabeza, por la Vibración central. Esta Vibración de esta pequeña Corona de la cabeza, que corresponde al Corazón, muchos entre ustedes comienzan a percibir puntos precisos de Vibración. El punto posterior, a la parte del punto ER, es precisamente la intersección de la Cruz Crística Posterior. Es la que une el eje AL-OD al eje UNIDAD/PROFUNDIDAD. Ese punto es el punto de la Pequeña Vía. Es el punto donde se acercan a Cristo, es el punto donde la Voz Interior se hace oír distintas maneras y donde su Gracia va a conducirles a vivir esta Unidad y su encuentro.
Todo eso se desarrolla bajo sus ojos, sobre la Tierra y también en ustedes. Eso se desarrolla ahora por sus percepciones de Conciencia, por sus sueños, por sus Vibraciones existiendo, incluso, sobre algunos trayectos de la Luz en ustedes y, en particular, sobre el trayecto AL-AL en la nariz. Todo lo que se manifiesta en ustedes contribuye que les lleve a encontrar la Pequeña Vía, a oír al Niño Interior y a convertirse en esta Humildad y esta Simplicidad.
La inocencia de la que hablaba Gema, por supuesto, no debe hacer de ustedes personas que son abusadas por otras pero esta inocencia, ella se la vincula sobre todo con la inocencia con relación al Cielo y la Luz.
Volver a ser como un niño. Y el Cristo se lo decía: “nadie puede penetrar el Cielo si no vuelve a ser como un niño”, es decir, libre de todo compromiso, de toda creencia, libre de todo pasado y todo futuro. Es de verdad estar en el momento, vivir el momento, sin estar, como la personalidad, estar preocupado del momento siguiente o de ser herido por los últimos momentos. Es de verdad instalarse en este presente, allí donde todo es posible, allí donde la Luz penetra en la Vibración y la pulsación de su Corazón.
La Luz es omnipresente, eso lo saben. Deben, hoy, penetrar en Humildad y en Simplicidad esta Pequeña Vía, con el fin de beneficiarse, hasta cierto punto, de la totalidad del influjo del impulso del alma y el Niño Interior, que va a permitirles elevarse hacia El, y no elevarse en esta vida. Decía por eso, recuerden: “El que querrá elevarse se habrá bajado”. Hablaba elevarse en esta vida pero no elevarse en Luz, al contrario.
Deben, para eso, rechazar lejos de vosotros todos los miedos, todos los acondicionamientos, que sean religiosos, que estén vinculados a la sociedad, que estén vinculados a sus padres, a sus niños. Deben presentarse desnudos y libres ante El, con el fin de desposarlo y de convertirse en El.
La Cruz Posterior, esta Cruz en resonancia con el Niño Interior, la Humildad, la Simplicidad, la Unidad, la Profundidad, es exactamente lo que les conduce a Él. Es el punto de apoyo, hasta cierto punto, de la llegada del Cristo. Es el punto de apoyo sobre el cual va a venir a afectarles y llevarles en las esferas de la Eternidad. Todo esto puede vivirse ahora, en Espíritu y en Verdad. Si siguen la Pequeña Vía, la vía de la infancia, entonces nada molesto exteriormente podrá llegar ya que su vida, incluso la de la personalidad, será conducida por la Luz y por el Cristo, y por nada más. Sólo tendrán que vivir la Gracia cada día, cada respiración. Todo se desarrollará, en su vida, en lo más maravilloso de las acciones de gracia, en la más maravillosa de las simplicidades, en lo más maravilloso de las luces. Sólo hay las resistencias que les alejan de la Luz, sólo hay la no rendición de la personalidad que los aleja de Él y de la Pequeña Vía.
Volver a ser como un niño es, hoy, un elemento principal en el Abandono a la Luz y para vivir su Unidad, para vivirla de verdad, para instalarla de verdad en ustedes y pasar a ser, enteramente, eso. La clave, como siempre, es el Corazón pero necesitan tenderse, eso de lo que mi hermana Hildegard les hablaba, esta tensión hacia el Abandono, lo que van ustedes a tenderse hacia El, hacia la Luz.
