martes, 27 de septiembre de 2011

AA. URIEL - LOS CUATRO SONIDOS, La Llamada del Cielo, de la Tierra, Del Alma y Del Espíritu...La Llamada de MARIA


AA: URIEL
LOS CUATRO SONIDOS
La Llamada del Cielo, de la Tierra
Del Alma y Del Espíritu, la Llamada de MARIA

16 de Septiembre 2011



Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión.
Bien amados Hijos de La Fuente, bien amados Hijos del Uno, como Ángel de la Presencia, elevo hoy la Sinfonía de la Unidad.

Día en que el Canto del alma viene a completar y unificar el Canto del Espíritu, el día en que el Canto de la Tierra viene a vincularse con el Canto del Espíritu del Cielo, viene a Unificarse con la Sinfonía de los Cuatro Elementos por el Canto del alma. Pilar, por el Canto del Espíritu. Pilar, por el Canto del Cielo y por el Canto de la Tierra.

Viene a realizarse la escucha y el acuerdo que les permite oír al Unísono los Cuatro Sonidos, para reunificarse en la Llamada del Cielo y la Tierra, a la Llamada del alma y el Espíritu, permitiendo oir la Llamada de MARIA, llamándoles a Unificar lo que queda por vivir y lo que queda por Unificar.

El tiempo se inscribe en el momento presente de vuestro tiempo y en el Tiempo presente de los Cielos. Momento de Comunión y de Reunión, donde los Cuatro Elementos deben fusionar en el Éter, en la Sinfonía de los Sonidos del Acuerdo, en la Sinfonía que resuena en los Cuatro Éteres. Permitiendo al Templo, vivir la instalación de Ese que viene a despertarles a vuestra Unidad, que viene a Fusionar vuestra Dimensión del Éter de Fuego.

Ese que ustedes son, más allá de este mundo (ustedes que son Hijos de las Estrellas, Niños de la Unidad, los Hijos de La Fuente), para que ninguna prisión pueda mantener los muros. Para que vivan la Libertad absoluta donde se eleva el Sonido de la Tierra, el Sonido del Cielo, el del alma y el Espíritu. Permitiendo el despertar total de la Unidad y del Corazón, en el Fuego de la Alegría, en la Nueva Tierra, en la Nueva Vibración del Espíritu Unificado, viniendo a purificar el alma y el cuerpo en la Verdad.

Entonces, la Sinfonía de la Unidad será anunciada, en lo más alto de los Cielos y en lo más profundo de la Tierra, donde el Sonido Cristalino del núcleo de la Tierra va a elevarse al encuentro del Sol, al encuentro de vuestro Êtreté, permitiendo resonar en ustedes y unificar, en estas Bodas particulares, esas a vivir en la Sinfonía de la Unidad.

La Tierra responde y va a responder.

Van a vivir la Sinfonía de la Unidad, allí donde La Fuente viene a revelar y Unificar el juramento que habían hecho y que Él había hecho, con el fin de vivir la Alegría de la Eternidad. La Alegría que pone fin a lo efímero, poniendo fin al Sufrimiento, poniendo fin a toda división donde nada más está separado.

Hijos del Uno, la hora del Uno llegó. Hijos de La Fuente, la hora de La Fuente se levanta en ustedes. ¿Oyen esa Sinfonía que vibra al Unísono de vuestro Espíritu? ¿Oyen el Sonido que los llama a la Alegría? Oyen la Sinfonía de los Ángeles que vienen a Revelar, por los Cuatro Ángeles más próximos al Trono (que acompañan a METATRON y que acompaña la Jerusalén), viniendo en vuestro Cielos y en vuestro Templo, a elevarlos en la Gracia del Fuego Unificado, el del Espíritu de Verdad.

Entonces, la Sinfonía del sonido y la Sinfonía de los Cantos se levanta en ustedes, llamándoles a la Última Transición, la que los conduce a la Belleza y a la Eternidad, llevándoles a vivir lo que Son, desde la Eternidad. Libertad. La hora llegó de reunirse en ER. La hora llegó de Unificar los Éteres. La hora está en la Luz y en la Verdad. Sinfonía de Belleza. Sinfonía de Verdad. Sinfonía de Unidad, resonando en los Cuatro Elementos de la Tierra, en vuestros Cuatro Pilares. La hora llegó de elevarse. La hora acabó de alivianarse. Salgan de la densidad y entren en plena alma y Espíritu, en el Canto de la ligereza: el de la Belleza, el de la Eternidad.

