martes, 3 de mayo de 2011

YESHUA - LA PIEDRA: ABRAZANDO LA DANZA ENTRE EL ESPÍRITU Y EL CUERPO


YESHUA
LA PIEDRA: ABRAZANDO LA DANZA
ENTRE EL ESPÍRITU Y EL CUERPO

canalizado por Pamela Kribbe
Abril de 2011




Mis queridos amigos:

Yo soy Yeshua. Os saludo a todos. Todos vosotros sois seres de Luz.
Habéis venido a la Tierra a difundir vuestra Luz. Al hacerlo, encontráis resistencia. Al hacerlo enfrentáis la oscuridad.

¿Realmente en qué consiste este juego entre la Luz y la oscuridad? ¿Cuál es el propósito de la resistencia y de la oscuridad que habéis estado experimentando?

Estar en la Luz significa estar en un estado de consciencia en el cual te das cuenta de tu unicidad con Todo Lo Que Es. Si estás en la Luz, si eres la Luz, te sientes completamente ilimitado y libre. Sabes que eres parte de un total mayor y te sientes profundamente querido dentro de esta red infinita de consciencia viva.

La Luz es tu conexión con el Uno.

Por naturaleza, la Luz no tiene forma. No depende de ninguna forma material. Es libre de las restricciones de tiempo y espacio. Tú no eres la forma material en la cual reside tu consciencia en este momento. Tú no eres tu cuerpo, tú no eres la carne y la sangre de las cuales está hecho tu cuerpo, ni el género, ni las características que pertenecen a tu presente personalidad. Son parte de ti, pero tú eres mucho más. Tú eres su origen, su Creador Divino.

Tu Alma infinita ha residido en muchas formas diferentes de vida; y ha experimentado un gran número de vidas por todo el Universo. Estas experiencias te han enriquecido de maneras que aún no reconoces. Tus a veces arduas jornadas a través de las encarnaciones, no son nada menos que la manera de Dios para expandirse. Tu viaje a través de la forma es significativo, porque permite a toda la creación expandirse y proliferar en nuevas formas enriquecedoras.

Yo sé que a menudo no lo sientes así.

En la Tierra puedes llegar a estar abrumado por la carencia de Luz y conexión. Yo lo sé. Estoy aquí para encender una chispa de recuerdo en tu Alma. Si recuerdas quién eres verdaderamente, te das cuenta de que tu núcleo divino aún está íntegro e incólume, a pesar de todo aquello por lo que has pasado. Sentir tu totalidad puede darte una sensación de alivio o incluso un sentimiento de éxtasis. Es cuando sabes que estás llegando al fondo de la verdad.
Recuerdas la verdad de quien eres: un Alma Divina con infinitas posibilidades. Yo estoy aquí para recordarte quién eres; y para inspirarte a traer esa consciencia a tu vida diaria.

Realmente no hay separación entre el tú Humano y el tú Divino. Tu Yo Divino no está en alguna otra parte. Para comenzar, no está localizado en tiempo y espacio. Si ahora mismo quieres conectarte con él, puedes hacerlo distanciándote por un momento de los problemas que presionan tu mente y tus emociones. Imagina que tu consciencia se hace más grande, alejándose de estos problemas; y entrando en un espacio de abierta consciencia. Dentro de ese espacio, no hay necesidad de desear, es solamente ser. Podría parecer que esto no te va a ayudar a resolver ningún problema de tu vida, pero simplemente te estoy invitando a ensayar.

¿Puedes cambiar tu consciencia y solamente observarte de manera tranquila y desapegada? ¿Puedes estar contigo mismo sin juzgar ni interferir? Encontrarás que hacerlo te pone más calmado y más relajado.

Si tus emociones, pensamientos o sensaciones físicas tienden a sacarte de este calmado espacio, no te preocupes. Permítelo. Observa lo que sucede.

Con el tiempo descubrirás que entrar en este espacio de silenciosa consciencia es una poderosa herramienta para recordar quién eres. Esta herramienta está siempre disponible para ti. Puedes permanecer en contacto con tu totalidad, con el espacio de libertad interior, manteniendo siempre alguna distancia de las cosas que te atribulan, incluso de las que te excitan de una manera positiva. Manteniendo alguna distancia conservas viva la consciencia de que estas cosas nunca te definen completamente, aún cuando sin duda son importantes en tu vida.

Tú eres más que las emociones y eventos que suceden en tu vida. Dentro de ti hay una presencia que silenciosa pero intensamente observa ir y venir todos estos eventos y experiencias. Esta presencia es indestructible. Es la fuente de la vida misma.