La realización de la Fusión de los Éteres, en ustedes como sobre la Tierra, que ha sido traducida en la activación de la Cruz Fija y luego las Cruces Mutables, hace posible, hoy, la Pequeña Vía, enteramente, no con la fe que llamaba “del carbonero”, cuando estuve viva, sino de verdad en vivir los efectos, inmediatos, aquí-mismo, sobre esta Tierra, en este cuerpo, en esta personalidad. Es ese momento, su vida se volverá bonita, de verdad, enteramente. Ningún sufrimiento, ningún compromiso podrá alcanzarles. No estarán en la indiferencia sino en la Gracia. Sólo tienen ustedes que vivirlo, sólo tiene ustedes que realizar la Humildad, la Simplicidad, la Pequeña Vía y escuchar su Niño Interior ya que les guiará seguramente hacia El. El vendrá a adosarse en ustedes y les revelará entonces la Cruz Anterior, la de que las otras Hermanas les hablarán.
La verdad es un Fuego. El Fuego de la Luz es un Fuego que va a devorarles en todo lo que no es El. Este Fuego va a consumir todo lo que es ilusorio, todo lo que es ilusión y superfluo en su vida. Para vivirlo serenamente, es necesario efectivamente tenderse hacia esta Pequeña Vía, es necesario penetrar a fondo ya que, como se lo dijeron los Ancianos, no existe nada exteriormente, todo se sitúa dentro. No hay diferencia entre el Interior y el exterior, se separaron aquí hace mucho tiempo, todo eso lo saben ahora. Pero les queda sobre todo por recorrer lo que ustedes Son.
Una vez más, no es una búsqueda ya que eso está ya allí. Hay exactamente que revelarlo, manifestarlo y vivirlo sobre todo, sobre todo a vivirlo. A partir de este día, volvieron a entrar en esta etapa bendecida dónde la Gracia les llama. Les pide vivirla, para manifestarla. Les pide pasar a serlo.
La inocencia de la infancia, la Pequeña Vía, la Vía Interior, es precisamente esa vía, es la de la Gracia donde, cualesquiera que sean los elementos que venían a chocar a la personalidad, éstos son superados por la capacidad de su Conciencia para establecerles en su nueva residencia, la de su Eternidad.
Y allí, entonces, constatarán, muy rápidamente, que toda su vida va a cambiar. Todo lo que llegue, se vivirá según el principio de la Gracia. Mas nada podrá ser una oposición o una resistencia a la luz, más nada podrá levantarse como interrogación o como angustia. Los propios apegos aparecerán como futilidades. Descubrirán entonces que pueden ser un padre, una madre, un niño, un trabajo, todo y siendo completamente libres.
Su mirada y su Conciencia serán profundamente diferentes. Percibirán, aún más claramente, a sus Hermanos y a sus Hermanas. Los verán en el Corazón, en vuestro Corazón, percibirán muy distintamente, en ellos, allí donde están las sombras, allí donde están las luces, que no son más que en realidad tiempos diferentes de la Luz en su vida y en su Conciencia.
A través mismo de esta visión del Corazón que tendrán, proporcionarán una ayuda por vuestra radiación, por vuestra Presencia. Ni siquiera tendrán ya necesidad de actuar o pedir Gracia ya que ésta les seguirá dondequiera que estén, en torno ustedes, para ustedes y para todos los que los rodean. Incluso los de su medio ambiente que no siguen su vía, incluso los de su medio ambiente que se desvían del Cristo, por miedo, porque no es el momento, en definitiva durante este mes, entenderán lo que son, aunque eso les da miedo.
Entonces, vayan hacia esta simplicidad. Eso les permitirá de verdad vivir esta Unidad, esta Luz sin ser alborotados por el Choque de la humanidad. Se convertirán entonces en los apoyos de sus Hermanos y sus Hermanas y podrán entonces acoger el Cristo serenamente y en toda ligereza. La Vía de la Infancia es una vía de ligereza. Por supuesto, la personalidad va a hacerles creer que es al revés: una ausencia de responsabilización, una ausencia de madurez. No hay mayor madurez que la Vía de la Infancia. Es la renuncia suprema, no a la vida sino a la personalidad. Les invito pues que recorran esta Pequeña Vía. Eso es, hoy, mucho más fácil que cuando recorría yo la Tierra.
El impulso del alma que se hace día en ustedes, es la Pequeña Vía. Es la que va a decirles (bajo distintas formas, por otra parte) lo que ustedes deben hacer o ser, para perfeccionar este encendido de la Gracia en ustedes. Todo eso, van a vivirlo, cada uno a su manera durante este mes y les deseamos cada vez más numerosos volverse hacia El.
