AA.URIEL
FINAL DE LOS VELOS
DESPLIEGUEN LAS ALAS
24 de Agosto del 2011
FINAL DE LOS VELOS
DESPLIEGUEN LAS ALAS
24 de Agosto del 2011
Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien amados niños de la Luz y bien amadas Semillas de Estrellas, juntos, en comunión y en Presencia, en la Vibración del Uno, en la Vibración de la Unidad y en el momento de Verdad, vamos a evocar y a vibrar el Canto de la Libertad. Aquél dónde los velos, los del encerramiento, se dislocan y desaparecen, con el fin de liberarlos. Ustedes son la Libertad, el velo se quema. Se quema y permite, entonces, al Alma y al Espíritu, ver la Verdad, en el frente a frente de Verdad, en el frente a frente del Uno, dónde todo aparece, en la Unidad. Y todo es Verdad, en este momento cercano y así cerca, y por lo tanto inscrito en el Templo de su Corazón. La hora ha llegado, de olvidar el olvido. La hora ha llegado, de recordar la Verdad. La hora ha llegado, de vivir la Libertad. Final de los velos, final del Velo, el que encerraba, en el tiempo donde la Ilusión invalidaba la Verdad. El tiempo de la densidad, el tiempo en que se asfixiaban en la prisión de carne, en la prisión de la Ilusión. Esto llega a su fin para que se abra el tiempo de la Verdad. Para que viva, en ustedes, el Espíritu de la Unidad.
El Canto de la Tierra y el Canto del Cielo se unen, en adelante, sobre la Tierra. Las Trompetas del Apocalipsis viniendo a aplastar los muros de la prisión, los muros del encerramiento y permitiendo al Velo quemarse por el Amor. En el Fuego de la Verdad. En el Fuego de la Unidad. En el Fuego de vuestra Presencia y de Su Presencia. En comunión. En Verdad. Este instante es próximo. Cercano de vuestro Corazón, cercano de vuestros ojos, cercano de vuestra vida, para que la verdadera vida no pueda ya jamar rodearse con los velos que encierran, limitando la verdadera Vida. La verdadera Vida Una (aquella que no conoce ninguna distancia, aquella que no conoce ningún límite) se despliega ahora, permitiendo entonces, a ustedes, Niños de las Estrellas, revivir la Estrella, la Luz que brilla en el Templo de la Verdad que es vuestro Corazón. Para que el cuerpo, el de la Luz eterna, se despierte para siempre y que, nunca más, esté encerrado en los restos de la ilusión, en el velo del encerramiento.
Niños de la Libertad, Niños de la Unidad, desplieguen las alas, las que vienen a poner fin y a rasgar el Velo, el último Velo, ese de la Ilusión. Ustedes son los Niños del Eterno. Son la Eternidad, en acción. Ustedes son la Eternidad, en Verdad. Ustedes son la Eternidad, y la Unidad. Entonces, el Velo no tiene ya razón de manifestar cualquier cosa, en esta Ilusión. El Fuego del Amor, Fuego de verdad y de Unidad, viene a quemar los últimos Velos, los que aislaban y encerraban el Alma y el Espíritu en la prisión de la carne, en la prisión de la Ilusión, en la prisión de las palabras, en la prisión de eso que permitía vivir encerrado. La hora ha llegado de vivir en la Libertad.
La hora ha llegado de cantar. Entonces, cuando se eleve el Canto de la Tierra (no en ciertos lugares), cuando se eleve el Canto del Cielo (tampoco en algunos lugares) pero sobre el conjunto de la Tierra, entonces, el momento habrá llegado de desplegar las alas. Entonces, los momentos habrán llegado de cerrar los ojos sobre la Ilusión y de abrirlos sobre la Verdad. La mirada del Éter, la mirada del Corazón amoroso, abriéndose a la Verdad, rasgando el último Velo impidiendo su despegue en los espacios de la Unidad. Niños, la hora ha llegado de parirse, ustedes mismos, de salir, con el fin de reentrar en la Eternidad. La hora ha llegado de cantar los Cantos de la alabanza. Aquellos que acompañan la llegada de los Ángeles y Arcángeles, la llegada de la Unidad y la llegada del Fuego. Aquél que libera y que es una caricia que viene a lamer cualquier parcela de este cuerpo, viniendo a abarcar el Alma, en un Fuego de Amor, en el Fuego de la Unidad. Permitiéndoles entonces ir del otro lado del Velo, allí donde todo no es más que Belleza, allí donde todo no es más que Verdad, allí donde vive la Unidad, allí donde vive el conjunto de la Creación. No habrá ya jamás el velo de separación.