Tú eliges conectar temporalmente tu consciencia con un cuerpo, una forma, en tu vida en la Tierra. Hay una razón para esta elección. El cuerpo es muy precioso. Es una maravillosa hazaña que puedas enfocar tu consciencia de tal manera que te identificas parcialmente con un cuerpo, con la persona que eres ahora, hombre o mujer, con todos los talentos y características que te pertenecen. Sin embargo, por favor no cometas el error de creer que tú eres este paquete de características.

Tú eres la consciencia que las experimenta. Este conocimiento puede liberarte.

El tú Divino, tu entidad desnuda en su núcleo, es como un espacio amplio, abierto, vacío y sin embargo lleno de vitalidad y potencial. Ésta es la parte de ti que es Dios. Éste es el Hogar. Si te conectas con esta parte de ti, sientes alivio, alegría y libertad. Te sientes a salvo.

Estar en la oscuridad significa que te sientes separado de tu núcleo, de tu conexión con el todo. Te sientes expulsado del amplio espacio interior que, solo, puede traerte la paz y la alegría que estás buscando. Todos los sufrimientos se originan en esta sensación de desconexión. Es el dolor más severo que tu Alma puede experimentar. Entendiendo el Propósito de la Oscuridad

¿Por qué las Almas eligen experimentar separación?

En el momento que eliges encarnar y vivir dentro de una forma material, tu Luz se limita y se constriñe. Tu consciencia se estrecha y pierdes tu sentido de infinitud. Tiendes a perder la conexión con el tú real, quien es informe, libre e ilimitado.

Especialmente para las Almas jóvenes, que están en la etapa inicial de su jornada de encarnaciones, es fácil olvidar e identificarse con la forma que habitan. Es un signo de madurez cuando un Alma es capaz de habitar completamente un cuerpo humano y al mismo tiempo darse cuenta de que no es el cuerpo sino quien lo experimenta y le da vida. A medida que el Alma evoluciona, nace la consciencia de que hay algo que transciende al cuerpo, a la forma material enfocada en tiempo y espacio.

El Alma madura se abre a la dimensión de la informidad y comienza a reconocer que su verdadera esencia reside allí. Al hacerlo, el Alma evolucionada será capaz de bajar la consciencia de Unicidad al reino de la forma material.

¿Por qué un Alma elige embarcarse en el viaje de las encarnaciones?

¿Por qué elegiste estar confinado en la forma material, en el ciclo de nacimiento y muerte; y todo lo que ello conlleva? ¿No sería mucho más sublime permanecer en un estado de ilimitada unicidad todo el tiempo? Hazte esta pregunta. Algunos diríais inmediatamente que si fuera posible, nunca más encarnaríais.

Me diríais que la vida en la Tierra es demasiado dura, demasiado oscura; y que lamentablemente anheláis ir al Hogar y permanecer allí por siempre. A pesar de todo, os estoy diciendo que vuestra Alma eligió experimentar esta vida que estáis viviendo en la Tierra, tal como eligió experimentar todas las vidas que ha vivido en la Tierra. Hay una parte de tu Alma que ama danzar con la materia; y te digo que ésta es la más Divina, sagrada y creativa parte de ti.

Dios desea traer Luz a la forma material. El Espíritu (el cual uso como sinónimo de Dios) creó la materia para que la Luz tomara forma y fuera experimentada por sí misma. La creación de la materia trajo al ser la danza de la consciencia y la materia: la danza del Espíritu y el cuerpo. La interacción entre el Espíritu y el cuerpo es la manera de crear de Dios. Tú, como un espíritu habitando un cuerpo, eres la creación de Dios desarrollándose.

Mientras tu Alma está evolucionando y madurando, se está haciendo más capaz de sostener la luz del Espíritu; y la expresa a través de un cuerpo. El arte de vivir en un cuerpo es manifestar la libertad del Espíritu dentro de la dimensión material. Cualquier cosa en la dimensión material que es iluminada desde el interior por la consciencia del Espíritu, irradia belleza y vitalidad; y aporta algo importante a la vida.

La Luz encarnada es la Luz más preciosa que hay. Al encarnar la Luz de tu Alma en la Tierra, en una forma material, estás expandiendo la creación de Dios. Estás creando algo nuevo; y aportando al total algo que no habría existido sin tu presencia única.