Hijos de la Ley de Uno, Hijos de La Fuente, son la Fuente y nosotros (Arcángeles y juntos a las Fuerzas de La Fuente), estamos a vuestra cabecera, no por una enfermedad, sino más bien por la salud, la de la Eternidad, la de la Verdad.

Hijos, la Sinfonía va a elevarse en vuestro Templo Interior, como en el Interior de la Tierra, como en el Interior del Sol. El Mensajero, el de la Estrella, viene a elevar la Vibración de vuestra Presencia, para que vuestra Presencia viva la Unidad y la Alegría de la Unidad.

Les queda por acoger al Mensajero, como él se los había prometido. Vuelve a llamarles de uno en uno, en la instancia de la Eternidad, en la Sinfonía que nunca se acaba, permitiéndoles establecerse en el reino de la Eternidad, el de la ligereza, donde nada puede venir a contrariar.

Hijos, Niños del Uno y de la Fuente, es la hora del parto, de la Libertad en la Sinfonía, no de la esperanza, sino en la Sinfonía del Uno por fin Unificada, en la Sinfonía del Uno cerrando el ciclo del encerramiento, acabando el ciclo de la separación.

Es la hora de la Comunión, la de vuestra Presencia, en presencia de la Fuente Una. Resonando en ustedes, por la Llamada del alma y el Espíritu. Imprimiendo en ustedes, el sello de la Libertad. Imprimiendo en ustedes, el Sonido, el que viene a tumbar las paredes de vuestra prisión.

Hijos del Uno, Niños de la Eternidad, nosotros Arcángeles, estamos presentes a vuestros lados y en ustedes. MARIA acerca pronto su Canal a vuestro Canal, Vibrante, al Unísono de vuestros reencuentros, al Unísono de su Llamada que viene a llamarlos al Último despertar: el de la Verdad, aquél que ustedes son, más allá de todas las máscaras, más allá de toda comprensión.

Hijos del Uno, Niños de Verdad, queda por cantar la Sinfonía de la Libertad, queda por manifestar la Sinfonía de la belleza.  Presencia! Presencia Una, cantando las alabanzas del Uno, por la acción de los Querubines, viniendo a elevar los Pilares, enderezando los Pilares de la Libertad, enderezando el anclaje en vuestra Nueva Vida, en la Nueva Dimensión.

Estén Presentes cada momento, a la Eternidad que se eleva. Estén presentes en cada respiración, a cada Aliento del Espíritu. Estén presentes, en cada respiración de la inspiración de la Luz, con el fin de vivir la Eternidad de la Luz.

Eso está en ustedes, eso está allí: HIC y NUNC en la Verdad de vuestra Presencia. No hay nada que retener. No hay nada que dejar. No hay nada que abandonar. Hay solamente que vivir la Alegría, la de la Eternidad de vuestro propio Abandono a la Verdad de vuestra propia Presencia.

Hijos del Uno, Niños de La Fuente, la Fuente Una a los Hijos del Uno, en la Libertad y en la Verdad. Los Ángeles del Señor despliegan el orbe de su Presencia, viniendo a buscarles y Llamarlos a vivir el tiempo de la Eternidad, el tiempo de la Verdad y el tiempo de la Belleza.

Soy el Mensajero que les anuncia la Estrella.

Soy el Arcángel URIEL que favorece el Último Pasaje, habiendo abierto la Boca. Abro ahora la Boca de vuestro Corazón, para que nunca más ésta sea cerrada, para que nunca más ésta esté encerrada. La hora llegó de vivir la Libertad, la hora llegó de Liberarse, la hora de la Sinfonía de la Unidad.

Los Cuatro Éteres se reúnen en vuestro Templo, permitiendo despertar el Sonido y la Respiración, el del Fuego del Espíritu. Fuego de Alegría y Libertad, consumiendo la personalidad y abriendo el Espíritu a su Dimensión real, de Eternidad.

