¿Quién es Amma?
A lo largo de treinta años de servicio infatigable, Amma ha aconsejado y consolado a personas de todas las procedencias geográficas, culturales o sociales. El contacto personal, el afecto, la compasión, la ternura y la profunda atención que manifiesta hacia todos, el carisma espiritual, la inocencia y la humildad que le son naturales, son únicos.
Cada instante de su vida está consagrado a procurar el bienestar de los demás. Su vida constituye el mejor ejemplo y en ella nos podemos inspirar. Su enseñanza se traduce también en proyectos humanitarios que estimulan el servicio desinteresado. Amma pone el acento sobre la necesidad de ayudar a los más desfavorecidos de la sociedad. El deber de los que tienen una vida desahogada es ayudar a los que carecen de medios.
La vida de Amma
El 27 de septiembre de 1953, en una pequeña villa de Kerala (al Sur de la India) nació una pequeña niña de nombre Sudhamani. Ya durante su infancia, sus padres la encontraban a veces absorta en un estado de profunda meditación.
La devoción hacia Dios formaba parte integral de su naturaleza. A la edad de cinco años, ya componía pequeños cantos devocionales.
Cuando Sudhamani solo tenía nueve años, su madre cayó enferma y la responsabilidad de la cocina y de la casa recayó sobre sus espaldas. Tuvo que dejar la escuela a pesar de que era una estudiante brillante.
Ella ofrecía al Señor cada minuto de sus largas jornadas de trabajo.
Aceptaba todos los obstáculos como un medio empleado por el Señor para acercarla a Él. Por el mismo motivo aceptaba todos los malos tratos que le infringían los miembros de su familia, irritados por su comportamiento místico que no llegaban a comprender.
Cuando terminaba su trabajo, hacia la media noche, Sudhamani, en lugar de ponerse a dormir, se pasaba la noche meditando, cantando o rezando.
El amor y la compasión hacia todos los seres humanos es otra cualidad que manifiesta claramente desde su edad más temprana. Ella escuchaba con paciencia todas las recriminaciones.
El espectáculo de la crueldad y el egoísmo del mundo, del dolor y del sufrimiento que observaba alrededor, no hacía más que acrecentar el amor de Sudhamani hacia Dios y su deseo de quedar absorta en Él.
Su búsqueda de la Divinidad tenía ahora otro objetivo: consolar el sufrimiento y el dolor de todos los seres.
Aunque ella no era más que una niña, Sudhamani hacía todo lo que podía por disminuir el sufrimiento de sus vecinos y suministrarles alimentos de su propia casa, a pesar de los castigos que recibía por estas acciones.
Cuando Sudhamani llegó a la adolescencia, su amor hacia el Señor alcanzó proporciones indescriptibles. Danzaba y cantaba extasiada de Dios.
Fue a la edad de veintidós años cuando Amma (como se le denomina desde entonces) emprende su misión y difunde su mensaje espiritual. Innumerables personas se acercaron para recibir su bendición.
Ella aceptó un grupo de jóvenes discípulos que empezó a formar según la tradición de los monjes de la India. Su casa natal se transformó entonces en un ashram (monasterio).
A partir de 1987, une a sus frecuentes desplazamientos por la India una gira anual por todo el mundo. Desde el principio, su humildad y su compasión, expresadas en silencio y con amor, impresionaron y conmovieron a los occidentales que se acercaban a ella.
Actualmente su mensaje de amor y compasión, transmitido con gran sencillez y una profunda sabiduría, inspira a miles de personas, de todas las condiciones sociales.
En 1993, Amma fue designada como una de las tres representantes de la fe hinduista en el parlamento de las religiones del mundo, celebrado en Chicago.
En agosto de 2000, fue invitada por segunda vez a la ONU para participar en la Cumbre Mundial por la Paz. En octubre de 2002 la ONU le concedió el premio a la No-violencia Gandhi King y en julio de 2004 clausuró con un importante discurso el Parlamento de las Religiones del Mundo celebrado en el Forum de Barcelona.
Sus enseñanzas y sus obras
Sus enseñanzas son una llamada para que volvamos nuestra mirada hacia las nobles cualidades, las cualidades del corazón en la vida cotidiana. Ella enseña que no podemos progresar espiritualmente si no desarrollamos un espíritu altruista.
De esta manera, ha creado numerosas obras caritativas en las que el objetivo constante es el desarrollo de la persona humana en todas sus dimensiones: escuelas, hospitales, campamentos médicos, viviendas, pensiones para mujeres sin recursos, orfelinatos... e incluso centros de enseñanza superior (informática, medicina, enfermería, ingeniería, etc....)
http://www.amma.org/espanol/amma.html
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