La abundancia de formas de vida existentes en la Tierra, en los reinos animal, vegetal y mineral, refleja el deseo del Espíritu de manifestarse en una variedad de formas. La belleza y variedad de la vida en la Tierra ha evolucionado a partir de una danza del Espíritu y la materia, la consciencia y la forma. Dios anhela expresarse en diferentes formas, porque ello enriquece la creación; y porque permite a todos los seres experimentar belleza, alegría y aventura en sus ciclos vitales. Todos los seres son chispas del Espíritu. Viajar a través de diferentes formas y familiarizarte con la vida desde muy diferentes perspectivas, trae profundidad y sabiduría a tu Alma. Incluso la experiencia de la separación, de la oscuridad, puede ayudar a enriquecer la creación.

Tú eres Dios. Una vez hiciste la elección de descender a la materia e irradiar tu Luz mientras resides en una forma limitada. Éste no es algún castigo que tengas que soportar. Es el resultado de una sagrada elección que hiciste, como parte de Dios.

Verdaderamente eres un Creador.

Bajo la resistencia que puedes sentir ahora mismo hacia tu vida en la Tierra, hay un profundo y persistente deseo de tu Alma de traer Luz a la densa realidad de la Tierra. Irradiar tu Luz hacia las partes oscuras de la realidad terrenal, dentro y fuera, es verdaderamente el llamado de tu Alma. Si tú lo haces así, experimentas una clase de satisfacción que toca tu corazón más profundamente que cualquier otra cosa. Incluso la visión de estar allá en el cielo en eterno éxtasis y paz, palidece ante la comparación. Esto es porque está en tu naturaleza como Ser Divino danzar entre el Espíritu y el cuerpo.

Es esta danza lo que constituye la esencia de la creatividad. Tú, que a veces te sientes descorazonado viviendo en un cuerpo humano en la Tierra, te sentirás gozoso otra vez, en absoluto descartando la danza, sino sabiendo cómo llevar tu Luz a la oscuridad.
La oscuridad y la densidad son parte de la vida en la Tierra. Cuando experimentas la oscuridad o la densidad en tu vida, sientes que la energía es pesada, lenta y atascada. Sientes falta de movimiento, libertad y flujo. Siempre, cuando hay este tipo de densidad, hay pensamientos o emociones negativos, que revelan una sensación de desconexión y separación. Antes dije que sentirte desconectado del Espíritu, lo cual significa sentirte separado de tu propia esencia, es el dolor más severo que un Alma puede experimentar. ¿Cómo remedias esta sensación de separación que te hace sentir herido emocionalmente y lleno de dudas sobre el significado de la vida?

Llevando tu Luz a la Oscuridad

Hoy, te invito a encontrarte con la parte más densa de tu interior y a darle la bienvenida con el corazón abierto. En la vida diaria, experimentas la parte más densa de ti en áreas de la vida en las cuales tu energía fluye difícilmente. Puede ser en el trabajo, las relaciones, la salud, o en cualquier otro aspecto de tu vida. Esta área, es la más difícil para aceptarte o para aceptar lo que la vida te ofrece. Tú experimentas ese aspecto de la vida como un estorbo, como algo que no debería existir. Te sientes bloqueado, atascado; y Yo te invito a visualizar esta densidad como una piedra que cargas, como la proverbial "piedra de molino en el cuello".

Tú puedes sentir que la densidad que experimentas se debe a circunstancias externas. Puedes sentir que ha sido causada por el rechazo, la traición o la violencia de otras personas. O puedes decir: Yo no encajo en la vida en un lugar tan oscuro y denso como la Tierra. Es comprensible que parte de ti reaccione de esta manera. Es la aturdida y golpeada parte de ti que ha olvidado el verdadero poder dentro de tu ser.

Es un traumatizado niño interior hablándote por medio de estos pensamientos negativos. Este niño se siente víctima, se siente desechado y desconectado. Yo te invito a reconocer la más sabia y más luminosa parte de ti, cuyo único propósito es llevar ese niño al hogar. Tienes una elección que hacer. ¿Te identificas con el traumatizado niño interior, o con la brillante e íntegra parte de ti que es capaz de sanar a ese niño?

El origen de tu sufrimiento no yace en la densidad ni en la oscuridad de la realidad externa. Está en tu sentida inhabilidad de elevarte sobre la parte interior más densa de ti y abrazarla con tu Luz y verdadera radiancia. Al sentirte víctima de la parte densa, tú la resientes y quieres liberarte de ella. Expulsar una parte de ti, te hace sentir desgarrado en el interior. Tu Alma no estará en paz hasta cuando el niño perdido llegue al hogar.