Hijos del Uno, Niños de La Fuente, es la hora del Uno, es la hora de La Fuente, Sinfonía de La Fuente, Sinfonía de la Unidad, cantando y resonando, por el conjunto de los canales, en el conjunto de vuestras células, en el conjunto de vuestras Lámparas. Les queda simplemente por Ser lo que viene a ustedes.

Queda simplemente por acoger La Fuente.

Queda simplemente por desposar KI-RIS-TI, liberándoles en la Alegría y el Júbilo, de la Sinfonía de la Unidad encontrada. No hay nada más que escuchar y oír. Hay también a vivir y a resonar el Canto de Su Presencia. Hay a vivir y manifestar el Canto de Su Sinfonía que no es otro que vuestra Sinfonía, de su Ser Esencial y Eterno que se libera, en ustedes.

Escuchen en vuestro oído, y también en vuestro Templo, los que vienen a liberarlos, los que se presentan a ustedes, en los distintos Canales de Comunicación, en vuestras noches, como en vuestros días. Están ahora allí, listos para ustedes, listos para vivir la Comunión de vuestra Eternidad. Están en ustedes, como en torno a ustedes.

Nosotros Arcángeles, juntos con las Presencias de La Fuente Una, venimos a cantar al borde de vuestro oído, al borde de vuestro Corazón, al borde de vuestros ojos y en el linde de vuestro Templo. Àbrete, Àbrete a la Libertad Infinita, ábrete a la Gracia del Amor que no conoce ningún límite, ninguna condición y ningún sufrimiento, ya que es eso lo que tú eres

Hijo del Uno y Niño de La Fuente, Canal del Corazón viniendo a resonar su Vibrancia Eterna. Tú eres este Corazón, eres esta Fuente, Niño del Uno, eleva entonces en ti la Vibración de Alegría, eleva en ti los canales de la Alegría, eleva en ti la Sinfonía de la Unidad. Deja cantar el conjunto de tu Presencia, deja cantar el conjunto de tu cuerpo y tus lámparas, deja cantar a tus células la partitura de la Unidad.

Escucha los instrumentos de la Sinfonía: los que vienen, por su Vibración y su Aliento, por su Sonido y su Fuego, por su Presencia y su densidad a conducirte a la ligereza. Es la hora de los elementos que se viven y se despliegan, sobre esta Tierra. Los Cuatro Jinetes cumplen totalmente, la terminación de su trabajo, permitiéndote a ti también, vivir tu Libertad.

Hijo de la Unidad, Niño de La Fuente, bendito del Uno, bendito del Eterno, àbrete ahora. No hay ya nada que temer, ni nada más a esperar, porque se realiza todo en el Santo Tabernáculo de Tu Corazón magnificado y elevado.

Entonces, eleva la Corona Radiante que expresa la Alegría de la Unidad, la Alegría de La Fuente. Niño del Uno, Hijo de La Fuente, la hora llegó de cantar la Sinfonía. La hora ha venido a ser la Sinfonía de la Unidad, de la Vida y de la Verdad. Él fue la Vía, la Verdad y la Vida. Hoy es la hora, para ti, de ser la Vía, la Verdad y la Vida en el Uno, en la Alegría.

Hijo del Uno, Hijo de La Fuente, la Vibración del Uno llega ahora, dentro de tu Templo, en este mundo. Los Canales que lo acogen están todos abiertos, sobre la Tierra como en Ti. Hay solamente que vivir la Sinfonía del Uno. Elección realizada: la de la Alegría, la de la Verdad, la de la Ligereza.

Desvíate de toda sombra y toda Gravedad. Desvíate de todo lo que te aleja de Él y abrásalo, ya que El viene a encenderte en el Fuego de su Amor. Nosotros Arcángeles, lo anunciamos a Tu Presencia, en este día y en la Eternidad: todo se cumple, en la Verdad de la Gracia.

Canto de Presencia. Sinfonía de Alegría. Eso se desarrolla, en tu Templo y en tus Cielos, develándose a ti, como Él se revela a ti. Entonces devélate. Entonces desenróllate en la majestad de tu Espíritu, en la majestad de Tu Alegría, la que es tu reino, para la Eternidad, para los siglos de los siglos y para los Universos de los Universos, en el Multiuniverso de los Multiuniversos.