Es precisamente en la dificultad de este mundo, en todo lo que se desagrega sobre este mundo, que se encuentra la más grande de las luces, ustedes conocen bien eso. Cuando ven los seres humanos que viven cada uno para ellos, cuando existe un fenómeno de catástrofe, los humanos redescubren a la Humanidad, la Simplicidad. Salen de sus proyecciones y sus miedos para volver a entrar realmente en el Amor y en la ayuda mutua. No se plantean más preguntas sobre mañana, están solamente en el momento. La única cuestión es la del momento, de cómo servir, cómo ayudar, porque el ser humano, más allá de lo que se ha falsificado en él, es un ser de Servicio, al igual que la Luz y al igual que todo Hijo Ardiente del Sol, al igual que Cristo.
Redescubre entonces, en esos momentos, a su Niño Interior. Entonces no juzguen lo que va a pasar sobre esta Tierra ya que es la mejor de las maneras de encontrar, cada uno, su Niño Interior. La Luz es omnipresente en lo que llega. Solos los que se desvían de la Luz verán otra cosa que la Luz.
Lo importante no es tener un coche hermoso o tener un plato lleno. Lo importante, es compartir su plato, de Corazón a Corazón y de ojo a ojo, observarse ya que son (y somos todos) Uno efectivamente. Somos una parte del Uno pero no solamente, ya que todo está en ustedes, absolutamente todo.
Entonces, las circunstancias exteriores van a conducirles a vivir esta Gracia y van a aportarles, hasta cierto punto, en una bandeja, esta Gracia, para que descubran de nuevo la Vía de la Infancia. Al recorrer la Vía de la Infancia, colocarán los nuevos fundamentos de su nueva forma y su nueva Vida. Estos fundamentos son importantes, para ustedes y también para el conjunto de la humanidad, para el conjunto de sus Hermanos y sus Hermanas, cualquiera que sea su camino, incluso los que se desvían de Él. Entonces les esperamos, cada día que pase ahora, cada vez más numerosos a redescubrir la Pequeña Vía.
He aquí algunas, fuertes palabras simples, que se me pidió darles. Tendrán ciertamente otra información que se refiere a estas Cruces Posteriores y a estas Cruces Anteriores. Eso no me pertenece, porque yo, venía a simplemente colocar los fundamentos de lo que es esta Cruz, de lo que representan la Unidad y la Profundidad, el Niño Interior, y la Pequeña Vía.
Si existen preguntas entre ustedes, con relación a eso, entonces responderé.
Pregunta:
¿Un Niño Interior y un Maestro Interior, es la misma cosa?
Mi Hermano, sería necesario aún que supiera lo que llamas tu Maestro Interior.
El Maestro Interior es el Sí que viene a substituir al ego.
El Niño Interior es el que da el impulso a la Pequeña Vía, que permite la realización del Sí o, quizá, lo que llamas el Maestro Interior. Pero no hay Maestro. No hay nada que controlar ya que ya ustedes son los Maestros. Maestros de la Luz, Niños de la Luz, es la misma cosa.
Pregunta:
¿Cómo vivir esta Pequeña Vía con relación a la Cruz que acaba de describir?
Ya es aceptar los fundamentos y eso corresponde a la Cruz que será descrita en sus funciones, que llaman Vibratorias o energéticas, pero no por mí. Ahora concretamente, es ante todo un impulso sobre todo del alma Interior.
La mayoría de los seres humanos quieren bien proseguir esta vía, pero a condición de que. No hay condición. Deben en primer lugar vivir la vía y después de, todo el resto cambiará. Mientras exista una condición, no pueden recorrer la Pequeña Vía. Ya que si hay una condición, eso quiere decir que es la personalidad que se expresa.
Pregunta:
¿El camino del Niño Interior, es maravillarse delante de cosas simples como se pudo hacerlo siendo niño?
Hay un peligro a considerar eso, o a asemejar al Niño Interior a tu pequeña infancia. Esta característica común del niño que fuiste y del Niño Interior que debe redescubrirse, es la instantaneidad simplemente del momento ya que, para el Niño Interior, como para el niño que es niño, sólo existe el presente.