La hora ha llegado de quemar. La hora ha llegado de Amar, en totalidad y en Verdad. La hora ha llegado de no morir y de no renacer. La hora ha llegado de la continuidad de la Vida, de la continuidad del Amor, donde ningún espacio de odio, donde ningún espacio separado, pueden interferir con el Canto del Amor. El tiempo ha llegado. El tiempo vino. El de la unión a la Libertad, el de la unión a la Verdad. El de la unión al Uno ya que son el Uno, en despliegue, y son el Uno en fusión. Fusión de Verdad, en el Corazón amoroso, donde ningún otro Corazón puede existir que el Corazón unido del Uno. Ustedes son eso. Entonces, el Velo que quema no es otro que el recuerdo del pasado. El Velo que quema no es otro que el recuerdo de una encarnación donde el sufrimiento ha impedido alzar vuelo al Corazón, alzar vuelo a la Verdad. La hora ha llegado de establecerse en el Canto del Uno. Canto de Verdad. Canto de éxtasis. Allí donde el Velo no puede resistir, allí donde el Velo no puede perdurar.
Niños del Uno, canten las alabanzas del Uno. Canten las alabanzas del Corazón Unido. Corazón Unido, en El. Corazón Unido, en Ella. Es decir, en ustedes, reunidos en la Unidad de la Vibración, en la Unidad de la Vida donde ninguna vida puede estar alejada, donde todo es comulgante, donde todo está comunicando, donde todo está conectado y Libre, en totalidad.
Entonces, desplieguen las alas. Desplieguen las alas de su despegue. Aquel que rompe el último Velo tenue del miedo. Aquel que les impide vivir la Alegría de la Eternidad, desde ahora.
Escuchen el Canto de la Tierra, los que oyen, en ustedes, pero que muy pronto resonará a nivel de la Tierra, a nivel del cosmos, poniendo fin al Velo aislante, poniéndolos de manifiesto en el santo de los santos. El de la Verdad Una y de la Luz Una. Niños de Libertad, van a reaparecer a la Verdad. Van a renacer en la Eternidad. Van a renacer a eso que ustedes Son, mucho antes de que los Velos desaparezcan, mucho antes que los Velos no los atrapen en el seno de este mundo. Ya que ustedes Están, bien mas allá de todo encerramiento. Ya que están, bien mas allá de todo Velo. Están más allá ya que Son el Fuego, ya que Son el Espíritu. El de Verdad, el de Unidad, que solo habla y canta el Canto del Amor, el Canto de la Verdad. Niños, la hora ha llegado. Abran el Velo. Vean mas allá de lo que sus ojos ven. Vean eso que el Corazón les dice. Vean eso que la Conciencia les dicta. Vean lo que la Conciencia canta como llamado a vuestra Libertad, a vuestra Liberación, al Amor, a la Unidad y a la Verdad.
La hora ha llegado de recorrer la Vía, la del despegue que los aleja de los Velos. Aquella que, al desplegar las alas, viene a quemar la Libertad del encerramiento. No están más encerrados. Son libres. No habrá más libertad que la de la Libertad infinita. Más cuestión de vivir cualquier reacción ya que son la Gracia de la Eternidad. No existe más que la Gracia. No Está más que la Gracia. Este mundo ha sido privado. Encuentra ahora el tiempo de la Gracia, el tiempo de la Unidad, el tiempo del Fuego. Aquel que canta, en lo alto de los Cielos y en lo más profundo de la Tierra y en lo más profundo del Ser, el Corazón que se abre, Liberado de su encerramiento, abriendo las alas del despegue, de la Vía, de la Verdad. Ustedes son la Vida, palpitando sin ningún freno, palpitando sin ningún final, sin ninguna noche, con el fin de vivir la Luz eterna de los mundos, los del Amor regenerado, revelado y desplegado. A cada tiempo, a cada respiración, a cada extremo, a cada centro, sean, Niños, eso que Son.
Mas nada viene a impedir el acceso a la Gracia. El anuncio se hará pronto, en los espacios Interiores como en el espacio de la Tierra y en los intersticios de la Tierra. Ningún lugar podrá ignorar el Canto de la Unidad. Ningún lugar podrá sustraerse del Soplo de la Libertad. Ningún Velo podrá perdurar, en ustedes, como en este mundo. Todos los Velos de la Ilusión (vínculos terribles del encerramiento) serán disueltos por la Gracia del Uno, por la Gracia de vuestro despertar y de su despegue. El regreso de Cristo (anunciado y tan esperado), desplegándose, no solamente en el Éter sino sobre la Tierra de este Cielo, sobre el Cielo de esta Tierra, permitiendo cantar la alegría de la vida, la alegría del Uno.