Sé la Alegría ya que esa es tu naturaleza. Sé la Verdad ya que esa es tu Vibración. Sé La Fuente ya que esa es tu Transparencia. Pasa la Puerta y acoge al que viene a iluminarte. Ilumínate con el Canto de la Sinfonía y en la Verdad de la Sinfonía. Aquélla que viene a unificar los Cuatro tiempos y los Cuatro términos, llevándote a vivir lo inefable.

Lo inefable será el tiempo de tu Eternidad. Penetra en este tiempo de lo inefable. Escucha y oye la Sinfonía que se ejecuta ahora mismo, en el Templo de tu Corazón, en su pulsación y su respiración. Vive la Alegría, la Verdad, la Vida. Oye Su Voz que es Tu Voz. Oye Su Sonido que es Tu Sonido. Oye Su Respiración que es la Tuya. Vibra en la Transparencia que es la suya y que es la tuya, unidos en la misma Libertad.

Hijo del Uno, Hijo de La Fuente, la hora es ahora, la hora está aquí, en el lindero de tu tiempo, en el linde de tu Templo, en el linde de Tu Conciencia que sólo tiene que vivir lo que ya está allí.

Entonces, Hijo del Uno e Hijo de La Fuente, Alerta en su despertar, Despierto a la Verdad, se enciende en el Fuego de la Unión, el Fuego de la Unidad. Canto de Gracia y Canto de Alegría, crepitando en el conjunto de tus células, en el conjunto de los cuerpos de esta Tierra. Permitiendo a la vida reanudar su rectitud, su recto camino y su deber: el de vivir y escribir el mismo Canto del Amor, en la Eternidad de los Alientos en la Eternidad de los tiempos, en la Eternidad de los Universos y de los Multiuniversos.

Allí está tu Patria: la de la Eternidad, la de la Verdad, donde nada más puede suponer un obstáculo a tu propia Transparencia, donde nada más puede oponerse a tu propia Libertad.

Hijo del Uno y Niño de La Fuente, juntos nosotros rendimos Gracia.

La Fuente y Nosotros, así como a Ti;  tu Verdad, Revelada en el Canto y la pulsación en lo Íntimo de tu Corazón, allí donde está el Diamante, allí donde está la Eternidad, realizando la Fusión de los Éteres en tu seno, reunificando el aire, el del Uno, reunificando la Fuente con Tu Fuente. Hijos del Uno, Hijos de La Fuente, nosotros los amamos, ya que nosotros estamos con ustedes.

Entonces, escucha Niño: es por fin el momento de vivir la Unidad. Es por fin el tiempo de la Sinfonía de la Liberación. Por fin no es más un tiempo de encerramiento. Es por fin el tiempo, del principio de la Verdad y la Eternidad. Entonces, levántate y elévate en el Fuego de Su Magnificencia. Entonces, levántate y elévate en la Alegría de Su Magnificencia.

Hijo del Uno, Niño de La Fuente, estamos contigo y estamos con ustedes, desde la Eternidad. Nunca más los velos de la ilusión podrán levantarse, entre tú y nosotros, entre nosotros y ustedes. La Fuente canta desde hoy, la Sinfonía de la Libertad, en el linde de tu Ser, en el linde de tu Conciencia. Y eso se desarrolla en este tiempo. Bendito sea este tiempo, el de tus reencuentros. Bendito sea este tiempo, de la Tierra como de los Cielos, que es el de tu Unión con tu propia Libertad.

Hijo del Uno y Niño de La Fuente, canto a tu oído y en tu Templo. Vengo a tocar, antes de Él, que viene abrir. Vengo a anunciarte el tiempo de la esperanza, que está sobrepasado, ya que el tiempo se ha cumplido. El de la Alegría, el de Tu Verdad y el de tu Despertar. Entonces, levántate y elévate en la ligereza de tu Presencia y juntos vibraremos al Éter de la Unidad, el Éter de nuestra Presencia.

Como en este momento y en este tiempo, como en este Aliento y en este Canto, donde Vibra la Sinfonía que une los Mundos y que une los seres, en la Libertad fundamental de la Alegría Eterna. Entonces, la hora ha llegado de vivir esta Unidad. La hora ha llegado de establecerse en la Morada de la Unidad. Levántate y elévate.