Existen también una serie de niños que no son Niños Interiores: niños rebeldes, niños insumisos. Entonces no se puede hacer paralelismo entre el Niño Interior y la infancia que vivieron. Incluso si existe una característica común que es, precisamente, la capacidad para vivir el momento.
Pregunta:
¿Lo que se mencionó, es un proceso instantáneo?
La Gracia que viene a ustedes puede ser instantánea.
Les di los marcadores: la Humildad, la Simplicidad, la Unidad y la Profundidad. Cada uno ustedes puede revelar eso, efectivamente, en instantaneidad, porque la Luz está allí.
En cualquier caso, si hay interrogación o si hay búsqueda, no hay ya Niño Interior. Es un estado que se establece cuando, precisamente, entienden y aplican el hecho de que no hay nada que buscar exteriormente.
Pregunta:
No experimento apertura, tal como la describieron, con todo eso. ¿Por qué razón?
Te corresponde plantearte la pregunta ya que hay, en ti, algo que observa a este niño y que no quiere convertirse en este niño.
Vivir el Niño Interior, vivir la Unidad, es probar y vivir la Alegría. Entonces, ve aún más en profundidad y encuentra en ti eso que hace que la Alegría no nazca.
Hay a menudo expectativas, en toda búsqueda espiritual. Estas expectativas se vuelven hacia el exterior, se vuelven hacia comprensiones, mecanismos, investigaciones, meditaciones, rezos que los alejan de la infancia, porque se colocan, en ese momento, en una expectativa. Es la expectativa, ella misma, que crea la frustración y que les aleja del momento.
Mientras no haya aparición de la Alegría, mientras la Unidad no se instale, eso quiere decir, aún y siempre, que la personalidad está allí. Es necesario aceptar verlo como eso. No llevar una culpabilidad o sombra sino ya de aceptarlo.
Pregunta:
¿El Ángel Guardián es la misma cosa que el Niño Interior?
No, absolutamente no.
Pregunta:
¿Ponerse condiciones impide contactar a este Niño Interior?
¿Cuáles son las condiciones? Es no ser suficientemente humilde. Las condiciones son también no estar suficientemente en la Simplicidad, estar en una espera exterior que los aleja de la Humildad y la Simplicidad, en una búsqueda exterior porque la personalidad se expresa y que la personalidad va a reivindicar, aún, ya que está descontenta permanentemente.
Mientras hay una pretensión, efectivamente, hay personalidad. Lo que puedo decir simplemente, es que en el momento preciso en que encuentran la Unidad, la Profundidad, donde realizan esta Cruz, la primera cosa que les vendrá al espíritu: es lo que era simple. Es tan simple y tan evidente que la personalidad jamás puede aceptarlo, porque ella se niega.
Pregunta:
¿Niño Interior y Cristo Interior, es la misma cosa?
Sí. Eso se llamó la estrecha Puerta, el nacimiento del Embrión Crístico. Este adosamiento, este fundamento, si lo prefieren, está en resonancia directa con lo que llamaron, creo, el 8º. Cuerpo. La estrecha puerta. El paso del ego al Corazón (ndr: paso del 8º. al 9º. Cuerpo). No pueden llegar al Corazón por el ego, es imposible.
Toda la ilusión de las gestiones dichas personales, de la búsqueda espiritual, están vinculadas a esta ilusión y a este error. No hay nada que realizar que no esté ya allí, hoy como en mi tiempo. Es para eso que hablé de rendición.
Recuerdan el Cristo, decía también: “Será más difícil a un rico penetrar al Cielo que a un camello pasar por el ojo de una aguja”. Eso significa exactamente la misma cosa. Hay equipajes en la personalidad. Estos equipajes son “mí, yo”, los conocimientos, las búsquedas, las heridas, todo lo que constituye un peso. Y mientras estos pesos estén aún allí, no podrán cruzar la puerta.
Pregunta:
¿Si se realizó el paso del 8º al 9º. Cuerpo, eso significa qué todas las Cruces van a ponerse a funcionar?
Mi Hermana, me parece que las Cruces se han puesto a funcionar, ya, en la cabeza, desde hace algún tiempo. Hay que, ahora, establecerse en el Corazón. Las cruces permiten eso.
Pregunta:
¿Durante una meditación, la activación del punto de cruce entre los ejes AL-OD y UNIDAD/PROFUNDIDAD facilita el acceso a este Niño Interior?