Imagina que es real que estás cargando una piedra en tu cuello.

Dale una mirada para ver qué tan pesada y grande es. Deja libre tu imaginación. La piedra contiene todas las emociones con las cuales tienes dificultad y todas tus creencias negativas sobre la vida en la Tierra, tales como: "No soy bienvenido", "La gente no me entiende"; y así sucesivamente. La piedra carga tu temor así como tu resistencia a la vida. Simboliza lo que se ha atascado y bloqueado dentro de ti. En consecuencia, la piedra también señala tu misión en la vida. Es la misión de tu Alma llevar Luz a las partes más densas de ti mismo.

El propósito de tu vida es hacer brillar Luz en las partes endurecidas y petrificadas de ti. Para difundir tu Luz en la Tierra, lo primero y primordial es llegar a tu oscuridad interior. Tan pronto como abraces este viaje interior, tu Luz automáticamente irradiará hacia otros y los inspirará para hacer lo mismo.

No tienes que enfocarte en lo que necesita ser remediado en el Mundo. Enfócate en tu propia piedra. ¿Ves una imagen de ella? ¿Qué color tiene? ¿Cómo se siente cuando la levantas? Di 'hola' a la piedra y sostenla gentilmente. Permite que tu consciencia fluya hacia la piedra y siente la energía dentro de ella. ¿Sientes ira, o pena, o temor? Permite que la piedra te cuente su historia.

Recuerda que tú, que estás sosteniendo la piedra, eres un ser de Luz viviente. Tú eres completo e íntegro, sostenido con seguridad en los brazos de Dios. Ahora mira lo que sucede a la piedra con sólo sostenerla y volver tu atención hacia ella de una manera abierta y acogedora. Se transformará. Cuando te conectas con ella desde tu núcleo divino, rodeándola con aceptación y tranquila comprensión, la rocías con chispas de Luz.

La piedra se ilumina desde adentro. Tu consciencia trae vida y movimiento a la piedra. Ya no es fría ni dura. Gradualmente se transforma en una joya. La estructura de la piedra ha cambiado debido a tu amorosa atención. Dale una buena mirada para ver qué color y forma toma.

Ahora pregúntale a la piedra: "¿Cuál es tu regalo para mí?" ¿Qué clase de cualidad sientes que está presente en la gema? Siéntelo desde el interior. ¿Es compasión, resistencia, la habilidad de rendirse y confiar? ¿Es tranquilidad, valentía o alegría? Recibe el regalo. Antes esta piedra contenía energía atascada y oscura.

Después tú la abrazaste con el tranquilo poder de tu verdadera naturaleza, eso la transformó en un tesoro. No fue simplemente neutralizada; fue transformada en una gema, que refleja tu belleza y sabiduría internas. Lo que antes era una piedra de molino en tu cuello se ha convertido en una preciosa joya. Levanta la piedra y mira cómo refulge y brilla con un color y una forma que reflejan tu energía única. Permite que la gema entre en tu cuerpo y mira adónde va naturalmente. ¿A cuál parte de tu cuerpo va a la piedra espontáneamente? ¿Qué efecto tiene sobre ti? Tendrá un efecto sanador en tu cuerpo y espíritu.

La vida te invita continuamente a volverte a las partes densas, oscuras y atascadas de ti. La danza entre el Espíritu y el cuerpo es como una danza entre la Luz y la oscuridad. Tan pronto como reconoces tu verdadera naturaleza, la danza se vuelve menos una lucha. Se convierte en alegría.

Cuando te haces consciente del poder transformador del tú Divino; e invitas a la oscuridad a salir a lo abierto, la danza de la Luz y la oscuridad manifiesta preciosas joyas que muestran cómo la luz puede viajar hasta la parte más densa de la realidad. La gema es el resultado de la integración de la consciencia y la materia, el fruto de la danza entre el Espíritu y el cuerpo.

La vida te invita a ejecutar esta danza una y otra vez. Cuando quiera que sientas negatividad u oscuridad en tu vida, por favor no juzgues. Trae la piedra en tu imaginación. Dale la bienvenida y conéctate con la parte de ti que aún no está iluminada por tu consciencia Divina.

Atiende a la piedra. Tu amorosa atención es la clave para iluminar la piedra desde el interior. Irradiando tu Luz sobre las partes densas y oscuras de tu interior, abrazas la danza de la creación y Dios nace en la Tierra a través de ti.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/

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