Entonces, ¿qué esperan para abrir las válvulas? ¿Para abrir el Corazón, para abrir el Amor, para abrirse a la Verdad? No hay nada que temer ya que ¿qué había que temer, en la Unidad? ¿Que habría que temer en la Alegría, donde todo es Alegría, donde todo es Uno, donde todo es Verdad? Solo el Velo debe temerse. Ese que va a quemar. Los últimos Velos del infierno, los Velos de la Ilusión, obligándolos, reduciéndolos más abajo que la propia Tierra, imponiéndoles eso que no es vuestra Esencia, eso que no es vuestra naturaleza.
Entonces, Niños del Uno, en el Espacio de nuestra comunión, en el Espacio de nuestra Presencia, en el Espacio de la Verdad Una y Unificada, Ahora, Aquí, como por todas partes (en los otros tiempos y en los otros espacios, en los otros lugares fuera de esta Tierra y fuera de este sistema solar), el conjunto de la Unidad vuelve a cantar el Canto de vuestra Libertad. Ya que la hora ha llegado de Ser Liberada, la hora ha llegado de vivir la Alegría. Está allí, al alcance de su Corazón. Está allí, en su Corazón. Es tiempo de vivir el Corazón. Es tiempo de vivir el Uno. Es tiempo de vivir la promesa. Es tiempo de retirar y quitar todos los Velos. Los del sufrimiento, los de la Ilusión, los de la enfermedad, los de eso que ustedes creen ser, en esta persona., Es tiempo de abrirse al Espíritu de Verdad ya que, en el Espíritu de Verdad, ningún Velo puede deslustrar el resplandor de la Luz Una. Ningún velo puede separar la Luz Una. Ningún velo puede impedir la Alegría de Ser, en todo espacio, en todo lugar y en toda Dimensión. Eso es vuestra Esencia. Eso es vuestro espacio.
El conjunto del universo, el conjunto de los universos y de los Multiversos, espera vuestra Presencia y espera vuestra Verdad, con fin de nacer, en la Alegría y en la Verdad. La hora ha llegado de no creer más a cualquier Velo que sea. La hora ha llegado de no creer más a cualquiera opacidad que sea. Ya que el Espíritu está Libre. Ya que el Alma está Libre, si ella se vuelve hacia el Espíritu. La hora ha llegado, Consciencias Amadas, Amigas del Amor (ya que Amor ustedes mismas), de vivir la Verdad. Entonces, en el Espacio de comunión, en vuestro Corazón, a cada soplo y a cada inspiración, a cada expiración, viven el soplo permanente del Espíritu, el soplo de la Verdad. Espacio de comunión.
... Efusión Vibratoria...
Yo URIEL, que he abierto vuestra boca, les pido ahora de abrir las alas a fin de desplegar el espacio de la Unidad. Conciencia Una, niños de la Alegría e Himno (IM) a la Alegría, escuchen el Canto. Ahora. Llega por todas partes, no está localizado en ningún espacio, ya que es el Espacio. No viene de otra parte, ya que está en ustedes, inscrito en el despertar a su Eternidad, y desde toda Eternidad. No podría ser diferente. Eso duró bastante, en el tiempo de la Ilusión. Es hora, ahora, de vivir lo que no durará ya jamás: un tiempo limitado pero que será el lapso de tiempo, Infinito y Eterno de vuestra Presencia, en las esferas de la Alegría y de la comunión.
Niños del Uno, Unificados, vivamos la Presencia y la comunión. Vivamos el Canto. Vivamos el fin de los Velos. Quememos, juntos, en el soplo del Espíritu, las alas desplegadas. En el Fuego del corazón que se extiende sobre la Tierra. En el Fuego del Sol viniendo a esposar la Tierra. La hora ha llegado de observar la Estrella. La hora ha llegado, de la Estrella, que anuncia la Estrella. La hora ha llegado de ver la Verdad, en el cara a cara de la mordedura del Fuego del Amor que no aprisiona pero que libera. Rompiendo las cadenas y los velos, permitiéndoles volar en la Verdad.
Tiempo del despegue. Tiempo del Despertar. El tiempo ha llegado. Comulguemos a la Libertad. Comulguemos a la Presencia. Comulguemos a la Fuente, en el Corazón a Corazón infinito de la relación. En el Corazón infinito, del Amor infinito. En el Corazón infinito, existiendo de Corazón a Corazón, donde todo es Vibrante. En el mismo canto y en la misma frecuencia, donde nada ya puede estar separado. La hora ha llegado de quemar los Velos: El Sol se esfuerza. La hora ha llegado de quemar los Velos: vuestras alas se esfuerzan. La hora ha llegado de elevar el Corazón en el Fuego del Amor. La hora ha llegado de comulgar en nuestra Presencia. La hora ha llegado de estar Presentes en nuestra comunión. La hora ha llegado de vivir la Presencia y la comunión.