Sí, es una herramienta, pero a condición de que en tu vida la más simple, y no vuelta solamente hacia este Interior, tu manifiestes la misma cosa. Si no, hoy, numerosos seres humanos se refugian en este espacio de alineación con la Luz, para escaparse a la Luz. Eso es paradójico, pero es la Verdad. En ese momento, es el ego que se alimentará con Luz y no el Espíritu.
Pregunta:
¿Des cristalizar los miedos arquetípicos, como el miedo del abandono, de la falta, ayuda a encontrar el Niño Interior?
Sí, por supuesto. Así como lo dije, los compromisos son los obstáculos al Niño Interior ya que un Niño Interior es libre enteramente.
Pregunta:
¿Cómo vivir en armonía con su ambiente guardando al mismo tiempo su integridad?
Mi Hermana, pronunciar estas palabras quiere decir que tiene faltas con relación a lo que te es exterior en tu medio ambiente y que pues, en estas faltas, penetran los Estados emocionales. Hay pues un no abandono, hay compromisos que son estas faltas. Pues no puedes vivir tu integridad mientras estas faltas existan. Puedes beneficiarte de las afluencias de Luz en algunos momentos y en algunos períodos pero no puedes crear tu estado de Unidad. Precisamente, es muy fácil decir que eso viene del exterior pero, en definitiva, todo lo que está en el exterior y que viene a obligarte, no hace más que revelarte tus propias faltas, vinculadas a compromisos. No existe nada exteriormente.
Si la percepción de un bloqueo exterior se manifiesta a la Conciencia, eso quiere decir simplemente que hay una falta a ese nivel. Ya que si estás en Unidad o te has acercado a tu Unidad, ningún acontecimiento exterior, ninguna persona exterior puede venir a perturbar eso. O, en cualquier caso, si eso se perturba, eso nunca se instala, eso no hace más que pasar ya que te conviertes en el observador de esta misma agitación que no hace más que pasar.
Recuerden también (y se les dijo eso) que las circunstancias exteriores que viven hoy, en este espacio particular de la Tierra y en este tiempo particular, corresponden muy exactamente a esto que tienen que vivir y superar.
Pregunta:
¿Puede haber Unidad si se está en esta posición de observador?
Cuando hay Unidad, hay comprensión de la Ilusión y observación de la Ilusión. Pero la Unidad no es observar la ilusión, es vivir la Unidad. Y en la Unidad, ninguna ilusión puede existir. Es decir en ese momento, el exterior no puede venir en ningún caso a enfrentar cualquier cosa.
La observación se sitúa simplemente en el hecho de no entender que no son lo que viven, precisamente.
Mientras participan en sus propias emociones, les dan peso, densidad y las materializan, en todos los sentidos del término. Si aceptan que no son sus emociones, que no son sus reacciones, que no son, incluso, sus pensamientos, entonces están un paso más hacia la Unidad. Eso se llama, en la Conciencia, la ausencia de separación tema-objeto. No son ya el tema, no son ya el objeto. No son ya la interferencia, son la Luz.
Se va a tomar otro ejemplo. Es como si fueran una Conciencia que observa este cuerpo, que observa sus acciones, que ve las interacciones y que sabe pertinentemente que es una escena de teatro. Es ya no definirse a cualquier cosa, si no es la Luz. Pero eso no es un juego. Es tomar realmente conciencia que eso es la Estricta verdad. Mientras desempeñen el papel en la obra teatral, no pueden ser ese que es el Êtreté. Están aún en la Conciencia separada, no en la Conciencia Unificada.
Creo que eso fue llamado, por algunos Ancianos y por algunos Arcángeles, un punto de vista. Es la Verdad estrictamente. El punto de vista de la oruga o el punto de vista de la mariposa.
Pregunta:
¿Es un soltar- presa total?
El soltar- presa no es el Abandono. Es la personalidad que decide soltar presa. Y en el simple hecho de pronunciar “soltar- presa”, hay admisión que hay siempre una presa. El soltar-presa pertenece a la voluntad, en ningún caso a la Unidad.
No tenemos más preguntas, les agradecemos.
Entonces mis Hermanas y mis Hermanos personificados, que la Gracia les acompañe, que la Gracia se revele ya que son la Gracia. Con todo mi Amor. A una próxima vez.
Original en Francés.
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Canalización: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera.
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
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Canalización: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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