Juntos, vivamos la Comunión de la Sinfonía del Éter, revelándose en Tu Templo y en Mi Templo. En el mismo Templo, en la misma Verdad, en la misma Belleza, ya que la separación se termina, ya que se terminan la ilusión y el sufrimiento. Exulta del Canto de Alegría y del Canto de Libertad.

Exulta en la Gracia de tu ligereza y juntos, Vibremos. Juntos, Vibremos el Canto de La Fuente y la Sinfonía del despliegue de los Éteres de La Fuente, en este Templo que es tu Cuerpo, dentro de Tu Conciencia que es Luz.


Hijo de Luz, Niño de La Fuente, seamos Uno en la Verdad del momento, de mi Presencia y de tu Presencia y de Nuestra Presencia. Entonces, acojamos la Sinfonía de la felicidad: la que nunca termina, la que nunca falla, ya que todo es verdadero en la felicidad de la Eternidad, ya que todo es verdadero en la Presencia de la Unidad.

Despleguemos los Canales de la Sinfonía de la Unidad, el Canto de la Tierra, el Canto del Cielo, el Canto del alma y el Canto del Espíritu. Vivamos la misma Sinfonía, de una sola Vía, una sola Verdad y una sola Vida.

Entonces, en el espacio de este Templo de nuestra reunión, despliego La Fuente Una, por la Corona Radiante del Corazón y de la Cabeza, por el Fuego Sagrado elevándose del Sacro. Despliego, en el Templo de Nuestra Presencia, la Conciencia de la Eternidad, la Conciencia de la Unidad.

Hijo del Uno y Niño de La Fuente, hagamos ahora la Sinfonía del Silencio, la de la Comunión Eterna, en el centro de la Nueva Alianza, en el centro de la Nueva Eucaristía, de Corazón a Corazón, de Conciencia a Conciencia, de Eternidad a Eternidad.

Mi bendición está en ustedes. Esa es Mi Presencia y ese es Mi papel, en este mundo como en vuestro cuerpo. De Templo a Templo, La Fuente canta ahora, la Sinfonía.

... Efusión Vibratoria…

Amados del Uno, amados de La Fuente, comulguemos.

... Efusión Vibratoria…

Soy el Ángel URIEL, Ángel de la Presencia, Arcángel de la Reversión. Presencia. Comunión y Fuego. Acojamos KI-RIS-TI, en el Templo de nuestra Eternidad, en el tiempo de nuestra Comunión. Arco de Fuego y Alianza de Fuego. En el Amor del Uno y de la Vida.

... Efusión Vibratoria…

Elevemos nuestras alabanzas a la Fuente Una. Elevemos nuestras alabanzas en el Templo de nuestra Eternidad, a los Ángeles y al humano. Elevemos nuestras alabanzas, en nuestro Templo de Eternidad, en Nuestra Presencia en el Amor Uno.

... Efusión Vibratoria…

Así, el Ángel URIEL, en este día y este momento, puede decirles al Unísono de La Fuente: “Mi Amigo, mi Amado, somos Uno”.

... Efusión Vibratoria…

Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. El Canto de mi Presencia les acompaña, en la Sinfonía del Alineamiento, que es el Canto de la Merkabah. Les amo y soy ustedes. Vibremos en el Fuego del Amor.

... Efusión Vibratoria…

Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Soy ustedes, por la Gracia del Uno. Soy la Vibración del Fuego de vuestro Corazón. Soy el Único y la Unidad que resuena en ustedes, en la Llamada que los eleva y levanta. En nombre de la Gracia. Música del Uno. En nombre de la Transparencia. Canto de KI-RIS-TI, pariendo al Hijo Eterno.

... Efusión Vibratoria…

Yo los amo. Vibración y Presencia. Permanezco en ustedes, en vuestra Morada que es mi Morada, en el espacio y el tiempo de la Sinfonía de la Merkabah. Amados del Uno, Amados del Amor, prosigamos en el Silencio, la Sinfonía de la Unión. Prosigamos, en la Gracia del momento, la Comunión en la Eternidad de nuestra Presencia, Unida y Eterna. Ahora.

... Efusión Vibratoria…



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Programa de texto a voz para oír el mensaje
Original en francés
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez.

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