Entonces, juntos, en el espacio sin velo. Entonces, en ese tiempo, Aquí, vivamos, juntos, privados de todo Velo, el despegue, el despertar, de la Consciencia Una. Comunión. Presencia y Apertura. En el silencio de este mundo (que pronto, se hará, a pesar del estrépito), aparecerá lo Pleno, aparecerá la Belleza, eso que ustedes Son. El Corazón amante y palpitante de la creación, de la Luz blanca Una, toda de suavidad y toda de Fuego. Ella que viene a abrazarlos en el Fuego del Amor, abrazarlos en el Fuego de la Unidad. Niños, comulguemos ahora y siempre.
...Efusión Vibratoria...
Entonces, en el último soplo del encerramiento, se abrirá el soplo del Fuego, Eterno. El de la brasa permanente que viene a, por su suavidad, encenderles y colmarles de la Gracia del Amor. De la Gracia de la Verdad. De la comunión perpetua y Eterna. De la Alegría del Amor. De la Alegría de la Verdad. De la Alegría de la Vida, sin Velo. De la Alegría de la vida, sin ninguna Ilusión. Espacio de comunión, repitiéndose ad infinitum. Más allá de todo tiempo y de todo espacio. En todo tiempo y en todo espacio. En todo momento y en todo espacio. A cada soplo, cada inspiración y exhalación de la Luz, sólo hay un tiempo: el mismo tiempo. Dónde nada puede distinguirse. Dónde todo es vida. Dónde todo es Conciencia. Momento de Verdad, permitiendo al velo ya no ser, con el fin de ya no estar velados. Con el fin de estar en la rectitud y en la Verdad de la Unidad. Niños, abran la boca, abran el Corazón, abran ya que el mundo se abre, ya que la Tierra se abre. La hora de la Entrega es cercana. Está en ustedes, de toda Eternidad. Hay exactamente que recordar, por la Luz Una depositándose en su Templo, por la promesa revelada, por la promesa despertada. Cristo les pide, uno a uno, vivir la Gracia y la Alegría de Su Presencia. La Gracia y la alegría de la Liberación y la Libertad. Niños, paridos por fin, en la Presencia una. Himno a la Alegría, himno a la Verdad. Saludo de la Alegría y la Verdad, en la comunión y la Presencia.
...Efusión Vibratoria...
No hay ya nada que encerrar. No hay ya nada que ocultar. No hay ya nada que temer. Hay exactamente que escuchar. Aquí. Hay exactamente que ser. Aquí. Hay exactamente que dejar Ser la Luz que toca a la puerta. La Luz que sólo pide ser su residencia ya que lo es. Niños, abran. Comulguen en nuestra comunión. Presentes en nuestra Presencia. Aquí. Entonces, la Unidad será la única Verdad. Entonces, el Amor será la única naturaleza. Entonces, la Luz será el único apoyo del Amor y la Verdad ya que eso es su naturaleza. Espacio de comunión, en el silencio de mis palabras, y la plenitud de mi Presencia. En el silencio de los velos disueltos, y en la plenitud de su Corazón que se abre. Juntos. Unidos y Libres. Vivamos el Fuego del Amor. Presencia y comunión. Alegría, Gracia y Fuego.
...Efusión Vibratoria...
Eternidad.
...Efusión Vibratoria...
Amados del Amor.
...Efusión Vibratoria...
Yo soy URIEL pero soy también cada uno de ustedes. Soy la Fuente. Soy el Canto de la Alegría, el Canto de la Verdad. Unidos en la Luz blanca de vuestra Presencia en Cristo, en Verdad. Fuego, Bendición permanente. Bendición de la Alegría. Aquí. Unidad, comunión.
...Efusión Vibratoria...
Yo soy URIEL, soy ustedes. Soy CRISTO – MIGUEL. Soy Uno. Somos Uno, en la comunión de la Presencia, desde ahora.
...Efusión Vibratoria...
Vivamos y celebremos.
...Efusión Vibratoria...
Celebremos el Amor.
...Efusión Vibratoria...
Somos URIEL. Somos la Presencia y somos la unión y la Unidad. Somos la Consciencia Una del Amor. Somos la Fuente. Somos la Eternidad. Somos la Alegría.
...Efusión Vibratoria...
Uriel es la comunión de nuestras Presencias. Persistamos y permanezcamos en el tiempo de la Luz Una, de la Merkabah colectiva, en algunos momentos. Por la Gracia del Amor, y en la Gracia del Amor. A continuación.
...Efusión Vibratoria...
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
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